Las anécdotas de los integrantes de la década de los sesenta del Real Madrid
La peña madridista “Los ojos del Tigre” ha rendido un merecidísimo y muy emotivo homenaje al equipo de baloncesto de la década de los sesenta que marcaron el inicio de una historia plagada de éxitos del Real Madrid, personificado en cinco de sus jugadores protagonistas: Carlos Sevillano (su capitán), Emiliano Rodríguez (actual Presidente de Honor de la sección), Clifford Luyk (su pívot por excelencia), Wayne Brabender (su francotirador) y Cristóbal Rodríguez (su “sexto” hombre).
El acto ha tenido lugar en el Realcafé Bernabéu con motivo de la comida de la peña que servía para inaugurar los premios Clifford Luyk (Presidente de Honor de la peña)
De lo que representó esta generación para el Real Madrid Baloncesto os dejamos estos dos enlaces a sendos artículos publicados en enero de 2018 donde se recoge un pedacito de la historia dorada del club: El Real Madrid de Pedro Ferrándiz (Parte 1) y El Real Madrid de Pedro Ferrándiz (Parte 2) Por eso toma más valor aún el sentido homenaje que han recibido, en el que nos han dejado para nuestros recuerdos unas cuantas anécdotas contadas por cada uno bajo la astuta batuta de Clifford Luyk que, a sus recién cumplidos 78 años, se ha convertido en un extraordinario maestro de ceremonias.
Cristóbal Rodríguez nos ha hecho reír con una anécdota que se produjo en un encuentro en Zaragoza. Por entonces el baloncesto era muy distinto al actual y prácticamente no se producían sustituciones salvo por personales o lesiones. Él era el suplente natural de Luyk y en aquel partido éste se encontraba medio cojo por una dolorida rodilla y cometió su cuarta falta. Así que el bueno de Cristóbal se frotó las manos diciendo “esta es la mía”, cuando se dio cuenta que Ferrándiz no solo no procedía a hacer el cambio si no que le decía a Luyk: “ni se te ocurra cometer la quinta”. Afortunadamente para el bueno de Cristóbal, Luyk cometió la quinta personal y pudo disputar los últimos cuatro minutos del encuentro.
Por su parte Wayne Brabender recordaba como recién llegado al Real Madrid se tuvo que enfrentar a Phillips 66ers y le hizo “un roto”. Se trataba de un jugador en el que también se había fijado el equipo blanco para contratar, por lo que nos decía Luyk que el cabreo de Wayne era monumental. Afortunadamente la decisión de Saporta no varió y pudimos disfrutar en Madrid de un tirador que marcaría una época.
La anécdota de Sevillano la vamos a obviar por ser un poco más… digamos… “picante”, así que continuamos con la de Emiliano. El capitán nos contaba que en España por entonces no se conocía mucho la técnica del baloncesto, así que cuando comenzaron a llegar los jugadores estadounidenses les fueron poniendo al día de ciertos aspectos del juego… Fue Aiken el que le contó como defender a un jugador más alto que él cerca del aro: “tienes que ponerte en tres cuartos y con la mano que no se ve… meter el dedo en su culo” Parece que tomó buena nota y lo practicó con el italiano Gabriele Vianello, que al sentir tal fechoría le espetó: ”Rodriguez… defensa!!!!”
Pero sin duda el más inquieto y simpático de todos ha sido Luyk, que no ha parado de contar chascarrillos. Vamos a quedarnos con que al poco de llegar a Madrid se fue a los “Sanfermines” y se puso a correr delante de los toros. Cuando se enteró Raimundo Saporta le quería despedir… Menos mal que a Santiago Bernabéu le gustaban los toros e intercedió por él.
Con Clifford Luyk y su esposa Paquita Torres he tenido la fortuna de compartir mesa en la comida y debo decir que nos han ofrecido una lección de vida que no olvidaré. Una pareja maravillosa, amable, deliciosa, llena de experiencias que humildemente son capaces de compartir con quienes les rodean.
En definitiva, una pareja exquisita para un homenaje exquisito a una generación que marcó y guió el camino del equipo más laureado del mundo fuera de la NBA.
