El ‘Pato’ Garino se sincera: recurrió a un psicólogo como Abrines y su táctica es «romper las pelotas» en defensa

Patricio Garino se ha sincerado en una entrevista para InfoBae donde analiza su carrera, su estancia en la selección de Argentina y su nuevo rol como jugador. El alero del Baskonia cuenta episodios desconocidos y deja claro que su principal cualidad es la defensa.

Garino es uno de los varios representantes de la Albiceleste en la ACB. De hecho comparte vestuario con su compatriota Vildoza, que también está disputando el Mundial con la de Sergio Hernández. Y justo ahí, en la ACB y en el basket español, ha encontrado su mejor versión.

Un defensor para «romper las pelotas»

Garino destaca en la entrevista que el baloncesto de «hoy en día se basa en especialidades de jugadores». Es decir, los equipos buscan una estrella en defensa, una estrella en ataque o una estrella en cualquier otra pieza táctica del baloncesto. Él siempre había querido «ser un jugador completo» capaz de brillar en varios escenarios, pero reconoce que ha optado por hacer de la defensa su «valor más importante».

«Mi prioridad es la intensidad defensiva. Lo que busco es que el atacante me vea de frente y diga «uy, me está defendiendo Pato y me va a romper las pelotas todo el partido», explica.

Problemas físicos y ayuda de psicólogos

Hace unos meses Álex Abrines confirmaba su vuelta al baloncesto profesional. Un vídeo servía como explicación a su misteriosa desaparición de la rotación de los Thunder en la NBA. No se trataba de una lesión, sino de un hartazgo. Problemas psicológicos que muchos jugadores del máximo nivel padecen, pero que no son conscientes de ello.

Garino asegura que pasó por una situación similar a la de Abrines y con las lesiones como explicación. El argentino estuvo apartado de las canchas desde 2017 hasta inicios del 2019 en varias ocasiones. Primero una fractura de mandíbula, luego un esguince en el ligamento de la rodilla derecha y por último unos problemas en los isquiotibiales de la misma pierna.

«Recurrí a un psicólogo que me hizo cambiar la mentalidad, me hizo dar cuenta de que las lesiones fueron solo accidentes y no mi culpa. Aprendí a disfrutar otra vez del básquetbol. Ya lo había empezado a tomar solo como un trabajo, me llenaba de presiones sin sentido y la cabeza se me iba para cualquier lado. Había dejado de ser yo, ese que está siempre con una sonrisa».

Un proceso que no fue nada fácil. Primero se negaba a reconocer su problema. Luego se apoyó en su familia y en su mujer. Y finalmente optó por acudir a profesionales para lograr superar este problema. Y lo hizo. Ahora está en China defendiendo los colores de su selección y en unas semanas regresará al Baskonia.

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