Fuenlabrada se lleva el derbi «sobre la bocina»

El Montakit Fuenlabrada se lleva el derbi madrileño por 69-71 tras vencer al Movistar Estudiantes prácticamente sobre la bocina.

El Montakit Fuenlabrada ha asaltado el feudo de Movistar Estudiantes gracias a una canasta de Eyenga a dos segundos del final. Si bien es cierto que el choque se mantuvo igualado hasta el final, fueron los hombres de Néstor García los que aprovecharon mejor sus opciones, sentenciando el partido tras una mala última defensa del cuadro estudiantil.

Si bien es cierto que ambos conjuntos arrancaron el choque ciertamente imprecisos, la tendencia defensiva del partido no tardaría en hacerse notar. Ninguno de los dos anotaba,  ya desde el primer cuarto, con comodidad y las posesiones se antojaban largas y tediosas, fruto de la concentración de ambos atrás. Por parte del cuadro estudiantil, Omar Cook demostraba saber manejar a la perfección el tempo del partido –¡y tener muchos puntos!- y, del lado fuenlabreño, Olaseni buscaba sacar ventaja bajo los aros. Precisamente los tres triples del base colegial, especialmente dos consecutivos, daban, por primera vez, una cierta ventaja contundente en el luminoso al conjunto local. Eyenga, dándole de su propia medicina, maquillaba sobre la bocina para poner fin a un primer cuarto en el que nadie dominó con contundencia a nivel de sensaciones (21-17).

Las defensas se hicieron aún más importantes en un segundo parcial en el que el luminoso daba la sensación de no querer moverse. Ambos equipos habían de hacer un verdadero esfuerzo para construir una buena jugada ofensiva ante la presión rival y cada cual trató de sortear la situación como mejor sabe hacerlo. Los fuenlabreños se aferraron a la veteranía y al saber hacer de un Marko Popovic experto en esto de los derbis, mientras que los colegiales confiaron en el juego colectivo para sortear la situación. Sin anotar de tres ni una sola vez en todo el tercer cuarto, todos los jugadores estudiantiles que habían pisado la cancha en la primera mitad del partido sumaban, al menos, dos puntos y solo Cook rebasaba la decena. Este dato, sumado a una buena defensa (¡rebote inclusive!) y a los consecutivos errores de Fuenlabrada en el tiro -muchas veces después de buenas decisiones a la hora de construir el ataque- daban alas al Estudiantes al descanso (36-29).



El paso por vestuarios, no obstante, pareció sentarle mejor al cuadro fuenlabreño. Tras el descanso, Olaseni se hizo dueño y señor de la pintura, desquiciando a la defensa rival, y Popovic continuó con su buen hacer en el juego exterior, haciendo que Fuenlabrada recuperase el liderazgo en el luminoso. La tercera personal de Landesberg obligaba a los estudiantiles a diversificar sus opciones ofensivas para no descolgarse del partido, y Alec Brown apareció justo a tiempo para cortar la sangría rival. Con las fuerzas, de nuevo, algo más igualadas, el partido se volvió loco por momentos y Salva Maldonado optó por colocar juntos en cancha a Ludde Hakanson y Cook. No obstante, la concentración defensiva no era la misma y Fuenlabrada, que estuvo mucho más acertado que en la primera parte, supo mantener su ventaja de cara al parcial definitivo frente a un Estudiantes que sumó 7 puntos en el tercer cuarto (43-50).

Las cosas no pintaban demasiado bien para los locales al comienzo del último cuarto, pero, precisamente un muy reciente exfuenlabreño, Hakanson, devolvía la emoción al choque. Su férrea defensa contagió a sus compañeros y la ventaja, que había llegado a superar la decena quedó reducida a la mitad. Ello hizo despertar a una grada que volvió a creer en las opciones de su equipo, al llevar más puntos en cuatro minutos del último cuarto que en todo el tercero. Fuenlabrada trató entonces de volver a sacar ventaja con Olaseni bajo los aros, pero el cuadro colegial ya no estaba dispuesto a ponerle las cosas demasiado sencillas…

Tirando de garra en defensa y concentrados en el rebote, los locales volvieron, muchos minutos después, a ponerse por delante y ello, a poco más de dos minutos para el final del choque, se antojaba una noticia excelente para los aficionados presentes en el WiZink Center. Sin embargo, un tiempo muerto de Néstor García parecía querer cambiar el devenir del partido. Tras ello, los fuenlabreños volvían a dominar el rebote ofensivo y a recuperar su acierto en ataque, convirtiendo los minutos finales en un espectáculo poco apto para cardíacos. Al cuadro del “Ché” le entraron los triples en el momento más candente del partido, pero Landesberg no estaba dispuesto a dar el partido por perdido hasta que el reloj no se quedase completamente a cero. Con los voltajes por las nubes y alternando visitas a la línea de 4’60, y pese a un auténtico triplazo de Landesberg para colocar la igualdad a diez segundos del final, Fuenlabrada terminó por llevarse el partido por un ajustadísimo 69-71 final.

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