Que el oro en China no nos ponga una venda en los ojos

Esta mañana ha tenido lugar en las instalaciones del INEF de Madrid un encuentro entre la Asociación de Baloncestistas Profesionales (ABP) y distintos medios de comunicación, con la presencia se planetacb, para intercambiar opiniones e inquietudes sobre la situación de los jugadores profesionales españoles en el marco baloncestístico actual.

Y la paradoja es que hemos disfrutado un verano con excelentes resultados de nuestras selecciones nacionales de las diferentes categorías, culminadas con el Campeonato del Mundo obtenido en China por la Selección Absoluta, pero nos inquieta el futuro del jugador español y, por ende, de nuestra Selección Absoluta.

En efecto, no debemos caer en la torpeza de vanagloriarnos con nuestros éxitos actuales si no, más bien al contrario, sería bueno anticiparnos a los problemas que previsiblemente se producirán en el caso de tomar medidas en la actualidad. Y qué mejor momento que el actual, aprovechando precisamente el tirón mediático y anímico que provoca un Campeonato del Mundo.

Tras China, la cruda realidad del jugador español consiste en que los jugadores de nacionalidad española no llegan al 30% del total de jugadores que forman las plantillas actuales de los equipos ACB. La política de “cupos” no parece haber solucionado la continuada caída de este porcentaje temporada tras temporada. Tendencia también aplicable a la siguiente división, la LEB Oro. Tampoco ayuda la divergencia de intereses entre la Federación Española, la ACB y la Euroliga.

Es obvio que se contratan a muchos jugadores extranjeros que cierran el paso a nacionales que no son ni mucho menos peores que aquéllos. Es obvio también que la falta de una competición sub20 potente hace que muchos jugadores jóvenes que finalizan su etapa junior (18 años) tengan que emigrar a EE.UU. para compaginar su formación universitaria con la competición de baloncesto en distintas Universidades, bajando probablemente de nivel de competición, o deban hacerse paso en unas ligas EBA de menor calidad competitiva o incluso lleguen a renunciar a competir en alto nivel. Y es obvio también que tampoco ayuda al joven nacional que varios equipos ACB pueblen su cantera de jóvenes jugadores no seleccionables.

Si bien es cierto que algo se está haciendo muy bien en las categorías inferiores, existe un profundo vació que produce un gap en el paso de junior a senior (+18 años).

Los fabulosos resultados de la Selección Absoluta no deben ponernos una venda en los ojos.

La generación de los “junior de oro” y los jugadores que han podido convivir con ellos se nos están haciendo mayores y antes de que nos demos cuenta estaremos homenajeándoles. Por eso es imprescindible que antes de que eso ocurra el baloncesto español cimente sólidamente sus bases, con la apertura de posibilidades reales a sus jóvenes, que permita ir alimentando continuamente de talento a la Selección Absoluta.

Desgraciadamente no proliferan tampoco los entrenadores valientes como Aíto, Porfirio Fisac o el propio Laso que apuestan descaradamente por invertir minutos en los jóvenes.

Es el momento adecuado para que todos los organismos implicados en el baloncesto español (FEB, ACB, ABP, CSD…) se sienten y piensen con vistas a futuro, dejando por un momento de lado sus intereses particulares en aras a asentar el baloncesto español, cuyo máximo exponente es la Selección Absoluta. Si no es así, tarde o temprano sufriremos un nuevo “angolazo” y la experiencia debe servirnos de algo. Por nuestra parte pondremos nuestro granito de arena haciendo eco de la realidad de nuestro baloncesto tal y como lo contemplamos.

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