¿Y ahora qué, señor Doncic?

Luka Doncic, el niño se ha hecho hombre. Medalla de oro en el Eurobasket, merecida y hasta lógica a tenor de lo visto en la competición, donde quizás «su» Eslovenia no fue la que mejor juego desplegó, pero sí la que mas entereza mostró, la que presentó un frente más compacto ante cada rival que se fué encontrando.
Parece que fue ayer cuando Pablo Laso le hizo debutar hace ya algo más de dos años. Un triple en el primer balón que tocaba nos hacía prever lo que se nos venía encima, en sólo unos segundos nos prometió lo que luego ha ido cumpliendo: Inteligencia, lectura de juego, mecánica y puntería, pero sobretodo un descaro y una valentía impropia en un niño entonces, un hombre hoy que se ha coronado como el MVP oficioso, que no oficial de todo un Eurobasket donde llegaba como su selección, de puntillas.
Es la estrella más joven en ganar un Eurobasket siendo tan importante para su selección, nadie jamás logró un gran título a nivel de selección con una precocidad tal, una brutalidad hasta que nos sentamos y vemos jugar al chaval, entonces entendemos la dimensión del cachorro esloveno, único hasta hoy, inigualable pues no hay ningún jugador a ese nivel que le aguante la comparación. Kukoc, Pau, Navarro, Sabonis, Petrovic, son algunos de los jugadores que han servido de modelo para medir la explosión del canterano madridista, pero ninguno acaparó tanta importancia desde tan joven, ninguno fue una referencia tan clara en su equipo o selección como lo ha sido/es Luka. Sólo Drazen parece mantener ese reto de precocidad con el esloveno, aunque no fué hasta los 18 años que tuvo la repercusión mediática a nivel europeo que tiene Doncic,cuando de su mano alcanzó la final de la Korac el desaparecido Sibenka Sibenik. Mientras, Luka a esa edad y lo habéis visto, ha ganado ligas y copas en España, la liga más potente del viejo continente, ha jugado una Final Four, ha sido líder en el campeón de un Eurobasket y es sin discusión, uno de los mejores jugadores del baloncesto Europeo en la actualidad.
Su juego es un desafío a la lógica baloncestística. Sabe cuándo tiene que ir al poste bajo, cuándo tiene que abrirse a las esquinas, cuándo asumir la responsabilidad anotadora, cuando jugar para un compañero que está «on fire» y cuándo hay que echar una mano en el rebote, todo ello pudiendo alternar hasta cuatro posiciones en cancha, situación esta que hemos visto en torneos largos con el Real Madrid pero también en cortos, jugando para Eslovenia, un chaval en edad de aprendizaje total, con un cuerpo grande y voluminoso (2,04 m – 99 kilos y creciendo) que invita a la des-coordinación en la mayoría de quienes comparten esos parámetros de físico/edad y que es capaz de hacer con un balón en las manos lo que otros jugadores mas bajos y veteranos sólo podrían soñar.
Todo esto que ha ocurrido alrededor de Doncic sólo hace que la decisión de irse el próximo verano a la NBA vía Draft(muchas papeletas para ser Nº 1) sea más firme, que para el Real Madrid, locos por renovarle y disfrutar de sus virtudes al menos un año más, sea casi imposible prolongar su estancia en la casa blanca, algo que incluso su propio padre, Sasa Doncic, ya adelanta: «Probablemente, se va a ir rápido a la NBA». Una losa que cae sobre el aficionado al baloncesto europeo en general y al madridista en particular, muy tocado ya tras la terrible lesión de su otro gran ídolo, Sergio Llull.
Una temporada, es el plazo que nos marcamos para seguir disfrutando de esta maravilla eslovena, una pena, la NBA no garantiza a los jóvenes que cruzan el charco una evolución plena, no con todos se tiene la paciencia para esperar a una formación completa, la liga americana quiere resultados inmediatos, máxime si de un Top 5 del Draft hablamos, es una trituradora de talento, de ilusiones. Hemos visto como otros que han cruzado el charco se han diluido y no han logrado alcanzar todo el potencial que se les suponía, sin salir del baloncesto español, los Ricky, Claver, Rudy o Chacho no lograron alcanzar esa plenitud que estoy seguro, de haber retrasado el desembarco en USA si hubiesen podido lograr, mayor experiencia en Europa asegura una mejor adaptación, una madurez mayor que evite un fracaso tempranero. Cierto que otros como los Gasol han tenido/tienen una carrera larga y exitosa, pero el número de los que se han quedado por el camino los convierten en excepciones que confirman la regla. Eso sin salir del baloncesto español, si lo extrapolamos a toda Europa vemos que por cada Porzingis hay diez Bargnanis, que por cada Tony Parker hay diez Nedovics, una pena esa tremenda excitación por dar el salto sin sopesar pros y contras.
Una temporada, repito, sólo una temporada más para alucinar con Luka Doncic, con cada canasta imposible, con cada pase de fantasía, una temporada donde tendrá, aún más si cabe la tremenda presión de ser Doncic y estar en el Madrid, agravada por la ya comentada lesión de Llull, lo que le expondrá aún más bajo los focos, nada que no pueda manejar este veterano de 18 años acostumbrado al más difícil todavía.
