Laso y su momento con Prepelic: Más allá de una ‘lasina’

Dice Pablo Laso en una de sus últimas entrevistas que él no está pendiente de las cámaras en los tiempos muertos, que él actúa como es en la vida real y en el partido ante CSKA vimos una demostración de ello pero justo en el lado contrario con Klemen Prepelic.

Las cámaras tienen orden de enfocar rápidamente a Pablo Laso cuando el Real Madrid recibe un parcial adverso, saben que ahí tienen «chicha» para vender al gran público, ver cómo un entrenador sacude una espectacular bronca a quién le corresponda, da igual que sea al grupo en su totalidad o, como hemos visto en la última ocasión, a Melwin Pantzar.

Las «lasinas» ya forman parte de la vida de Pablo Laso para la afición, no es raro oír en el WiZink Center si el marcador en el descanso es adverso frases como: «verás la que les va a caer en el vestuario», esa leyenda viene acrecentada cuando también son famosos esos terceros cuartos del Real Madrid en que parece que han tenido una inyección de adrenalina entre primera y segunda mitad.

Ver al Laso mucho más condescendiente no parece tener tanta expectación y es que nos gusta más verle en plan, como dice Carroll: «Le ves ahí tan tranquilito y de repente parece que se vuelve loco».

A Klemen Prepelic le está costando su adaptación al Real Madrid, inclusive parece que le vino peor su genial porcentaje de tiro en la Supercopa y esos triples lejanísimos para colgarle una etiqueta de revulsivo que todavía no está desarrollando, su experiencia en el puesto de base con la baja de Llull está teniendo alguna luz y más sombras como pudimos ver ante el CSKA donde vimos un jugador descentrado, superado por la situación y errático en sus acciones, lo que le costó irse al banquillo, sabedor como nadie que lo había hecho mal.



Ante ello, Pablo Laso no hizo uso de ninguna de sus lasinas, no machacó al jugador, anímicamente destrozado, simplemente le hizo entender lo que había hecho mal sin necesidad de alterar el tono de voz y con un simple gesto poniéndole la mano en la cabeza le hizo ver que el camino será largo y difícil hasta que llegue a mostrar su verdadero nivel, pero que la confianza de su entrenador la iba a tener hasta las últimas consecuencias.

No sabemos cómo será la temporada final de Klemen Prepelic, en un Real Madrid con exigencia máxima y que los fallos penalizan mucho cuando siempre vas a tener a un compañero de altísima calidad que está ávido de quitarte los minutos que tú tienes en la cancha, pero que el esloveno no va a estar solo hasta que la temporada dicte sentencia, lo tenemos claro, con independencia de que, a pesar de lo visto el jueves, seguro que en otra ocasión también se llevará la lasina de rigor, porque lo que no se permite en un conjunto que entrene Pablo Laso es la relajación.

Mil gracias al compañero de @BasketatodoRitm   por permitir ilustrar el artículo con su magnífica instantánea del momento.

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