Otra manera de ver la Copa (III)

La jornada de Copa en la que no juega el Real Madrid es,,, digamos, distinta. A la falta de la emoción innata que te ofrece tu equipo, te relajas y disfrutas tanto de la ciudad que visitas como de este maravilloso deporte que es el baloncesto.
Así que, a pasear por Barcelona. Y esta Copa me está quedando muy personal. Si os comentaba estos días atrás los recuerdos vividos en tiempos de los Juegos Olímpicos de Barcelona, hoy me sincero con mis rincones favoritos por donde paseo, me evado y medito. Si en Madrid lo hago en la Plaza de la Villa, en Barcelona mi rincón favorito es el barrio gótico. Así que, después de patearlo como se merece, a Badalona para asistir al entreno del Real Madrid.
Y me llegan más recuerdos. Y esta vez no tan lejanos. Cuando el acceso al equipo no estaba tan limitado. Hoy, en la pequeña cancha anexa del pabellón me confundía con los jugadores, los técnicos, el staff… ¡Qué gozada! Poder saludar e incluso intercambiar algunas palabras con algunos de ellos no tiene precio. Todo distendido, normal, natural… Y precisamente así son las sensaciones que me desprende el equipo. Tras el palo de la lesión del capitán, me da que el resto se han conjurado para hacer un gran papel en lo que queda de competición.
¡Ah!, que no se me olvide, con “caño” incluido de un futbolero Rudy a Musa, cuya única preocupación era saber si lo había grabado con mi móvil. Lo que os comento, naturalidad a raudales.
En la atención a medios posterior de Chus Mateo y Vicent Poirier mucho respeto a Unicaja, mucho análisis de los errores cometidos frente a Valencia y mucha seguridad en sus posibilidades.
Ya en la propia competición, por la tarde, el duelo fraticida canario resulta, a la postre, el más desigual de los encuentros de cuartos de final. Tras un maravilloso, divertido, espectacular y anotador primer cuarto (30-25), Tenerife logra romper el partido para vencer holgadamente por 89-73, con un Jaime Fernández (26 puntos) espectacular. Lo mejor del partido, sin duda, el duelo de las dos aficiones canarias: divertidas, sanas y originales.
De nuevo, lo peor, los asientos vacíos del pabellón. Y mención especial para el grupo de baile que se ha traído este año la ACB. Son espectaculares. Consiguen hacer que parezcan sencillos los movimientos de baile que realizan. Puro arte. A mí me están encantando. Creo que se llaman los Briters. Tomad nota.
Después, el encuentro Penya-Baskonia, que prometía mucho… y nos ha ofrecido todavía más. Qué intensidad, qué baloncesto de calidad, qué dos partidos en uno hemos disfrutado. Un comienzo espectacular de Baskonia, desarbolando a la Penya, con un 4-17 de parcial inicial. Pero los badaloneses no se iban a rendir. Apretaron dientes y sufrieron de lo lindo para igualar el partido, lo que no consiguieron hasta el comienzo de la segunda parte. Pero a partir de ahí los verdinegros se lo creyeron y los vitorianos se asustaron. Resultado, victoria clara por 94-81.
Me ha encantado la Penya. Un equipo luchador, fajador, que sabe sufrir… y muy bien trabajado. Defiende hasta la extenuación y ataca sabiendo elegir a la perfección si hacer daño por dentro, con un mariscal Tomic (18 puntos) o por fuera, con un jugador que me fascina, Joel Parra. Si le sumas la veteranía de Ribas tienes perfectamente retratado a un firme candidato al título. Ya lo cantaban sus aficionados: ¡A por la Copa, oe!
