Anicet Lavodrama: «Siempre entendí que el deporte profesional era una etapa más»

Foto: Miguel Ángel Forniés

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Con motivo de su cumpleaños, Anicet Lavodrama visita Planetacb para recordar aquellos años en los que se convirtió en un ídolo en las canchas españolas, especialmente en Ferrol.

Anicet Lavodrama (Bangui, República Centroafricana, 59 años) es uno de los pívots más carismáticos que han pasado por la ACB. Sus increíbles mates y tapones forman parte ya de la historia de esta competición. Con sus 2,04 metros de altura y una fuerza descomunal, era uno de los jugadores más espectaculares y temidos de la época. Enfrentarse a él podía convertirse en una auténtica pesadilla para sus rivales. Sin embargo, es un hombre que ha sabido ganarse el cariño de todos los que han estado cerca de él en algún momento. Participó con su selección natal en los Juegos Olímpicos de Seúl y, desde hace unos cuantos años, es un español más. En la actualidad continúa estando muy vinculado al baloncesto, un deporte que le sigue enamorando a todos los niveles.

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Felicidades en primer lugar, Anicet. Es un honor contar contigo para este serial de entrevistas a jugadores míticos de los ochenta y noventa.

¿A qué te dedicas en la actualidad, Anicet? Creo que has seguido estando muy vinculado al baloncesto desde que te retiraste.

He tenido el privilegio de trabajar como director general adjunto y responsable de prensa en el Fórum Valladolid. También he formado parte de la secretaría general de la FIBA para trabajar con el Sr. Stankovic, un grande del baloncesto desde la gestión mundial del deporte. Además, he formado parte de los Cleveland Cavaliers. También he trabajado en la empresa de representación y marketing deportivo, You First (contribuir para traer al baloncesto ACB y NBA a varios jugadores de alto nivel). Ahora sigo en otros ámbitos con mis propias iniciativas, como llevar la Chus Mateo Academy en Málaga, ser analista de televisión en la cadena 101TV de Málaga y en un despacho de patentes, marcas y propiedad intelectual. Llevar la Chus Mateo Academy en Málaga me da la oportunidad de ser mentor de entrenadores y de jugadores en los campus, clínics y cuando me lo solicitan. Soy un hiperactivo sereno…

¿Fueron difíciles tus comienzos en el baloncesto en la República Centroafricana?

Empecé a jugar al baloncesto a los 13 años en Abidjan (Costa de Marfil), donde mi padre estaba destinado como embajador de la RCA en Côte d’Ivoire. Seguí a mi hermana mayor y a mis hermanos a sus entrenamientos y me encantó cuando un entrenador me propuso intentarlo. Tuve la suerte de tener un muy buen entrenador porque hasta hoy sigue encantándome el baloncesto (de cantera, femenino y a todos los niveles). Lo extraordinario es darnos cuenta de lo aparentemente peligrosas que eran las zapatillas de la época comparadas con los calzados de alta ingeniería actuales, desde las Pumas mías y las Top Ten.

Foto: Miguel Ángel Forniés
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Fuiste elegido en el puesto 52 del Draft del 85 (3ª ronda) por Los Clippers. ¿Hubo opciones reales de haber intentado dar el salto a la NBA?

Había 23 franquicias NBA en mi época y el Draft tenía 7 rondas, creo recordar. Así que, por lo que me decían de mi talento y aptitudes, tenía definitivamente potencial. Sin embargo, Los Clippers tenían en mi puesto a gente de gran experiencia y talento como Cedric Maxwell, Michael Cage, Jay Murphy y Swen Nater. Yo era demasiado joven y además había jugado siempre de pívot pese a no ser excesivamente alto. Así que dijeron que seguirían viendo mi evolución. Posteriormente, siempre me convocaban para entrenar y probar con otras franquicias de la NBA, Detroit Pistons con Dennis Rodman, Minnesota Timberwolves (en su primera temporada NBA), y Houston Rockets en los veranos después de venirme a España. Aunque me encanta competir, no tenía esa hambre que hay que tener para estar en la NBA. Es lo que me dijo una vez Hakeem: “Anicet, eres demasiado intelectual, pero algún día llegarás a la NBA”. Y tenía razón. Lo hice como scout de los Cavaliers.

Por suerte para nosotros, te vienes a España fichando por el mítico OAR Ferrol en la temporada 85/86. ¿Por qué decidiste fichar por un club como el OAR? ¿Hubo ofertas de otros equipos españoles o de otros países?

Con esta pregunta es necesario contextualizar. Yo no estaba en esas fechas esperando o buscando una oportunidad en el baloncesto profesional. Ser drafteado por los Clippers fue un gran orgullo, pero mi mente estaba puesta en encaminar mi vida post universitaria a trabajar en una de las entidades financieras a las cuales entregué mi solicitud, como Merrill Lynch, Charles Schwab o Morgan Stanley. Casualidades de la vida, resulta que un señor alto y muy resultón, con gran flequillo y de gran voz, se me presenta en nuestro hotel en Los Ángeles durante la Liga de Verano en Loyola Marymount, y me dice: “Mister Lavodrama, soy Moncho Monsalve. Si usted no se queda en Los Ángeles tengo un contrato para usted con mi equipo en Ferrol, Galicia (España)”. Cuando Don Chaney (head coach de los Clippers) me comunica que no iba a estar en la plantilla de inicio de temporada, mi entrenador en HBU, Gene Iba,  me informa que recibió un fax de un club de España, OAR Clesa Ferrol que querían ficharme. Y me subí al vuelo de American Airlines destino A Malata, haciendo escala en Barajas, en compañía del gran periodista Martin Tello. En esa época no había todos los medios para comunicarse que hay hoy. Desconozco si otros clubes se habían interesado por mí.

Foto: Miguel Ángel Forniés
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En Ferrol eres una auténtica leyenda. ¿Con qué te quedas de tus nueve temporadas allí?

Con absolutamente todo. El mejor entorno para un recién salido de la universidad con paso vía Draft NBA en una extraordinaria organización profesional en Los Ángeles, California. Una gran acogida por parte de Moncho Monsalve, su asistente y mi vecino, Miguel Maseda. También me quedo con la espectacular calidad humana y talento del otro jugador extranjero, Nate Davis. Un presidente, Juan Fernández, lleno de energía. Una directiva inmejorable y cercana. Unos compañeros, Ricardo García, Manolo Aller, Miguel “Canido” Loureiro, Mico Saldaña, Valentin Ruano, Miguel Piñeiro, Toño Martin, tanta buena gente en Ferrol y A Malata, el mágico entorno natural, mis rincones favoritos hasta hoy. Significa algo muy profundo para mí, y mi vida, Ferroliño.

Supongo que sería muy duro abandonar Ferrol.

Ferrol es mi hogar y siempre lo será. Ver desaparecer al club de la ACB fue duro. En 1994 el OAR Ferrol no tuvo los apoyos institucionales necesarios ni los financieros para seguir en ACB, entonces mis compañeros y yo tuvimos que buscar otros destinos. Yo me fui a Valladolid para tener como compañero a Oscar Schmidt, Lalo García y como entrenador a Wayne Brabender. Fue un privilegio estar en Valladolid.

Después de tus nueve temporadas en Ferrol, juegas en Valladolid (94/95), Joventut (95/96) y te retiras en 1998 después de volver a Valladolid (96-98). ¿Estás satisfecho de cómo te ha ido la vida después de retirarte de las canchas?

En general mucho, ya que siempre entendí que el deporte profesional era una etapa más en mi vida y que mi educación desde casa y mi educación académica me preparó para saber que en algún momento, en la treintena, tenía que hacer la transición a otra actividad profesional.

Foto: Miguel Ángel Forniés
Foto: Miguel Ángel Forniés

Eres uno de los pívots más carismáticos que han pasado por la ACB. Incluso, le has dado nombre a un grupo musical.

Es un grupo creo que de Zaragoza, liderado por Benjamín Villegas. Lo llamaban ANICET LAVODRAMA como me dijo por tener cariño y/o admiración. Luego, al escuchar y preguntar muchas personas sobre algunas de las canciones con cierto posicionamiento político contrarios a los míos, hablé con Benjamín y accedieron en poner solo Anicet.

Eras un pívot que ponías en serios aprietos a tus rivales.  ¿Por qué era tan difícil enfrentarse a Anicet Lavodrama?

Yo competía y sigo haciéndolo conmigo mismo. Entiendo lo que me dices porque era un rival duro, pero la respuesta le corresponde a los que jugaron contra mí.

Llegaste a participar en algún concurso de mates. ¿Machacar el aro era lo que más te gustaba?

Yo personalmente disfrutaba mucho más con los tapones a tablero y las asistencias. Muchísimo más.

¿Qué genialidades de tus compañeros se te quedarán siempre en la memoria?

Las fabulosas series de triples de mi capitán en Ferrol, Miguel Loureiro, y de Mike Hansen y “Mano Santa” Oscar Schmidt en Valladolid. De los mates, hasta hoy el mejor fue el mate de espaldas en plena zona de Nate Davis contra el Barcelona. Al final de los entrenamientos en Valladolid, eran Andrei Fetissov y Lalo García los que se prodigaban en machacar el aro, plasticidad contra contundencia y garra.

Foto: Miguel Ángel Forniés
Foto: Miguel Ángel Forniés

¿Te llegaron ofertas del Real Madrid, Barcelona o de otros equipos del extranjero?

El Madrid me quiso fichar en dos ocasiones. La primera vez, Wayne Brabender (era el entrenador en Madrid creo recordar) me fue a ver jugar y entrenar en la Liga de verano Pro Am en Houston. Hicieron una propuesta, pero Juan Fernández (presidente del OAR) no accedió. Yo no tenía una cláusula de salida expresa en mi contrato con el OAR Ferrol. No sé muy bien cada detalle, pero según entendí le pidió a Mendoza (presidente del Madrid en aquel entonces) una cifra inasumible. La segunda vez (1997 más o menos) coincidió con una meniscectomía que me fue practicada en una rodilla y que me impidió estar recuperado a tiempo para el calendario de competición europea en la cual el R. Madrid tenía que participar. Al recuperarme volví al Fórum Valladolid. Además, me llegaron ofertas de varios equipos de Grecia y de Italia, y del Limoges.

¿Cómo viviste participar con tu selección natal en los Juegos Olímpicos de Seúl?

Significó un extraordinario honor, privilegio y orgullo representar a tu país, a tu familia y a un continente formando parte de lo que significa el Olimpismo; el estar junto a los mejores en la Villa Olímpica, el desfile inaugural y competir con los mejores. Se queda corto todo lo que uno pueda expresar como deportista. Y que al llegar al Museo Olímpico en Lausanne mis hijos pueden teclear el nombre de su padre en una de las pantallas informativas y aparezca el nombre de su papito.

¿Cuáles han sido los momentos más difíciles que has vivido cuando jugabas al baloncesto?

El no clasificarnos para la Final con la selección centroafricana en el Afrobasket 1985 en Costa de Marfil por una falta de cálculo de los puntos a favor por parte de nuestra directiva. Teníamos una selección de altísimo nivel para ser campeones.  La primera lesión grave, rotura de menisco en mi rodilla en 1986 antes de terminar la liga. Y las situaciones de incertidumbre estructural en los clubes cuando pasábamos hasta seis meses sin cobrar las mensualidades.

Foto: Miguel Ángel Forniés
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¿Y los momentos de mayor felicidad?

Mi primer partido internacional en Duchanbé (Tayikistán, URSS a los 16 años). Llegar a las finales del Afrobasket U18 en Luanda, Angola. Ganar la conferencia en NCAA y alcanzar por primera y única vez el March Madness con Houston Baptist University. Haber sido nombrado All American. Ganar el Afrobasket en 1987 con la selección Centroafricana. Estar en los Juegos Olímpicos en Seúl y ser considerado uno de los top 5 en anotación y en rebotes. Ir al Museo Olímpico en Lausanne y que mis hijos puedan ver el nombre de su padre en los archivos Olímpicos. Tener los compañeros que he tenido en HBU, con la selección RCA y en los 3 clubes en los cuales he jugado en España. Varias asistencias que he dado sobre todo a Manolo Aller, Oscar Schmidt, Lalo García y Mike Schlegel. Por supuesto múltiples tapones sobre todo a tablero, varios Alley-Oops y muchas más cosas. La felicidad del público en A Malata cuando superamos situaciones difíciles. La mayor felicidad era cuando me esperaban los niños al final de los partidos, fuera en La Malata, para que les llevará a sus casas después de los partidos.

¿Cuáles eran los rivales que más te hacían sudar?

En NCAA, Cherokee Rhones (Centenary). En ACB, Clarence Kea, Stanley Roberts, Granger Hall, Fernando Romay, Ray Smith y Arvydas Sabonis.

Los jugadores con más talento (compañeros o rivales) que has visto en una cancha de baloncesto

Son varios. Ante todo, Fredéric Goporo (nuestro base en la selección RCA), Manolo Aller, Nate Davis, Mike Schlegel y Otis Howard (en el OAR Ferrol), Ray Smith (Mayoral Maristas), Joan Creus (Granollers), el doctor Corbalán (Real Madrid), Oscar Schmidt (en Valladolid), Jordi Villacampa y Randy White (en la Penya).

¿Qué te ha dado el baloncesto y qué te ha quitado el baloncesto?

El baloncesto me ha aportado mucho, ha completado los valores que me inculcaron mis padres. También me ha dado metodología con capacidad de superación en cómo afrontar los desafíos de la vida. Además, me ha permitido llegar a España y tener a mi hija y a mi hijo. Me ha dado inmensamente. La parte negativa es que me ha alejado de mis padres y de mis herman@s en el día a día presencial.

¿Qué es lo más curioso o peculiar que te ha sucedido jugando al baloncesto?

Ver la cantidad de humo de cigarrillos en los pabellones en España. Una madre que le responde a su hijo diciendo: “Este señor no es un negro, es un jugador de baloncesto” 😊

La maravillosa energía con la que vibraba el público con una acción tuya. Lo peculiar que me pareció cuando Roger Esteller me quiso intimidar en un partido en Manresa, o como algunos oponentes intentaban hacerme reír como para no mosquearme. Me consta que Joe Arlauckas lo hacía a propósito para mantenerme manso.

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Si te gustan las historias del baloncesto de antes, puedes regalar o regalarte “Fernando Martín. Instinto Ganador”, una obra que cuenta con casi 500 testimonios (Antonio Martín, Sabonis, Anicet Lavodrama, Corbalán, Pablo Laso, Audie Norris, Brian Jackson, Wayne Robinson, Biriukov, Pep Cargol, Quique Villalobos, Isma Santos, Romay, Andrés Jiménez, Epi, Fernando Arcega, Essie Hollis, Lolo Sainz, Aíto, Gonzalo Vázquez, Antoni Daimiel, Ramón Trecet, etc.).

MIGUEL ÁNGEL FORNIÉS nació en Badalona el 18 de septiembre de 1952. Estudió en los Salesianos Badalona y en el Colegió Badalonés. Servicio Militar en Campo Soto, Cádiz.

Fotoperiodista de Devoción. Colaboró con Eco Badalonés, 5Todo Baloncesto. Desde 1981 con Nuevo Basket como fotógrafo. Primer fotoperiodista en viajar a ver y fotografiar partidos de la NBA en 1984. Europeo de 1973, cinco Mundiales Júnior (de 1983 a 1999). Quince meses trabajando, viviendo y jugando a baloncesto en Argelia (Sidi Bel Abbès).

Mundial de España 1986, Mundial de Argentina en 1990. JJOO de Barcelona 1992 como adjunto del jefe de prensa de baloncesto. Ha escrito dos libros, Crónica de un viaje alucinante (en 2009) y Memorias Vividas (en 2015). Durante 19 temporadas (1996-2014) responsable de prensa del Club Joventut Badalona.

 

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