La enseñanza de Nocioni a las jóvenes promesas

Nos cuesta hablar de Andrés Nocioni como un ex-jugador, pero, mientras nos acostumbramos a ello, nos deja lecciones impagables como ésta para las jóvenes promesas.
En una entrevista concedida al diario argentino «La Nación», nos habla de muchas cosas y de muchas experiencias pasadas en su vida como jugador y ahora desde su retiro, pero nosotros queremos quedarnos con esta enseñanza para los más jóvenes que triunfan rápido en el baloncesto.
El peligro de ser joven, con fama, dinero y exposición
-No es un tema fácil de manejar. Tuve mis momentos. Pero siempre tuve un objetivo fijo. Yo salí de noche, tomé alguna copa, hice todo lo que debía en mi juventud, pero nunca me dejé llevar por nada externo que no haya sido jugar al básquet. Si yo había salido dos días seguidos, me frenaba automáticamente. Era imposible llevar un vida diferente si yo quería rendir los fines de semana. Pero también considero que es necesario tener una vida normal. A los 15 años, en Buenos Aires, me movía en los colectivos, andaba de un lado para el otro. Es necesario conocer qué pasa a tu alrededor, vivir una vida normal. Después cada uno saca sus conclusiones.
Manejar el ego
-No olvidarse que sólo se es ‘un jugador de básquet’. Esa es la realidad, no somos otra cosa. Cuando un jugador de básquet o de fútbol cree que tiene un poder o tiene que tener beneficios por ser deportista, me parece ridículo.
Bajar a la tierra
-La familia. El llegar a tu casa y lavar los platos. Llevar los chicos a la escuela. Te pone los pies sobre la tierra, porque cuando sos jugador y te van bien las cosas, piensas que el mundo es ese universo en el que vos vivís. En su momento me pasó, pero me fui dando cuenta que no era así. En Chicago, en la NBA, tenía todos los privilegios que se te ocurran. Tenía una niñera que me ayudaba y en mi casa no hacía nada. Eso para mí, porque mi mujer no lo necesitaba, ella siempre se bancó todo con los chicos. Y con el tiempo entendí que eso no era la realidad. En definitiva, llevar una vida normal te permite sacar un poco la cabeza del deporte y oxigenarte.
Foto: Jorge Bosch
