Otra manera de ver la Copa. Viernes

Nuevo día soleado en Granada que te invita a lanzarte a sus calles. Menos mal, porque esta mañana tocó madrugar para cubrir a media mañana la atención a medios de Lenovo Tenerife y Real Madrid.
La ofrecían en el hotel donde se hospedan todos los equipos. Qué pena que este año nos hayan separado a la prensa, porque me pierdo el inmejorable ambiente de baloncesto que se palpa en cada rincón de la instalación, cruzándote saludos y charlas informales con los jugadores, exjugadores, técnicos, directivos, compañeros y todo el mundo del baloncesto. Menos mal que he podido vivirlo hoy unas horas.
Allí ha atendido a los medios Vidorreta. Un entrenador… distinto. Y lo dejo ahí. También ha hablado Adam Hanga. Con esto del COVID no había podido seguirle en vivo y en directo todavía y me ha parecido una persona interesantísima. Sereno, tranquilo, con muy buen análisis, positivo y con una sonrisa en la boca que contagia buen rollo. Y después el turno ha sido para Pablo Laso. Le he encontrado también sereno, con esa cara de satisfacción que muestra cuando el partido le ha gustado, analizando la actual situación física del equipo y mostrándose confiado en el futuro cercano.
Después me desplacé a un pequeño pabellón de un IES de Granada, La Veleta, donde tenía turno de entreno el Real Madrid. Quizás el entorno le haya venido bien porque allí solo estaba yo junto a los compañeros de RMTV. No se si eso habrá ayudado, pero he notado un ambiente bastante distendido. He visto al equipo tranquilo, como si con la victoria de ayer se hubiera quitado un peso de encima, con los jugadores charlando distendidamente mientras cambiaban sus zapatillas por la de entreno, lo que aprovechaba Laso para hacerse unos tiritos a canasta. El que tuvo, retuvo. Y me he fijado en una charla técnica en el centro de la cancha entre Chus Mateo y Vicent Poirier. Sin duda le hacía falta al francés, que lleva unos partidos, digamos, despistadillo. Calentamiento a base de entradas de canasta a canasta… y hasta ahí me dejaron ver. Mejores sensaciones que el jueves.
Por la calle, muchísimo más ambiente que ayer. Lógico, con la chirigota de Baskonia preparando la fiesta de las aficiones del sábado. Y la afición murciana, numerosísima y muy animada. Tanto que lo iban a demostrar por la tarde en el Palacio.
Primer partido. Valencia frente a un Murcia que venía como venía, recién salidos la mayoría de los jugadores del COVID, hasta tal punto que su entrenador Sito Alonso viajaba esta misma mañana. Pues lo que han hecho en la cancha es digno del mayor de los elogios- Lucha, entrega, coraje… Daba pena (o gusto) ver como llegaba cada jugador al banquillo al ser sustituido: exhausto, No creo que hayan trabajado nunca tanto los fisios murcianos, pues los calambres no paraban de hacer acto de presencia en los jugadores. Salida arrolladora, con intensidad, ritmo y acierto elevado en el triple, como si supieran que las fuerzas se les podían acabar. Más 19 al descanso. Un descanso que les viene fatal, pues encajan un parcial en cinco minutos de ¡0-21! Y cuando peor están las cosas, por el cansancio, la acumulación de faltas y la reacción valenciana, aparece la dirección de un McFadden espectacular y un veterano Bellas que levan a los murcianos a la victoria por 86-83, Comunión total con una entregada afición.
Y que no se me olvide contar, de esas maneras de ver las cosas mías, el baile de las mascotas de Breogán, Zaragoza y Valencia. Porque el segundo partido no tuvo más historia que el primer cuarto, donde Manresa se mostró entusiasta, intenso y atrevido. El resto, un perfecto rodillo azulgrana.
A ver qué nos deparan mañana las semifinales.
