Análisis de los rivales de Euroliga, eterno CSKA

El eterno aspirante a la Euroliga. Cada vez que hablamos del CSKA de Moscú, es lo que nos viene a la cabeza, ya que a su poderío baloncestístico aúna un poderío económico difícilmente igualable en el viejo continente.

El CSKA es aristocracia en el baloncesto europeo, sin dudas, el club más fiel a la hora de competir por el cetro continental en los últimos veinte años. Ningún otro equipo ha mantenido un idilio con la Euroliga y su Final Four como el equipo moscovita, que desde 2003 sólo ha faltado a su cita con la F4 en 2011, lo que da una clara medida de lo que representa el equipo ruso.

Continuar el proyecto y volver un año más a la Final Four es el objetivo, continuar con ese juego agresivo en defensa y alegre y dinámico en aro rival, rápido, generando ventajas constantes amparados en la tremenda calidad individual que atesora la plantilla que dirige Dimitrios Itoudis. Posiblemente, esta temporada 2017/18 sea la de un mayor cambio en el juego de CSKA, la baja de Milos Teodosic lo condicionará todo. Teodosic, pese a saltar desde el banco, era el catalizador, el generador de juego, el desatascador y es que el serbio es un genio, un jugador diferente y de sus capacidades dependían los rusos cuando los partidos se complicaban, siendo Nando De Colo quien se llevaba los galardones sí, pero por ejecutar en aro rival las órdenes del propio Milos.  No sólo Teodosic ha causado baja, junto al genial jugador serbio, otro base, Aaron Jackson ha partido en busca del oro chino, James Agustine, fichado por Unicaja o Joel Freeland, que acababa contrato y no fue renovado.

Pero el equipo ruso, poseedor de uno de los presupuestos más altos de Europa y sin miedo a gasta su dinero, cubrió ese hueco con jugadores de primer nivel. Sergio Rodríguez, el genial base español como fichaje estrella procedente los Sixers (NBA), Leo Westermann, la eterna promesa francesa procedente de Zalgiris, Will Clyburn, de Darussafaka y Othello Hunter, llegado desde el Real Madrid.

Con este nivel de incorporaciones, junto a lo que mantienen, los De Colo, Higgins, Hines, Kurbanov, Vorontsévich o el veteranísimo Viktor Khryapa, se postulan un curso más como claros candidatos a la victoria final.

Una idea clara de juego. Itoudis ha sabido ir añadiendo piezas al engranaje que conforma su equipo sin perder ni un ápice de competitividad, manteniendo esa sólida defensa y esa facilidad para rebotear que, la capacidad atlética de su plantilla le permite. Sin dudas podemos personalizar en Kyle Hines esa intensidad defensiva, esa dureza que limita a rivales y permite a CSKA salir en transición sumando hombres para anotar con facilidad. Para esta línea de trabajo defensivo y seguridad en el rebote llegan tanto Hunter, que no logró entender lo que Laso le pedía en Madrid y Will Clyburn, que pese a sus escasos dos metros, tiene una facilidad pasmosa para sumar rechaces para su equipo desde esa situación intermedia entre el alero y el ala pivot.

Pero donde el cambio es más radical para la plantilla rusa es en el backcourt, en el juego exterior. Con las posiciones intermedias (escoltas y aleros) ya ocupadas, es en la posición de base donde sufren los chicos de Itoudis la mayor transformación. Perdida la magia y la capacidad de generar desde la nada de Teodosic o la electricidad, ritmo y capacidad defensiva de Aaron Jackson, son Sergio “El Chacho” Rodríguez y Leo Westermann los encargados de generar juego junto a Nando De Colo. El Chacho será el encargado de liderar la segunda unidad de CSKA saltando desde el banquillo como hizo en sus años en Madrid, aportando una marcha más en ataque al juego moscovita con  esa facilidad para dar el último pase que le hace tan especial, otro de esos jugadores diferentes, capaces de cambiar el signo de un partido con su sola presencia en cancha. En Westermann, posible titular acompañando al francés De Colo en tareas organizativas, Itoudis ha buscado un tercer base al uso, de nivel, capaz también de saltar al escolta debido a sus casi dos metros de altura y simultanear ambas posiciones con su compatriota, ambos de un perfil físico similar.

CSKA con sus incorporaciones se convierte en un equipo más atlético y veloz, orientado a jugar “small ball” durante muchos minutos, todo ello bajo el mando anotador de Nando De Colo, estrella indiscutible del cuadro ruso tras la marcha de Teodosic. Con De Colo se garantizan a un ejecutor, ya sea generándose sus propias canastas o bien utilizando al resto del quinteto mediante bloqueos, directos o indirectos. Un roster completo, equilibrado, quizás algo más débil en posiciones interiores, pues el oficio de Augustine no lo iguala Hunter y huérfanos de un verdadero líder, pues ninguno de los nombrados, ni Higgins o Fridzon, jugadores también importantes en la rotación de Itoudis, pueden ocupar esa vacante, ese liderazgo abandonado por Milos Teodosic.

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