Hasta siempre, querido enemigo mío

Corre un incipiente rumor de que estos son los últimos partidos de corto de Vassilis Spanoulis y, por tanto, ese jugador que tantos quebraderos de cabeza dio al Real Madrid, parece que pisó ayer (de corto) la cancha del WiZink Center por última vez.
Maldita sea esta pandemia una y mil veces, no solo por el dolor que ha ocasionado y, desgraciadamente sigue haciendo, algo que se sobrepone a todo como es lógico pero, más allá de eso, dentro de las cosas futiles de la vida, también privó al aficionado madridista, de hacer algo que estamos seguros que hubiera hecho con agrado, rendir un último homenaje a uno de sus enemigos más temidos: Vassilis Spanoulis.
Repasar la carrera de Spanoulis es una locura, no vamos a perder tiempo en ello, pero sí queremos recordar la cara y la cruz de sus muchos enfrentamientos con el Real Madrid y, cómo no, esos tiene que ser las finales de Euroliga.
La cruz fue aquel día de mayo de 2013, en Londres, donde se veían las caras el Real Madrid y el Olympiacos, con una primera parte absolutamente demoledora de los blancos y en que el título parecía volar a la capital de España, pero no, tuvo que salir el maldito «Kill Bill» y empezar a ser el líder de su equipo, la pieza básica que hizo que ese marcador se diera la vuelta y ganara ese título tan ansiado y que obligaba a esperar otros dos años para llegar nuevamente a la final.
Fue en mayo de 2015, en Madrid, donde por fin se pudo tomar la revancha, donde flotaba en el aire ese halo de temor porque Spanoulis siempre está, siempre puede meter la canasta definitiva, jamás se rinde, pero no, ese año el título le correspondió al Real Madrid pero siguió haciendo crecer la carrera del mito, es lo que tiene los que nunca mueren.
Ahora, en abril de 2021, pisó por última vez el Palacio, fue capaz de dejar destellos de su calidad y de su picaresca de nuevo (esa falta sacada a Carlos Alocén), no perdió jamás el rostro de seriedad que adorna su carrera, recibió hasta un tapón de otro «viejo» compañero de batalla, Felipe Reyes, y solo faltó que Bartzokas, cuando le cambió en los últimos segundos, se hubiera llevado una atronadora ovación de un Palacio que debería estar abarrotado para el hecho, esa pena que nos llevaremos para siempre.
Gracias por todo, querido enemigo, ha sido un placer sufrirte.

El mejor artículo que he leído desde hace mucho..
Buenos artículos, valorando el baloncesto y sacando a la luz lo que es importante. Muchas veces me pierdo en las noticias y los rumores. Esta página es fidedigna y precisa. Gracias.