La Copa ACB es sagrada, por muchas cosas

Ya está aquí la Copa ACB y nos encanta. Nos encanta por todo lo que transmite mas allá del baloncesto puro y duro: sentimientos, emociones, ganas de vivirla, buenos momentos, humor, ilusión… Y es algo que hay que cuidar y que no podemos permitir que nos quiten nunca.
La Copa ACB es la competición más bonita, a mi juicio, del baloncesto español y la segunda del baloncesto europeo, tras la Final Four de la Euroliga. Es por esto que hay un finde semana al año que en España debería ser fiesta nacional, y no es otro que el de la Copa. Ya no es sólo el nivel de los equipos, que son los ocho mejores de la ACB, sino también las emociones, las posibles sorpresas, la ilusión de los equipos debutantes o equipos que llevan bastante tiempo sin participar. Todo esto en cuatro días de pura adrenalina.
Este año nos la querían quitar. Nos querían dejar sin nuestra Copa. Y es que después del encontronazo entre la ACB y la ABP, los jugadores, respaldados por la ya mencionada ABP, se pusieron de acuerdo para realizar una huelga que servía de órdago para que se llegase a un acuerdo. Un acuerdo que se llegó tras la intervención del CSD y que luego Mariano Rajoy se quiso atribuir. En definitiva, los jugadores tienen lo que pedían, la ACB sigue su normal funcionamiento y el CSD se apunta un tanto como mediador. Ganamos todos.
Por toda la repercusión que ha tenido este caso a nivel nacional creo que es momento de sacar pecho de nuestro deporte, de decir que hay más gente de la que se dice interesada en el baloncesto, que hay un nicho de mercado más grande que el que se quiere hacer ver y que, quizá, lo que pasa es que se están haciendo las cosas mal desde arriba hasta los medios de comunicación que no se atreven a apostar por ello cuando ven que es algo con relevancia en España.
La Copa ACB es, además, un espejo para las canteras de los equipos que la disputan, ya que se celebra a la vez la Minicopa, donde han sido MVP jugadores de la talla de Doncic en su primer campeonato con el club blanco. La dimensión de la Copa es mucho más grande de lo que se puede plasmar en un artículo de opinión.
Estas líneas me sirven para expresar una queja, una queja que no va dirigida para nada hacia los jugadores de baloncesto o hacia los medios especializados o hacia todos esos profesionales de la rama que sea que se interesan por este deporte. Es una queja al modelo, a lo poco atractivo que lo hacen y a lo complicado que es jugar al baloncesto de élite en España si eres español. La Copa es la salvación y ha sido quien ha hecho ver a este país que el baloncesto importa. Y si, ha sido la Copa, después de ganar tres medallas olímpicas, un mundial y tres eurobasket desde 2006. Con los Gasol, Rubio, Sergio Rodríguez, Navarro, Llull, Rudy y todos los jugadores que han dado un nombre a nuestro país. Con todo eso, la Copa nos ha regalado, aunque no fuera lo buscado, una repercusión mediática que espero que siga creciendo durante muchos años y cuidemos, como hacemos en el fútbol, el producto nacional.
