Scariolo: «Me siento un entrenador que enseña, no solo uno que gestiona» –
Skip to content
Facebook
Twitter
Youtube
Instagram
Primary Menu
Inicio
Real Madrid
ACB
Europa
Euroliga
Eurocup
Champions League
Selecciones
100% Planetacb
Fernando Martín
Homenaje a Fernando Martín
Historias
Especiales
Historias
Entrevistas
NBA
Opinión
Buscar:
Actualidad Planetacb
Basket FEB
Selecciones
Scariolo: «Me siento un entrenador que enseña, no solo uno que gestiona»
23/12/2022
Javier Balmaseda
Hoy visita Planetacb Sergio Scariolo, un hombre que no para de agigantar su leyenda y que, con su inesperado y meritorio triunfo en el pasado Eurobasket, se ha ganado el reconocimiento de todos convirtiéndose en la figura más importante del año en el baloncesto español.
Sergio Scariolo (Brescia, 1 de abril de 1961), actual seleccionador español y entrenador de la Virtus Bolonia (equipo que está disputando la Euroliga), es uno de los entrenadores que pasarán a la historia del baloncesto, y eso que le queda cuerda para rato. Desde que comenzó a entrenar hace más de cuarenta años en su querida Brescia, no ha parado de crecer hasta convertirse en uno de los técnicos más laureados del panorama internacional. Más allá de su impresionante palmarés (tetracampeón del Eurobasket, oro en el Mundial 2019, plata en los Juegos Olímpicos 2012, bronce en los Juegos Olímpicos 2016, campeón NBA con Toronto Raptors, etc.), el italiano es una persona que se ha ganado el cariño y respeto de todos los españoles, un grande dentro y fuera de los banquillos. Todo fueron facilidades y cordialidad por su parte desde el momento en que me puse en contacto con él (muchas gracias, Ettore). Un auténtico caballero al que admiras aún más cuando lo conoces en las distancias cortas.
Encuentra el regalo perfecto para estas Navidades en Basketspirit, especialistas en baloncesto y NBA, con tienda física en el centro de Madrid y también venta on-line España. Échale un vistazo a su web aquí: https://www.basketspirit.com/regalos-baloncesto
A lo largo de esta entrevista repasaremos su larga trayectoria profesional, ahondando en los detalles que le han llevado a conseguir tantos éxitos, además de acercarnos al hombre que se esconde tras el entrenador de baloncesto.
Sergio Scariolo nos atiende, de manera muy generosa, durante una hora.
A los 18 años le dijiste a tu padre que querías ser entrenador, cuando todavía no habías terminado la carrera de derecho. ¿Por qué querías entrenar desde tan joven?
Con esa edad empecé a hacer los cursos, pero no tenía nada claro que quería ser entrenador. Lo decidí durante la universidad, cuando vi que las cosas iban bien, me había fichado el equipo profesional de Brescia para entrenar a la cantera y ser ayudante del primer equipo, y bueno, me divertía, me gustaba, me apasionaba. Ya había empezado a entrenar a los niños en el equipo donde me había formado como jugador. Allí tuve una lesión importante que prácticamente me impidió estar con el grupo, aunque probablemente no hubiese jugado mucho igualmente, pero quizá algo más. Me fastidié el tendón de Aquiles, una rotura parcial que todavía arrastro.
¿Qué consejos te dieron tus padres cuando empezaste a entrenar?
Mis padres eran dos profesores con formación académica y mentalidad bastante conservadora. El deporte era el lugar del pasatiempo, no tanto el lugar de la profesión, pero nunca me han puesto tampoco ninguna pega, lo único que me pidieron fue terminar la carrera, asegurar cuanto menos un porvenir en el caso de que las cosas no hubiesen ido bien.
¿Con qué soñabas en tus comienzos como entrenador en el Brescia?
No soy una persona de mucho soñar. Me encontraba contento e ilusionado con lo que tenía entre manos, es decir, con haber llegado a un club profesional, estar al lado de un entrenador del nivel de Riccardo Sales, que era una auténtica leyenda en el baloncesto italiano, y así he seguido siempre. Sigo siendo mucho más de disfrutar de lo que podía hacer que de pensar demasiado a largo plazo, no va mucho conmigo eso.
Ya que lo has nombrado, estuviste en el Brescia como segundo ayudante de Riccardo Sales, alguien que ha sido muy importante para ti en esta profesión. ¿Qué te enseñó?
Me ha dado una formación impresionante. Yo creo que sin Riccardo Sales y Valerio Bianchini no hubiese llegado a ser entrenador profesional, desde luego. Riccardo me enseñó, sobre todo, la parte de la técnica, la organización del entrenamiento, la disciplina, el orden, la creatividad. Y de Valerio aprendí la parte de la táctica y de la gestión de las personas y de los grupos.
¿Cómo de importante ha sido la figura de Valerio Bianchini para saber gestionar colectivos con tantas estrellas, como puede ser el caso de la selección española?
Desde luego ha sido un ejemplo impresionantemente formativo, con una capacidad de inspiración y de enseñanza tremenda. Luego, por supuesto, vas viendo cosas, porque el secreto de esto es estar dentro, tener los ojos abiertos, saber lo que dices con tu equipo, también lo que hablas con compañeros, con entrenadores, lo que ves incluso en otros deportes en momentos de comunicación, de consejos de otros donde puedes captar, sobre todo, alguna razón para reflexionar sobre procesos que se pueden producir en la dinámica de un equipo.
¿Cuáles fueron los mayores obstáculos o dificultades que te encontraste cuando empezaste a entrenar en Italia a comienzos de los ochenta?
He tenido que hacer mucha renuncia porque si tú quieres dedicarle tu vida al baloncesto tienes que renunciar a muchas a otras cosas que tus cercanos normalmente van haciendo, y así fue. Obviamente, no podía renunciar a un rendimiento escolar bueno porque en mi casa eso no se contemplaba de ninguna manera, pero no hacía lo que hacían todos los chavales de mi edad. Yo ya tenía muy pronto unas responsabilidades de entrenar a chavales y luego responsabilidad sobre toda una cantera, en fin, los días son 24 horas y todo a tope no se pueda hacer. Obviamente, mi renuncia tiró más hacia mi vida personal entendida como estar más tiempo con mis amigos, salir, irme de vacaciones sin que el baloncesto estuviese involucrado. Esas fueron las renuncias.
Foto: Javier Balmaseda
¿Qué ventajas tiene ser entrenador sin haber tenido previamente una importante carrera como jugador? Si no me equivoco, te retiraste en la categoría cadete por la lesión en el tendón de Aquiles.
Sencillamente que he empezado antes y he tenido más tiempo para aprender y para sumar conocimiento y experiencia.
Te conviertes en el entrenador principal del Scavolini en la temporada 89/90, con apenas 29 años, y lo haces campeón de Italia, convirtiéndote en el entrenador más joven en ganar la liga italiana, un récord que todavía sigue vigente. ¿Qué recuerdas de aquello, Sergio?
Me llegó esta primera responsabilidad de entrenador de primer equipo, de un equipo importante, muy pronto, y tuve que hacer, un poco como decía antes, un cursillo acelerado de estar a la altura de la situación, una situación muy exigente, por cierto, ya que era un equipo, por entonces, de élite que había ganado una liga dos años antes y tenía un grupo de jugadores con los que se podía seguramente aspirar a poder hacer algo bueno. Así que tuve que asumir muy pronto esa sensación de que solo valía la excelencia, solo valía hacerlo muy bien, era un poco lo que tenía en mi casa desde siempre a nivel de rendimiento escolar o académico. Enseguida se trasladó en la misma sensación o en la misma exigencia a nivel deportivo.
En tu etapa en Pésaro te enfrentas a uno de los grandes equipos que ha dado el baloncesto europeo, la Jugoplastika. ¿Ha sido el mejor equipo que has visto en el viejo continente a nivel de clubs?
(Se queda pensando unos segundos). Bueno, es muy difícil comparar equipos de épocas distintas, muy, muy difícil. Desde luego, ese era un equipo impresionante, con una cantidad de talento, con disciplina y muy bueno en ambos lados de la cancha, no era solo un equipo ofensivo, sino también defensivo, es decir, era un equipo de primerísima calidad. Encuentro muy difícil comparar equipos de épocas diferentes.
En tu etapa en el Fortitudo de Bolonia coincides con Djordjevic. ¿Fue difícil gestionar el carácter de alguien tan ganador como Sasha?
No. Obviamente, todos los grandes campeones te exigen mucho a nivel de gestión, a nivel de estar a la altura, a nivel de que les han entrenado grandes entrenadores. Tienen personalidad, carácter, y están acostumbrados a tener un rol muy dominante en todos sus equipos, pero no los definiría problemáticos, en absoluto.
¿Qué jugadores te han ayudado a crecer más como entrenador? ¿Puede ser Djordjevic uno de ellos?
Sí, desde luego. Todos los jugadores que he entrenado, sabiendo coger algo de ellos, me han ayudado a crecer. Por supuesto, cada uno de los grandes jugadores te aporta cosas de forma diferente. Algunos, sencillamente, estimulándote a tener que gestionar personalidades y caracteres complicados, otros para estar a la altura de unos conocimientos de baloncesto o una inteligencia baloncestística elevada, es decir, por un lado o por otro hay seguramente aprendizaje. Si tú sabes aprender, es una bendición tener esta clase de jugadores.
Has dicho en varias ocasiones que te sientes como un entrenador de juveniles. ¿Por qué?
Porque me siento un entrenador que enseña, no solo que gestiona, que disfruta más enseñando que gestionando, que disfruta más con la mejora del jugador, la mejora del equipo, la creación de un proyecto a medio plazo. Por todo esto, disfruto casi más de los entrenamientos que de los partidos.
Estando en el TAU recibes la llamada del Real Madrid. ¿Fue difícil aceptar la oferta del conjunto blanco por lo bien que estabas en Vitoria o es imposible rechazar a un equipo como el Madrid?
Bueno, un poco ambas cosas. Yo estaba muy a gusto en Vitoria y no pensaba mínimamente en marcharme, no era para nada mi intención, pero sí que a la vez entiendes que la posibilidad de vivir una experiencia en un club de este tipo, que se puede considerar por títulos, por número de aficionados y por estructura, un top no solo de baloncesto, también de organización deportiva mundial, era una oportunidad que había que aprovechar, desde luego.
Apostaste en más de una ocasión por descartes de la NBA, como sucedió cuando trajiste a Djordjevic al Real Madrid. ¿Era una estrategia?
No es una estrategia, yo soy un pragmático, no tengo vínculos, pero sí que hay gente que desconfía de jugadores que están en la NBA por desconocimiento, sobre todo, por ignorancia, porque las etiquetas siempre limitan. Sin embargo, aparte de tener una red de contactos ya desarrollada después de muchísimo tiempo que te permita recibir información y contrastarla sobre los jugadores, se trata de intentar saber conocer al jugador y a la persona y hacerte ayudar por todos los recursos que puedes alcanzar.
¿Recuerdas el quinto partido de la final entre el Barcelona y Real Madrid como uno de los que has vivido con mayor tensión?
No, particularmente. No fue un partido de estos igualados que ningún equipo coge ventajas. Fue un partido de rachas, una racha tremenda de ellos que los lleva quince arriba, y una racha mortal nuestra. La sensación de tensión permanente la tienes más cuando estás dos arriba, cuatro abajo, cinco arriba, etc. No fue ese tipo de partidos.
¿Qué fue lo más positivo de tu experiencia como director deportivo de la sección de baloncesto del Real Madrid?
Bueno, aprendí a entender el baloncesto y a verlo desde otro prisma para entender también la perspectiva del club. Y diría que poco más, sinceramente. Creo que fue en su momento un sacrificio que acepté porque me lo pidieron, que al final intenté aprender, pero honestamente no me apetecía, pero bueno, tampoco reniego de ello, pero seguramente no la repetiría.
Has dicho que de todos los equipos que has entrenado, Unicaja es el que más has sentido como tuyo. A nivel de clubs, es en el que más tiempo has permanecido de 2003 al 2008. ¿Qué te dio Málaga que no te dieron otros lugares?
Una serie de cosas. Obviamente, el tiempo porque cinco años en la vida de un entrenador son muchos, sobre todo, en equipos de élite; en equipos con otro tipo de exigencias es más fácil poderse quedar. Sin embargo, en un equipo exigente, con cierta exigencia a nivel de resultados, a nivel de corresponder a ciertas expectativas, no es tan fácil. Y luego, pues no sé, muchas amistades, la sensación de haber encontrado el lugar ideal para vivir, más sensaciones. Realmente no se puede explicar racionalmente lo que es una sensación, decir: “Me siento en casa, siento que esta es realmente mi casa”. Son sensaciones más irracionales, más de sentimientos.
En tu segundo año en Málaga ficháis a Jorge Garbajosa, que ya lo conocías de tu etapa en Vitoria. ¿Intuías que iba a ser un jugador clave en el futuro de tu equipo por el cambio en el estilo del juego con el predominio del tiro de tres puntos? Cinco años antes habías ganado la liga con el Madrid tirando muy poco de tres.
No era tanto una cuestión del triple, era una cuestión de que globalmente le veía como un jugador de los que pueden cambiar la historia de una franquicia. Le había tenido de niño, entonces le conocía muy bien como persona, le había tenido como un jugador joven prometedor, pero tenía la sensación de que estaba ya preparado para, después de una experiencia importante en Italia, poder dar ese salto de calidad y liderar a un equipo ambicioso que pudiese aspirar a dar un salto de calidad dentro de su vida deportiva.
Me llama la atención que muchas de tus victorias importantes se han producido fuera de casa con un ambiente hostil. En Varese con el Scavolini, en Barcelona con el Madrid, en Vitoria con el Unicaja o en Lille con España. ¿Tienes una habilidad especial para motivar a tus jugadores cuando juegan con todo en contra?
No, sencillamente quizá por restar ese plus de tensión. Lo que me interesa en esos momentos es, sobre todo, rebajar una tensión exagerada o un miedo motivado. Intento que mis jugadores no lo hagan más complicado de lo que es, es decir, que no lo vean más difícil por razones no reales, sino más bien emocionales. Es más una forma de intentar buscar un equilibrio que de tener particulares secretos raros o complicados, nada por el estilo.
Luego te vas a Rusia, donde creo que la vida te resultó un poco complicada por el frío, el tráfico, etc. ¿Qué recuerdas de tu etapa en este país?
Realmente un mundo diferente, eso sí que es un mundo diferente. Cuando fui a Toronto no tuve una sensación de diferencia de cultura como la tuve cuando fui a Moscú, y por supuesto, menos aún entre Canadá y Estados Unidos. Lo de Moscú fue algo bastante diferente en todos los sentidos.
En el 2009 comienzas a entrenar a la selección española. La idea de la Federación siempre ha sido crear una atmósfera en la que los jugadores se sintieran como parte de una familia. Supongo que habrá multitud de detalles para que todos se sientan parte de esta familia. ¿Nos podrías comentar algunos de ellos, esos que no se aprecian desde fuera?
Bueno, yo creo que es una suma de cosas. Primero es que sirve de ejemplo de los que han marcado una época y han cambiado la historia del deporte español, y por supuesto mucho más del baloncesto español y de la selección, es decir, se ha demostrado que la competitividad se puede acompañar con compañerismo, no tiene porque permitirse egoísmo en busca de la estadística individual. La aceptación del rol es muy importante y entender que al final lo que cuenta es que gane el equipo, es decir, que actúe bien el equipo por encima de las individualidades, que también existían, por supuesto, con sus personalidades y caracteres, pero bueno, se ha creado una cultura de privilegio para el equipo, una sensación de lo difícil que es, pero también de lo gratificante que es el ser parte de este equipo, y eso hace que la gente esté dispuesta a ir más allá, a veces incluso seguir más allá de donde van con sus clubes. Es un compromiso, una forma diferente, por supuesto tienen caracteres bastantes únicos, de la normalidad del deporte de equipo, y por eso los que somos parte de ello nos sentimos unos privilegiados.
No fueron fáciles tus comienzos con la selección cuando llegas en el Eurobasket del 2009. Allí te encontraste con una serie de infortunios, como la inesperada lesión de Pau en el dedo nada más empezar la concentración y momentos al límite demasiado pronto, como el partido contra Gran Bretaña que nos podía haber dejado fuera a las primeras de cambio, aunque finalmente España ganó de manera brillante el campeonato. ¿Cómo recuerdas todo aquello, Sergio?
Pues lo recuerdo como tú dices, es decir, que parecía que había entrado en la selección y de repente todo eran problemas. Se lesionó Rudy, se lesionó Navarro, primero se había lesionado Pau, es decir, hubo un problema tras otro. Mi idea era cambiar un poco la forma de jugar del equipo, es decir, que Pau y Marc jugaran a la vez juntos, cosa que lógicamente no pudimos enseñar y que añadió inestabilidad al equipo. Luego mejoraron un poco las condiciones físicas y también la situación de unión se fue fortaleciendo, y a partir de ahí fuimos creciendo. Desde entonces, hemos podido perder partidos, sobre todo, en las competiciones cuando ni queríamos estar al cien por cien de nuestra capacidad, pero momentos preocupantes como para decir que el equipo no emite buenas vibraciones, el equipo ha perdido algo de su magia colectiva, nunca hemos tenido, al menos yo personalmente nunca los he tenido.
¿Cómo eran los duelos entre Pau y Marc en los entrenamientos?
Esos duelos entre Pau y Marc han pasado casi a la historia. Esos 1×1 que empezaban a disputar al final de los entrenamientos hacían que todo el mundo se parase a mirar porque realmente era un condesado de cariño y competitividad y, por supuesto, de técnica, de lectura y de un conocimiento impresionante del baloncesto.
Durante tu etapa en la selección española os enfrentáis muchas veces a Francia. ¿Había una motivación especial cuando jugabais contra ellos?
No, yo creo que no. Obviamente, siempre se presentaban como los más fuertes, atléticamente mucho más fuertes, incluso también como talento, pero creo que la competitividad se genera automáticamente cuando dos selecciones se enfrentan muchas veces, no porque tenga que haber nada especial. Nos hemos tenido que encontrar muchas veces en muchas fases de los campeonatos, creo recordar una sola derrota, al menos yo personalmente, en el 2010 en la fase de grupos, y la verdad que muchas victorias, incluso en amistosos, incluso en París. Creo que quizá se nos ha dado tácticamente siempre bastante bien, siempre disponían de una calidad física, técnica y atlética impresionante, pero luego no eran tan complicados para afrontar desde el punto de vista táctico, casi siempre nuestros equipos encontraban una forma de competir.
Recuerdo especialmente el partido de cuartos de final en el Eurobasket de Polonia en 2009.
Sí, fue desde luego un gran partido, de consagración porque estábamos jugando contra una selección de tantísima calidad en plenitud de su fuerza, sin embargo ganamos de una manera muy clara.
Ya que estamos hablando de los enfrentamientos contra Francia, tenemos que hablar de uno que ha pasado a la historia, el partidazo de Pau en la semifinal del Eurobasket 2015 en Lille. ¿Cómo estaba Pau en los momentos previos a este encuentro? ¿Le notabais algo especial que os hiciese pensar que iba a pasar algo grande?
Pau generalmente es una persona bastante tranquila, pero muy capaz de prepararse para los partidos, bien técnicamente, bien emotivamente, y con un excelente equilibrio emotivo. Él era un jugador que a sus compañeros les daba mucha tranquilidad porque sabían que era una referencia en la cancha, y también un referente por la confianza y tranquilidad con que afrontaba los partidos. No recuerdo nada especial en los días previos. Venía de un partidazo contra Polonia en el que había tenido un problema físico y, sobre todo, se había enfrentado a uno de los pocos jugadores que a nivel de dureza, de cuerpo, de contrarrestarle cerca del aro le podía poner problemas, como era Gortat, pero supo marearlo literalmente, empezó yendo por dentro y luego por fuera, y empezó a meter triples, le volvió literalmente loco.
¿Cuáles son los mayores ejemplos de liderazgo que has visto en tus equipos?
¡Buah! Realmente es difícil hacer un listado porque habría que hablar casi de todos, cada uno de ellos tenía una forma diferente de liderazgo, bueno, la tienen todavía en el caso de los que siguen. Liderazgo de Juan Carlos y Pau, que sabías que no te iban a dejar tirado en el momento de la verdad, podías darle la pelota y saber que iban a hacer un gran uso de ella, o gente como Ricky o Calderón, o el propio Chacho con una capacidad de meter la pelota, incluso con una sonrisa, en el sitio adecuado en el último minuto durante un partido igualado, o la de Marc, que parecía un computer jugando por tanto conocimiento y tanta capacidad de darse cuenta de lo que pasaba en la cancha. Para terminar con Sergi Llull, un liderazgo de ejemplo hecho persona, todos los días con una sonrisa, todos los días con energía, todos los días trabajando. Y con Rudy, que este año ha sido realmente muy por encima, y mira que lo conozco de hace ya muchísimos años, de lo que yo incluso me hubiese podido esperar, esa increíble capacidad de ponerse al nivel de gente casi veinte años más joven que él, de saber hablar su idioma y de darles confianza y tranquilidad, pero a la vez levantarse cuando tocaba, en fin, lo del Eurobasket de este año, en el caso de Rudy, ha sido el liderazgo más fuerte que he visto yo en mi vida.
¿Qué nos faltó para haber ganado a Estados Unidos en la final de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012?
Yo creo que en 2012 seguramente fue el momento que más cerca estuvimos, estando realmente por delante, igualado hasta bien entrado el último cuarto, no sé, probablemente nos faltaron tres o cuatro minutos de poderlos mantener un poquito más ahí para poder pensar que incluso a gente tan buena y tan experimentada, le pudiese haber entrado un poquito de, no digo de miedo a ganar, pero sí de presión porque realmente los favoritos indiscutibles eran ellos.
En el 2018 fichas por Toronto Raptors como entrenador ayudante. ¿Cuáles fueron las mayores diferencias que te encontraste, sobre todo, en el día a día, entre la NBA y el baloncesto FIBA en tus tres años en la mejor liga del mundo?
Es un baloncesto muy diferente, todo es muy diferente, la organización, el nivel de estructura, la calidad de los clubes, el conocimiento de los directivos, etc. Hay profesionales con un nivel impresionante de conocimiento de su trabajo y del propio juego. En cuanto al juego, en primer lugar, es un juego con un calidad tremenda e inusual, tanto física como técnica, en segundo lugar es un juego con una velocidad de ejecución impresionante, es decir, los jugadores se mueven al doble de como lo hacen aquí, obviamente facilitado por los espacios con los que pueden contar y la norma de arbitraje que limita mucho el contacto, permitiendo bastante poco las manos, los agarrones, etc. Y bueno, hasta llegar a los Playoffs es un juego más de 1×1, más individual que colectivo, pero luego en los Playoffs también tiene una riqueza táctica importante, una capacidad de presentar un abanico de soluciones realmente impresionante, y eso entiendo que no todos se dan cuenta porque no todos son capaces de ver los partidos de la NBA con los ojos con los que ver un partido de la NBA. Muchas veces la velocidad es tal que uno se pierde la mitad de los detalles, desde luego. A nivel de mejora individual de los jugadores, es decir, mejora de la técnica individual o mejora física, no hay un sitio en el mundo que ni se acerque a la mitad de la capacidad que tiene la NBA de hacer mejorar a los jugadores.
¿Cuál era tu trabajo allí, Sergio? Si no me equivoco, cada uno de los ayudantes teníais un rol diferente.
Sí, pero el primer año rotamos, es decir, yo pasaba de la responsabilidad de la defensa y del ataque a la responsabilidad de las situaciones especiales hasta un poquito antes que empezaran los Playoffs, momento en que nos estabilizamos y cogí ataque, que fue con lo que me quedé también el segundo y el tercer año.
¿Por qué es tan difícil para los entrenadores de fuera llegar a la NBA?
Bueno, yo creo que es imposible que un entrenador, sin conocer la NBA desde dentro, pueda ir allí y triunfar como primer entrenador, entrenador europeo digo. Tienes que entrar ahí, tienes que aprender, estudiar, situarte, el idioma, los detalles, la pronunciación, la tecnología, etc. Hay muchísimas cosas que tienes que aprender antes de poder pensar ser un primer entrenador, aunque sus conocimientos de baloncesto, sobre todo, en baloncesto a nivel colectivo, puedan ser seguramente superiores a los de muchos entrenadores que están allí, pero hay muchos códigos, muchos detalles, muchos matices propios de la NBA que si tú no llegas a poderlos dominar no hay manera de que puedas seguir aceptado como uno de ellos, como uno que puede entrenar allí.
Ya que has estado allí y sabes de qué va aquello, ¿tienes la ilusión o el objetivo en el horizonte de ser algún día el entrenador jefe de una franquicia de la NBA?
No, yo creo que sin descartar lo de poder crecer, pero yo creo que después de haberlo probado, de haber estado feliz, de haber aprendido mucho, haber ganado un anillo, haber establecido muchas relaciones muy buenas y muy útiles también, yo creo que a ojo veo mi futuro a corto y medio plazo desde luego en Europa.
¿Cómo es el día a día en la vida de Sergio Scariolo siendo entrenador de la Virtus Bolonia y de la selección española? ¿Cómo llevas compaginar estos dos trabajos?
Todo se trata de organizar el trabajo, el día, de tener buenos cuerpos técnicos y colaboradores en los que confías, de tener buena capacidad de organizar tu día sin perder el tiempo, haciendo una buena valoración de lo que es tu gente importante, encajarlo bien, por supuesto tener una familia comprensiva que pueda entender que también tiene que hacer alguna renuncia para que puedas tener todo el tiempo que necesitas para hacer las dos cosas.
¿A qué dedicas el poco tiempo libre que te queda?
Por supuesto a mi familia cada vez que puedo y por supuesto como prioridad. También juego al golf y al pádel cuando tengo tiempo para dedicar a algo más personal, más divertido o ameno.
No hemos hablado todavía de la victoria en el último Eurobasket, que se ha llegado a considerar una de las mayores gestas de la historia del deporte español, valorándose muchísimo tu trabajo al frente de la selección española. No creo que haya muchos ejemplos parecidos en el deporte a lo conseguido por este grupo en este campeonato. ¿Cómo puedes explicarlo, Sergio?
Se explica porque el baloncesto es un deporte colectivo y hay un margen, en este caso de prorratear el máximo margen posible y plausible para que la suma de los valores individuales de una cantidad que luego se multiplica sumando factores colectivos, como la unión, la disciplina, la organización o la preparación, todas estas cosas que han funcionado como factores multiplicadores del talento individual del que podía disponer el equipo.
Has hablado antes del liderazgo de Rudy. ¿Qué otros factores han sido claves para ganar el Eurobasket?
Ha habido muchos factores, desde luego ese ha sido uno. También la admiración defensiva del equipo, la capacidad de rendir en ataque gracias a la disponibilidad y generosidad en mover la pelota y en compartirla, el liderazgo de Lorenzo Brown, que ha sido impresionante. Ha habido muchos factores en la cancha, pero yo creo que todo venía porque una vez más el equipo había conseguido fuera de la cancha formar una unidad realmente unida y muy competitiva, muy ambiciosa, pero a la vez muy humilde, sin creérselo, y afrontando cada entrenamiento y cada partido con la actitud correcta.
Foto: Javier Balmaseda
¿Qué ha sido más difícil para ti: haber ganado con esta selección o con las anteriores formadas por aquel elenco de estrellas?
Bueno, cada situación es distinta, con sus dificultades, algunas más gestionales y otras más técnicas, pero quizá si tengo que decantarme y mojarme diría que ha sido desde luego más complicado aquello, lo de antes, pero a la vez también yo empezaba como seleccionador, igual también puede ser una razón para que fuera así, no solo en los demás, también conmigo mismo.
Llama la atención que muchas de las finales que habéis ganado en los grandes campeonatos han sido por grandes diferencias. ¿A nivel mental estabais más preparados que los rivales o hay algo más que no sepamos?
Yo creo que a nivel mental seguramente estábamos más preparados, llegamos a jugar esos partidos de una forma muy bien preparada mentalmente. Los jugadores saben jugarlos, saben competir, saben encontrar el equilibrio entre la pasión, el fuego y la concentración, es decir, creo que no es casualidad.
¿Cómo te encuentras ahora en tu actual etapa con la Virtus Bolonia? ¿Cuál es el objetivo del equipo?
El equipo está jugando bien, estoy contento de cómo crece, de cómo juega colectivamente, desde luego no tenemos top players, es decir, nuestros top players igual están un poco ya al final de su trayectoria profesional, pero estoy contento de cómo jugamos al baloncesto, que al fin y al cabo es lo que más me preocupa, que tengamos una actitud correcta y que juguemos bien a baloncesto, y esto creo que estamos consiguiéndolo. Mi objetivo es estar hasta el final en el grupo de los que se juegan un acceso a Playoffs, sabemos que va a ser muy difícil, quizá por encima de nuestras expectativas y previsiones de lo que podemos conseguir, pero lo que no queremos es desfondarnos, es decir, hacer una temporada en la que ya a mitad estás lejos y no consigues tampoco hacer que sea útil para el crecimiento del equipo porque ya estás lejos de los sitios del Playoffs. Así que eso es un poco el objetivo.
Fue muy bonita la ovación que recibiste del Wizink cuando te enfrentaste al Real Madrid el pasado mes de octubre.
Sí, fue un poco recuerdo de la última vez que estábamos allí celebrando un título tan increíble por inesperado, y creo que fue un poco por eso.
¿Se entrenan los tiempos muertos o dependen más del instinto y agilidad mental de cada uno?
Un poco de todo, en general la comunicación se entrena y es una parte natural que uno puede tener o no. Ahí se trata más de sintetizar y esencializar la comunicación. Cuando tú te vuelves a escuchar puedes corregir cosas, y la capacidad de gestionar el tiempo, que parece poquísimo, y lo es, pero si te organizas, bien hablando con tus ayudantes, bien mentalmente eligiendo lo que tienes que decir, y bien luego trasladándolo, pues te da. Yo recuerdo en NBA, con esos tiempos muertos tan largos, era una pasada (risas) con tanto tiempo que podía tener, pero el desafío es ese, llegar a poder en un minuto recibir información, procesarla con lo que tú también has visto en el partido, elegir el tipo de ajustes o el tipo de mensaje que hay que trasladar al equipo e intentar hacerlo de la manera lo más clara posible, incluso, si es posible, repetirlo, fortaleciéndolo, repitiéndolo un par de veces antes de que el árbitro empiece a tirarte por la chaqueta.
Has hablado de los duelos impresionantes entre Pau y Marc al acabar los entrenamientos. ¿Qué genialidades has visto hacer a tus jugadores durante los entrenamientos?
Bueno, muchísimas, es complicadísimo nombrarlas todas, lo que sí es evidente es que los grandes jugadores trabajan para hacerlo, pero también hay momentos lúdicos en los que hay que saber jugar. Una de las cosas más comunes a todos los equipos, incluso en la NBA, es cuando se juegan algo, como con los tiros desde el círculo del medio campo, esa es la constante que encuentras en todos los equipos antes o después de la temporada.
¿A quién recuerdas meter más canastas desde el medio campo?
¡Buah! He visto de todo, pero normalmente los pequeños, uno más tirador también tiene esa puntería como para también saber meter con más frecuencia ese tipo de tiros.Añadir
Tu hijo está jugando en una universidad en Estados Unidos. ¿Qué tal le va?
Sí, la verdad es que está progresando bien, mejorando, puede que sea su último año allí porque debería graduarse, es el cuarto año. Creo que al final de la temporada volverá a Europa.
Háblanos de la Fundación Cesare Scariolo, creada en honor a tu padre.
Es un proyecto que me ocupa y me inspira a la vez, y que es muy importante para mí y para mi familia, me absorbe también tiempo. Realmente se trata un poco de devolver una parte de todo lo que he recibido y de agradecimiento por la suerte que he tenido, al menos hasta ahora, en mi vida. Es una forma de recordar a mi padre, ahí sí que no he tenido mucha suerte porque lo perdí muy pronto, pero a la vez de hacerlo de una manera un poco concreta, no solamente con la nostalgia o el recuerdo.
Muchas gracias por esta hora inolvidable, Sergio.
Muy agradecido a: Ettore Stecchini, Isabel Ortiz y Mina Tostado.
Javier Balmaseda
Tags: España, seleccion nacional, sergio scariolo
Continue Reading
Anterior «Su talento natural era increíble». Flipando con Sabonis en los entrenamientos
Deja un comentario Cancelar respuesta
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *Comentario Nombre *
Correo electrónico *
Web
Guardar mi nombre, correo electrónico y sitio web en este navegador para la próxima vez que haga un comentario.
Buscar:
Es Tendencia…
«Su talento natural era increíble». Flipando con Sabonis en los entrenamientos
19/12/2022
Scariolo: «Me siento un entrenador que enseña, no solo uno que gestiona»
23/12/2022
Mateo: «Rudy y Deck están recuperados y disponibles ante ASVEL»
21/12/2022
Fotogaleria – Entrenamiento previo jornada 15 Euroleague Real Madrid vs LDLC Asvel
21/12/2022
El Real Madrid coge el liderato ACB venciendo al Tenerife
18/12/2022
El Real Madrid despide el año con su afición ganando a ASVEL
23/12/2022
Entradas recientes
Scariolo: «Me siento un entrenador que enseña, no solo uno que gestiona»
El Real Madrid despide el año con su afición ganando a ASVEL
Fotogaleria – Entrenamiento previo jornada 15 Euroleague Real Madrid vs LDLC Asvel
Mateo: «Rudy y Deck están recuperados y disponibles ante ASVEL»
«Su talento natural era increíble». Flipando con Sabonis en los entrenamientos
Archivos
diciembre 2022
noviembre 2022
octubre 2022
septiembre 2022
agosto 2022
julio 2022
junio 2022
mayo 2022
abril 2022
marzo 2022
febrero 2022
enero 2022
diciembre 2021
noviembre 2021
octubre 2021
septiembre 2021
agosto 2021
julio 2021
junio 2021
mayo 2021
abril 2021
marzo 2021
febrero 2021
enero 2021
diciembre 2020
noviembre 2020
octubre 2020
septiembre 2020
agosto 2020
julio 2020
junio 2020
mayo 2020
abril 2020
marzo 2020
febrero 2020
enero 2020
diciembre 2019
noviembre 2019
octubre 2019
septiembre 2019
agosto 2019
julio 2019
junio 2019
mayo 2019
abril 2019
marzo 2019
febrero 2019
enero 2019
diciembre 2018
noviembre 2018
octubre 2018
septiembre 2018
agosto 2018
julio 2018
junio 2018
mayo 2018
abril 2018
marzo 2018
febrero 2018
enero 2018
diciembre 2017
noviembre 2017
octubre 2017
septiembre 2017
agosto 2017
julio 2017
junio 2017
mayo 2017
abril 2017
marzo 2017
febrero 2017
enero 2017
diciembre 2016
octubre 2016
septiembre 2016
Redes Sociales
Facebook
Twitter
Youtube
Instagram
Planetacb
Contacto
Nota Legal
Política de Cookies
Quiénes somos
Redes Sociales
Facebook
Twitter
Youtube
Instagram
Copyright © Planetacb. Todos los derechos reservados
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies
ACEPTAR
Aviso de cookies