El Barça se lleva un derbi de necesitados ante el Joventut

El Barça se llevó un derbi catalán (91-79) ante una Penya necesitada de victorias que debe cambiar su rumbo si no quiere descolgarse de la pelea por la salvación, en un partido que empezó muy frío pero que poco a poco subió de nivel y que la mejor plantilla culé se llevó para su casillero.
El Barça llegaba tras hacer un gran partido en Turquía contra Fenerbahce aunque con una derrota en su haber y la Penya con la obligación de empezar a ganar partidos ya que con solo cuatro triunfos la situación empieza a verse muy complicada para estar en Liga ACB el próximo curso.
Los locales tenían las bajas de Navarro con gripe, Seraphin y Marc García lesionados y la de Pressey por decisión técnica. Aun así la rotación blaugrana fue mejor que la verdinegra e incluso pudieron tener minutos jugadores como Kurucs y Diagné, a pesar de que de nuevo Vezenkov se quedó inédito, algo que buena parte de la afición blaugrana no entiende.
Un primer cuarto muy espeso por parte de los dos equipos acabó con un triste 13-9 y la sensación que los nervios atenazaron a ambos conjuntos sabedores de la importancia de ganar este partido. En el segundo periodo la cosa cambió y la anotación subió algo que aprovechó el Barça para empezar a poner tierra de por medio e irse 11 puntos arriba gracias a la anotación de jugadores como Hanga o Sanders.
En la segunda parte la diferencia del Barça siempre se mantenía alrededor de los 10 puntos con un juego muy anárquico de la Penya que se refleja en la valoración final del equipo 57 por los 117 del Barça que era mucho mejor en rebote. Lo que mantuvo con ciertas opciones de meterse en el partido fueron las 22 pérdidas de balón del Barça que ofrecieron más opciones en ataque a los de Ocampo, pero sin acercarse a tener la posibilidad real de ganar el partido.
La máxima ventaja para el Barça llegó a ser de 16 puntos (53-37) pero el Joventut no bajó los brazos y gracias al recién llegado Laprovittola, y las rachas de Kulvietis y Richards llegaron a situarse a siete puntos, pero ahí se acabaron las fuerzas de los visitantes que sufrieron un nuevo arreón culé para sentenciar el partido y tener unos últimos minutos tranquilos.
