Análisis de los rivales de Euroliga. Anadolu Efes, cuando el dinero no da la felicidad

euroleague.net
Pasan las temporadas y el Anadolu Efes sigue sin cumplir sus expectativas en la Euroliga. El equipo turco es año tras año una enorme incertidumbre, acostumbrados a realizar grandes incorporaciones cada verano, una vez más, el esfuerzo económico no se traduce en los resultados deseados.
El dinero no da la felicidad, es lo primero que viene a la cabeza cuando hablamos del Anadolu Efes. La inversión es enorme cada temporada con una única misión, entrar en una Final Four. Pese a participar en playoff hasta tres veces en los últimos cinco años, la sensación que queda es la de que siempre se espera mucho más del equipo turco, que las plantillas que presenta están preparadas para dar ese salto de calidad que luego no se produce.
Durante ésta temporada, el Efes ha ido dando bandazos, cubriendo etapas con un juego mediocre, falto de ideas y con muchas carencias, motivo que ha esgrimido la directiva para despedir a Velimir Perasovic y darle el mando de la nave otomana a un clásico de los banquillos turcos: Ergin Ataman. Con el coach turco a los mandos no han parado los cambios. Se han marchado Josh Adams y Ricky Ledo, que no han cumplido las expectativas que se tenían sobre ellos cuando se les fichó, sobretodo Ledo, un jugador que junto a Dunston y Brown debía asumir el liderazgo del equipo en ataque.
Para suplir estas bajas y no perder capacidad competitiva han llegado Toney Douglas –otro americano-, un combo base-escolta con mentalidad ofensiva y nada de experiencia en Europa, además de un clásico como zoran Dragic, que ya había coincidido con los despedidos, aunque su llegada y buena adaptación también han sido motivo para que los jefes de Anadolu se planteasen cortar a Ledo, jugador que coincidía en puesto con el esloveno que debutó con el Efes en la jornada 9 procedente del Armani Milán.
Quizás se presenta con menor plantilla que en el curso anterior, sobretodo en la posición de base, donde la pareja Granger-Heurtel que dejó Turquía para recalar en la Liga española se muestra muy superior a la actual, la formada por Errick McCollum y el recién llegado Douglas, que asumirá también funciones de “dos”, teniendo a Dogus Balbay como tercer base y experto en tareas defensivas, aunque en el momento de escribir este artículo Balbay se encuentra lesionado. Los americanos que actuarán de bases son rápidos y anotadores, pero con carencias para dirigir el equipo y hacerlo jugar con criterio. En esas posiciones exteriores, necesarias para abrir defensas y permitir aparecer a sus dos estrellas interiores, se encuentran el ya mencionado Dragic que está cumpliendo bien con su rol y el croata Krunoslav Simon, que en su segunda juventud se está mostrando fiable en ataque, no sólo en el apartado anotador donde es la segunda referencia exterior tras Mccollum, sino que es el mejor asistente de la plantilla.

En la pintura es donde aparecen las que deberían haber sido las dos grandes estrellas en la plantilla, Bryant Dunston y Derrick Brown. El primero es una fuerza de la naturaleza ya de sobra conocido, un jugador duro e intimidador en defensa, reboteador (4º en Euroliga), taponador (1º en Euroliga) y con la capacidad para jugar por encima del aro en ataque. El segundo es uno de esos cuatros modernos, con las facilidades físicas de un alero, capaz de anotar desde cualquier situación en ataque, pero al que las lesiones han lastrado en el inicio de la temporada, impidiéndole aún encontrar su mejor juego. Junto a ellos, la pareja de suplentes, aunque en este caso se están mostrando incluso más sólidos que los titulares: Stimac y Brock Motum. Stimac es un pivot que está sorprendiendo este año, ha perdido peso y ganado en rapidez, que unido a su fortaleza natural y al juego de espaldas que tan bien domina, le convierten en una amenaza para el rival en ataque. Al arsenal ofensivo que presenta, podemos añadir que es capaz de emparejarse a cualquier cinco y defenderle con garantías. El caso de Motum es diferente, el australiano al igual que Brown es otro cuatro abierto, dinámico y buen tirador, que vive mucho más cómodo en ataque que en defensa.
El problema de Anadolu Efes reside en la falta de solidaridad, pues tanto en ataque como en defensa juegan partidos diferentes, donde cada jugador se centra en cumplir su trabajo y no ayudar a que los demás cumplan el suyo. En ataque es un equipo donde cada jugador mira por sí mismo y sus números, de hecho, es el segundo peor en asistencias. En defensa se muestran muy poco homogéneos y tremendamente lentos en la transición defensiva, donde pasan por ser de los que más anotación concede cuando el rival corre.
Con este panorama, el trabajo de Ataman es muy complicado, pues después de estar al frente del equipo varias jornadas ya, aún no ha logrado sacarlo de la última plaza clasificatoria.
