La selección femenina engancha

Los buenos resultados en los últimos años de la selección sénior y de las categorías inferiores han hecho que cada verano vaya incrementándose el seguimiento del baloncesto femenino en nuestro país, obteniendo la misma y merecida repercusión que tienen los equipos masculinos.
Por afición, por tradición o por desinformación, lo cierto es que la selección femenina de baloncesto, pese a ser uno de los deportes femeninos más seguidos en España, no ha tenido la misma trascendencia en los aficionados y los medios que sí ha obtenido la masculina, algo tan injusto como habitual en nuestro país.
Pero la buena noticia es que esto está cambiando, si no lo ha hecho ya por completo. La federación, las exjugadoras y las profesionales que hoy defienden “la roja” están consiguiendo el reconocimiento que desde hace mucho merecen. Podemos ver los partidos de la selección sénior y algunos de las categorías inferiores por televisión, encontramos en numerosos medios la evolución de las nuestras en los distintos campeonatos y nosotros, como aficionados al deporte de la canasta, somos cada vez más los que sufrimos en las derrotas y celebramos las victorias de las chicas.
Y esta selección engancha al espectador por el gran trabajo que realizan a diario. Cuenta con un entrenador, Lucas Mondelo, que ha dado estabilidad al grupo, llegando a ser el segundo técnico con más partidos dirigidos, pasando la barrera de 100, y con jugadoras que están escribiendo páginas de la historia del baloncesto español mientras sujetan un metal en su cuello.
En los últimos cinco años hemos visto como se coronaban por segunda y tercera vez campeonas de Europa, en 2013 y 2017 respectivamente, torneo en el que también se colgaron el bronce en 2015, y también las vimos conseguir la medalla de plata en el Mundial de 2014 y en los Juegos Olímpicos de Río en 2016, siendo apeadas del oro por Estados Unidos en ambos casos.
Jugadoras como Laia Palau, Alba Torrens, Marta Xargay, Sancho Lyttle, Anna Cruz y una larga lista que continúa, recogieron el testigo de Amaya Valdemoro, Marina Ferragut, Betty Cebrián o Elisa Aguilar, y son las causantes de gran parte de estos éxitos cuyo mayor exponente no son los metales, sino la afición creada por el baloncesto femenino.
Lo mejor es que el legado no terminará ahí, sino que llegan desde atrás chicas que tomarán el relevo a la perfección, pues ya hemos visto como este verano la selección sub 20 se ha proclamado campeona de Europa, la sub 18 ha sido subcampeona, la sub 17 ha terminado sexta del mundo y la sub 16 está disputando el europeo con el objetivo de llegar a lo más alto. Además, ya han participado con la selección absoluta importantes esperanzas del baloncesto español como Leticia Romero, María Conde, Nogaye Lo o María P. Araújo. El futuro está asegurado.
Todos estos éxitos y el buen hacer del baloncesto femenino ha hecho que estemos pegados a la pantalla cada vez que juegan porque lo merecen. Ellas han conseguidos engancharnos definitivamente, y quien no lo haya hecho que esté pendiente de lo que pase a finales de septiembre en Tenerife, donde tendrá lugar la Copa Mundial en la que lucharán con todo y por todo, como siempre.
