El entrenador del alevín de Estudiantes: Mensaje correcto, interpretación equivocada

Ayer pudimos ver una curiosa circunstancia en el campeonato de España alevín que levantó cierto revuelo con gente a favor y otros en contra, por lo que nosotros tampoco queremos dejar de nuestra opinión al respecto.

El alevín femenino de Estudiantes perdió las semifinales contra Femenino Sant Adrià en un partido épico y por un 98-95 (tremenda anotación) que, como suele pasar en estas circunstancias, deja a un equipo con la moral alta y a otro muy tocado, da igual la categoría de la que hablemos (en este caso jugadoras que rondan los doce años).

El tema vino a continuación cuando David González, entrenador del equipo madrileño, tras felicitar a sus jugadoras por el partidazo jugado, muchas de ellas fastidiadas, como así corresponde tras perder, dejó una serie de mensajes de esta índole:

    • Muy orgullosas del partido que habéis hecho
    • Nadie sale llorando de la pista.
    • Si yo veo una jugadora llorando de la pista, la echo del equipo.
    • Se llora en el vestuario o en privado.




¿Fue correcto el entrenador de un equipo alevín diciendo esto? ¿Acaso no puede salir una jugadora de 12 años llorando y mostrando, simplemente, que es humana?

Pues, como todo en la vida, las cosas hay que ponerlas en contexto y no extrapolarlo, porque estoy segurísimo de que David González (sin que yo le conozca), en caso de ver a una jugadora llorando en la pista, de forma desconsolada, lo que hará será hablarla, animarla y, bajo ningún concepto, la echará del equipo por ese motivo, hasta ahí podíamos llegar, el “gen entrenador” no tiene ese concepto a la hora de dejar a alguien fuera de un equipo.

David intentó que sus jugadoras se mostraran orgullosas del enorme partido que habían hecho y que debían estar satisfechas, a pesar de la derrota, de haber dado todo por conseguir el triunfo y eso, evidentemente, no casa con estar llorando de tristeza, porque si hay que llorar, que sea de emoción de lo vivido, sin más.

El único “defecto” del entrenador fue el lugar y la forma empleada, seguramente porque tampoco esperaba que su charla final fuera a tener tanta repercusión, quizás ese momento era para coger a todas, fuera de la vista de padres o aficionados, y llevárselas al vestuario más cercano, aquél en que el mismo coach dice que hay que guardarse las penas y allí decir lo que dijo, en esa intimidad con el que tantos momentos habrá compartido con sus jugadoras durante toda la temporada y con detalles que solo ellos conocen.

No es malo ni bueno salir llorando de un partido, lo que es importante es que muestres orgullo de lo que has hecho, justo lo que quería David González, que si había lágrimas, fueran acompañadas de una sonrisa por haberlo dado todo.

Foto: twitter @ChuchoMestre

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