No te acabes nunca, 2017

Foto: @rolandgarros

Con la final de la Copa Davis termina un año histórico protagonizado por dos leyendas que nos hicieron viajar en el tiempo.

He apurado para escribir estas líneas a que acabase el último punto del último partido de esta temporada tenística que ha sido irrepetible. Con los franceses levantando su décima Copa Davis se cierra un año que difícilmente olvidaré por el regreso de dos campeones y el renacer de una rivalidad ya casi enterrada. Hablo por supuesto de Roger Federer y Rafa Nadal. En diciembre de 2016 peloteaban en la inauguración de la academia del balear y unos meses más tarde se han repartido los cuatro Grand Slams, buena parte de los Masters 1000 y cierran el curso como número 1 y 2 de la ATP. Con ellos hemos viajado en el tiempo unos 10 años atrás, cuando se disputaban todos los títulos y chochaban en la pista dos estilos tan opuestos y tan bonitos como efectivos.

Federer y Nadal protagonizaron una épica final en Melbourne / Foto: @australianopen

Para mí, seguidor del suizo casi desde que empezó a ganar, se me hace imposible pensar que 2018 vaya a estar ni si quiera cerca de igualar este 2017. Todo empezó en enero con ese ansiado 18º Grand Slam ganado en Australia partiendo como número 17 del ranking y con la única esperanza de superar algunos partidos e ir progresando tras seis meses fuera del circuito por lesión. Pero fue avanzando -con maratones de cinco sets de por medio- y llegó a esa histórica final ante su rival de siempre y  Roger jugó como nunca frente a su mayor miedo: Nadal. Muy agresivo y olvidándose de las bolas altas a revés que tanto le han torturado en sus 23 derrotas ante el español. Luego llegaron los títulos de Indian Wells y Miami (con otra gran final ante Nadal) y el descanso –merecido- durante la gira de tierra batida, donde a Federer ya no se le ha perdido nada.

En junio reapareció en su jardín, la hierba, y levantó trofeos en Halle y, sobretodo, en Wimbledon. El 19ª ‘Major’  y octavo en la hierba londinense cayó tras una incontestable final ante Marin Cilic y sin perder un set en las dos semanas de torneo. Con las expectativas sobradamente superadas, quedaba el reto del US Open. Unos inoportunos problemas físicos –lógicos también porque recordemos que el helvético tiene ya 36 años- le privaron de llegar al 100% a Nueva York y un imponente Del Potro se cruzó en su camino en cuartos. Pero quién sabe si su verdugo no hubiera sido su amigo Rafa. Sí, porque el 2017 de Nadal también ha sido tremendo.

En la hierba londinense Federer se alzó con su 19º Grand Slam / Foto: @wimbledon

Merecido número 1 para el balear que no recortó su calendario y disputó más partidos que Federer tocando techo en su amada tierra batida. Montecarlo, Madrid y París, siempre París. Nadal levantó el décimo Roland Garros y el 15º Gran Slam y en el US Open cayó el 16º a lo que hay que añadir el título de Pekín logrado en el tramo final del curso. Con un juego más directo, un saque más potente pero sin perder sus señas de identidad, Nadal ha jugado su mejor tenis en la superficie que peor le ha ido históricamente. Quizá el desgaste y unos problemas -ya conocidos de sobra- en su rodilla le hicieron llegar fundido al cierre de la temporada en Londres. Porque ni él ni Roger acabaron el año de la mejor forma. Ambos con derrota ante David Goffin y viéndose ámpliamente superados.

Nadal sigue reinando en París, donde levantó su décimo título / Foto: @rolandgarros

Otro de los momentos del año ha sido revivir los duelos Federer-Nadal. Del 23-11 en el cara a cara favorable al español se ha pasado el 23-15 y salvo en Australia, Federer no dio ninguna opción al español ni en Indian Wells, ni en Miami ni en Shanghái. Sin duda ahora es el suizo quien le ha tomado la medida en la recta final de las carreras de ambos, con un juego mucho más descarado y ofensivo que deja a Nadal casi sin tiempo para reaccionar ante la velocidad de la bola de Roger. Para la historia quedará también la Laver Cup y el legendario partido de dobles que disputaron juntos además del gran fin de semana vivido en Praga compartiendo equipo.

Nadal y Federer fueron por primera vez pareja en un partido de dobles / Foto: @lavercup

Pero no solo han jugado Roger y Rafa en 2017. De esta temporada me quedo con el resurgir de Grigor Dimitrov, último campeón del curso en Londres y nuevo número 3 del mundo. Un tercer cajón que durante varios meses ocupó Alexander Zverev que tiene solo 20 años y ya está ahí. La película podría haber cambiado con las grandes ausencias de Andy Murray, Novak Djokovic y Stan Wawrinka pero eso nunca lo sabremos. Les esperamos para 2018 y si a estos regresos le sumamos el nivel de los ‘abuelos’ Roger y Rafa y la posible consolidación de los jóvenes Dimitrov, Zverev, Thiem, Goffin, etc., lo que se nos viene puede ser de locos. Y no me olvido de nuestra campeona Garbiñe Mugurza, que en este 2017 ha levantado nada más y nada menos que Wimbledon y ha alcanzado el número 1 además de una mayor estabilidad y mejora en su juego.

Garbiñe Mugurza superó a Venus Williams en la gran final / Foto: @wimbledon

Se acaba 2017 y yo firmaba que volviese a empezar mañana mismo, pero me conformo con seguir viendo a Federer disfrutar sobre la pista, sin lesiones y porque no, ganando algún Grand Slam más. Solo nos queda agradecer esta histórica temporada que nos ha transportado a otra época y esa época no parece haber terminado todavía.

Foto portada: @rolandgarros

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