Del autógrafo que más sobresaltó a Fernando Martín a su gesto generoso

Hoy, día en el que el madrileño cumpliría 57 años, sacamos a la luz una nueva historia que nos permitirá descubrir la relación que mantenía con sus admiradores y ahondar en el hombre que había tras el mito.

A excepción de para su familia y su círculo íntimo de amigos, traspasar las férreas corazas que protegían su interior y ahondar en su lado más humano, no era sencillo para la mayoría de la gente que frecuentaba a Fernando Martín. Tanto era así que quien conseguía derribar esas barreras, acababa irremediablemente atraído por una personalidad que marcaría sus vidas. Los que lograron acercarse lo suficiente a Fernando acabaron descubriendo que su imagen exterior apenas tenía relación con lo que te encontrabas. Este es el caso de los hermanos López de Toledo (Diego, Beatriz y Paloma), que vivieron multitud de momentos junto a Fer, como así llamaban a su gran amigo, momentos en los que también fueron partícipes, no solo de la admiración y el cariño que sentía la genta por él, sino también de la cercanía de Fernando con ellos siempre y cuando se acercasen a él con educación. Una de estas situaciones es la que Beatriz López de Toledo rememora en mi libro: Fernando Martín. Instinto Ganador, que muy pronto saldrá a la venta. Esta es la historia….

Beatriz López de Toledo (Extracto del libro: Fernando Martín. Instinto Ganador. De Javier Balmaseda).

Algo que nos hacía mucha gracia es que salir con Fernando significaba disfrutar de ciertos privilegios. Como por ejemplo, saltarnos las inmensas colas que por entonces había que hacer para entrar en Pachá. O como cuando entrábamos en algún restaurante y nos decían que no había mesa libre. Entonces nosotras llamábamos a Fernando: “¡Fer!”, y al aparecer él, todo cambiaba. “Sí, si, por supuesto, ¿cómo no va a haber mesa? Ahora mismo les preparamos una”, eran las palabras de los camareros al verle. Pero una cosa es que te cuelen en algún sitio o te inviten a alguna copa, y otra cosa es lo que nos ocurrió una noche en el restaurante Los 4 de León. Mientras estábamos cenando después de un partido, se acercó un señor a pedirle un autógrafo para su hijo. Fernando se lo firmó muy amablemente, e incluso, como acostumbraba a llevar las típicas fotos para firmárselas a los aficionados, le regaló una de ellas junto con una dedicatoria para su hijo. Cuál fue nuestra sorpresa, cuando en el momento en que fuimos a pedir la cuenta, los camareros nos comunicaron que la cena estaba pagada. Fernando se quedó perplejo: “Cómo es posible, que no, que no, si somos muchísimos”, no paraba de decir. Estaba nerviosísimo y como enfadado. A Fernando no le gustaban este tipo de cosas. Y tenía toda la razón, porque aquella noche éramos unos quince amigos los que habíamos cenado. Aquel señor había pagado la cena y Fernando, al que le parecía un gesto excesivo, se puso a buscarlo, sin éxito pues ya se había ido. Entonces le pidió a los dueños del restaurante que le ayudaran a localizarlo. Como el pago lo había realizado con VISA, finalmente lo consiguieron. De este modo, la siguiente vez que Fernando fue a los almacenes de Converse, que era la marca deportiva que le patrocinaba por entonces, cogió un montón de ropa y se la mandó al señor junto con varias dedicatorias del equipo para su hijo. Recuerdo que, cuando iba a los almacenes de Converse, el día de antes nos decía: “Mandarme vuestras tallas”. No sé como no lo echaron. Salía con maletas llenas de los almacenes. Su generosidad era impresionante.

Por último, quiero dar las gracias de manera muy especial a Lidia Herbada, una excelente escritora y admiradora de Fernando Martín, por facilitarme las fotografías, inéditas por cierto, que acompañan a esta historia.

Fotografías de Lidia Herbada. Fernando Martín atendiendo a los aficionados a la salida del Palacio de los Deportes a finales de los ochenta.

7 Comentarios en “Del autógrafo que más sobresaltó a Fernando Martín a su gesto generoso

  1. Para mí es un honor poner un granito de arena en tanta generosidad por tu parte y por supuesto honrar de alguna manera a Fernando. Ídolo e identificación de una generación.

    1. Muchas gracias Lidia por todo lo que estás haciendo por mantener vivo el recuerdo de Fernando Martín. Tus fotos, increíbles.

  2. Generoso, generoso… quien lo pagó fue Converse. Es muy típico de los deportistas que colaboran con subastas, dando camisetas, botas… pero meterse la mano en el bolsillo ya les cuesta más.

  3. eh tenido que googlear quien era fernando, y eh leido su bibliografia y tuvo que ser una persona maravillosa y mas me reafirmo cuando en 2019 se escriben palabras tan bonitas de Fernando, no lo conoci, no tuve el placer ni siquiera de nacer en su tiempo, otra victima mas que se queda la carretera, maldita seas! 🙁

    descansa en paz fernando,

    1. Fue un adelantado a su tiempo, un inconformista, etc., y una gran persona. Bueno, espero que estas historias te sirvan para conocerlo un poquito mejor. En breve saldrá mi libro de Fernando Martín con multitud de anécdotas e historias. Muchas gracias.

  4. Corría el año 1988 0 1989, por aquellos entones tenía unos 14, 15 años y tuvimos una excursion a la fábrica de moneda y timbre de la comunidad de Madrid. Al lado del pabellón de deportes de la comunidad de Madrid (hoy Wizink center). Despues de la visita nos quedamos varios amigos a dar una vuelta y nos cruzamos con un señor altísimo con unas manos enormes y comiéndose un Donut de azúcar. Imaginaros la escena y salto alguien del grupo, justo según pasaba estapersona: ‘»Mirad al pavo que viene lo ridículo que queda en Donut en sus manazas». El «problema» es que el «pavo» era como una torre comparado con nosotros, menos mal que se empezó a reír y nos dimos cuenta que era el mismísimo Fernando Martín.
    Le abordamos, se quedó charlando con nosotros unos minutos y se tenía que marchar ya que tenía entrenamiento y llegaba justo. No sé cómo pero conseguimos entrar en el entrenamiento que tenían a puerta cerrada, el entrenador era Cliford Luyk. Todavía tengo guardado el libro con las firmas de Fernando Martín y también de Villalobos y algún otro jugador que ahora mismo no recuerdo…

    1. Hola Alberto. Muchas gracias por compartir esta bonita anécdota aquí. Fernando, a pesar de ser una persona a la que le gustaba preservar mucho su intimidad, siempre tuvo muy buen trato con los aficionados siempre y cuando se acercasen a él con educación. Un saludo.

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