El día que Fernando Martín le paró los pies, fuera de cancha, al rival más temible

Foto Josep M. Arolas

Foto Josep M. Arolas

Hoy, día en que Fernando Martín cumpliría 58 años, sacamos a la luz esta inédita e insólita historia sobre el mito que nos permitirá nuevamente ahondar en la faceta personal y humana del pionero del baloncesto español.

Os recordamos que si queréis conocer muchas más cosas de Fernando Martín, el libro de Javier Balmaseda, «Instinto Ganador», está a la venta en Amazon.

A comienzos del mes de mayo de 1984, la selección española de baloncesto estaba en plena preparación para el torneo preolímpico de Francia, en el que intentaría conseguir su billete para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Después de haber disputado el torneo de Linares, los hombres de Antonio Díaz Miguel se dirigían a la localidad gaditana de Puerto Real para enfrentarse, en un nuevo torneo preparatorio, a Israel, Polonia y la Unión Soviética de los temibles Sabonis y Tkachenko. España y el resto de selecciones se concentraron en el hotel Puerto Bahía, en la playa de Valdelagrana (Puerto de Santa María), donde solían merodear algunos aficionados en busca del autógrafo de sus ídolos. Este fue el caso de José Miguel (un joven de catorce años por entonces), que vivió una fascinante historia cuando se escapó del colegio con un par de amigos con la esperanza de encontrarse con Fernando Martín, uno de sus dos ídolos (Arconada era el otro). Pero mejor que sea el propio José Miguel quien nos cuente la historia:

Me acerqué al hotel a ver a Fernando Martín. Una vez allí, me lo encontré sentado en un sofá de la cafetería junto a Corbalán. Los jugadores rusos, que también están concentrados en el mismo hotel, empezaron a salir del comedor y aproveché la ocasión para pedirles autógrafos. Todos fueron muy amables y se pararon a firmarme, salvo uno, el gigantón Tkachenko, que además llevaba cuatro naranjas considerables en la mano, pero era como el que llevaba cuatro mandarinas; ya sabes el tamaño de Tkachenko (2,21 metros) y lo que impresionaba. El caso es que me acerqué a pedirle un autógrafo (con mi inglés del colegio) y él, en lugar de atenderme, me empujó con las naranjas que debido a la diferencia de altura, impactaron entre mi hombro y mi cara. No es que me agrediera, pero me echó hacia atrás como diciendo: “Mira niño, quítate de en medio”. El caso es que me caí de culo, aunque afortunadamente no me hice daño. Fernando Martín, pese a no estar cerca, se percató de la situación desde el sofá. Entonces, se levantó rápidamente y mientras se acercaba, le recriminó (en inglés) a Tkachenko con un gesto muy serio su acción tan desafortunada. Fue escueto con el ruso, pero bonito no tuvo que ser lo que le dijo, aunque no conseguí  entenderlo. Acto seguido se agachó, me levantó como si fuera un muñeco y me preguntó cómo estaba con una ligera sonrisa. Yo estaba muy nervioso y, para mi sorpresa, Fernando Martín, mi ídolo, me invitó a sentarme con él y Corbalán. No me lo podía creer. El caso es que estuve un buen rato con ellos (alrededor de veinte minutos); fueron unos minutos increíbles e inolvidables. Fernando estuvo muy amable conmigo. Recuerdo sobre todo su preocupación y su atención. Cada dos por tres me preguntaba si estaba bien. Se notaba que quería que me tranquilizara y que estuviera a gusto, como restándole importancia a lo que me había sucedido con Tkachenko. De hecho, soltó un par de bromas con el ruso para buscar mi risa y quitarme el susto, diciendo algo así, como: “Ahora entiendes por qué cuando yo estoy debajo del aro tengo que emplearme a fondo cuando él me empuja”, en plan jocoso. Además, me invitó a una coca cola y me firmó la carpeta del colegio donde tenía varias fotos suyas.

Con Sabonis y Tkachenko. Foto interior (archivo Conde-Ramos, Fundació Bàsquet Català)

Me acuerdo que bromeó con unas fotos de Estefanía de Mónaco que llevaba en mi carpeta: “Tienes que tener fotos de chicas, no mías”, me dijo. Yo estaba en una nube y mis dos amigos flipaban, no se atrevían ni a acercarse. Y para mi asombro, Fernando me comentó que le dejara mis datos para mandarme algo. A los pocos días recibí en mi casa varias fotos suyas firmadas. Mi ídolo no solo me había socorrido y atendido de una forma exquisita, sino que además se tomó la molestia de tener este nuevo detalle conmigo. Lo último que recuerdo de aquellos inolvidables minutos, fueron estas palabras suyas: “Acuérdate, cuando llegues a tu casa, le dices a papá y a mamá que te ha dicho Fernando Martín que felicidades por la educación que te han dado”. Fue lo último que me dijo. Si ya tenía admiración por Fernando, imagínate después de este gesto. Fue algo tremendo, un subidón de adrenalina. A todos mis amigos les decía que Fernando Martín me había defendido. Que dejara lo que estaba haciendo con su compañero y me invitara a una coca cola y se preocupara de aquella manera por mí, no lo voy a olvidar en mi vida.

Pero ahí no quedó la cosa. Años después, mientras pasaba unos días en Madrid en casa de unos tíos, me volví a encontrar con él. Fue durante un torneo de Navidad en el viejo pabellón de la capital de España. Un día, me acerqué a un entrenamiento del Real Madrid y allí estaba Fernando. Le empecé a hablar y le dije si se acordaba de mí. Por suerte, él me contestó que sí. Es más, me preguntó si iba a venir al torneo porque quería entregarme algo. Me dijo que le buscase antes del partido. Y así fue, antes de un encuentro pregunté por él, salió y me regaló unas zapatillas Adidas. Todavía me emociono al recordarlo. Tener estas anécdotas con tu ídolo es increíble y demuestran su grandeza y humanidad. De hecho, a Fernando lo sentía como parte de mi familia. El legado que le he dejado a mi hijo son los valores que tenía Fernando, por encima de todo, una gran persona.

Foto Interior. Las zapatillas que FM le regaló a José Miguel_

Aquel niño terminó siendo periodista.

Os dejamos un vídeo de Antonio Rodríguez con imágenes del torneo.

José Miguel Muñoz (7-7-1969, Jerez de la Frontera) inició su andadura periodística en Onda Jerez Radio – Televisión. De ahí, diversos medidos en su trayectoria profesional: Diario de Jerez, Cadena Cloe, Tve, Don Balón, Estadio Deportivo y Sevilla FC entre otros, aunque su etapa más extensa fue en el Diario Marca donde era el encargado de viajar con la selección española de fútbol (Mundial, Eurocopa, etc.). En la actualidad es el CEO de Number 1 Sport (www.number1sport.es) además de estar escribiendo la biografía del que fuera meta de la Real Sociedad y la selección española de fútbol, Luis Arconada.

6 Comentarios en “El día que Fernando Martín le paró los pies, fuera de cancha, al rival más temible

  1. Asi deberian ser todos los deportistas famosos,tienen que pensar que son famosos y ganan ese dinero por los aficionados

  2. Nostalgia de aquellos años cuando incluso los deportistas de élite eran accesibles. En mis primeros años como profesional de la información iba a los entrenamientos del Barça y de la Penya como Pedro por su casa y luego podías entrevistar a cualquiera. Ahora, si no es en rueda de prensa, imposible. Y, qué decir de la humanidad de Fernando. Yo no estuve cerca de él esa época pero tras leer la biografía publicada por Javier Balmaseda, ‘Instinto ganador’ y testimonios como el de José Miguel no me cabe duda de que a muchos les pasó como a mí: no sabíamos quién era realmente Fernando.

  3. Siempre he pensado que Fernando era así.
    Espontáneo .agradecido con los que el veis.sinceros.
    Era.grande dentro y fuera de la cancha
    Gracias. Por.contarnos la historia y confirmarlo

  4. Fernando Martín Espina 10.
    El Cristóbal Colón del baloncesto patrio.
    Siempre presente, Fernando. Nunca te olvidaremos. Mi ídolo de infancia.

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