Javi Vega: «Los jugadores estamos indefensos»

Planetacb entrevista en exclusiva a Javi Vega, pieza clave en el ascenso a ACB del CB Miraflores y primer jugador de la historia en vestir la camiseta de la selección española absoluta jugando en LEB Oro.

El 14 de julio, de ahora en adelante, será una fecha inolvidable para Javi Vega. La mañana del día en cuestión, la ACB ratificaba el ascenso del CB Miraflores, gesta en la cual el ala-pívot madrileño fue, sin duda, uno de los héroes. Héroe que encontraría su recompensa pocas semanas después, convirtiéndose en el primer jugador de LEB Oro convocado para vestir la camiseta de la Selección Española absoluta. La llamada que lo hacía posible llegaba, como no, el 14 de julio.

-Las dos noticias fueron el 14 de julio. Ese día jamás lo olvidaré. Por la mañana se hizo oficial el ascenso de Burgos y por la tarde recibí la llamada de la Selección. Fue un día de locos. – confesaba.

 

No obstante, para comprender la magnitud de ambas gestas, es preciso echar la vista atrás en el tiempo. Es complicado pensar en Javi Vega sin que, inevitablemente, venga a la cabeza el club de su vida. Durante más de una decena de años, defendió la camiseta del Baloncesto Fuenlabrada, viviendo, entre otras muchas cosas, alguna que otra aventura europea y un descenso a los infiernos.

La vinculación entre Vega y el club de sus amores terminaba, sin embargo, y de forma un tanto abrupta, dos veranos atrás. Muchas fueron las informaciones sobre su marcha que circularon por las redes sociales, pero, a pesar de ello, para el jugador son muchos más los recuerdos positivos que los negativos con la elástica fuenlabreña y esa etapa perdura para siempre en sus recuerdos.

-Sinceramente, pensé que jamás me iría de allí. Yo tuve un encontronazo con alguien de la directiva. Ese sabor agridulce, junto al descenso, se te queda. De todas formas, son quince años en un club. El club no es una persona. Ni soy yo ni es un directivo. Es muchísima gente de la que guardo muchísimos recuerdos. Es mi ciudad y es mi club, independientemente de quien mande, del que entrene o juegue. Para mí es mi club, siempre les estaré agradecido y soy el que soy gracias a ellos. La gratitud y el cariño eran mutuos y la reacción de los aficionados tras el anuncio de su marcha no dejó lugar a duda.

 

Ese cariño, sin duda, volverá a ser patente dentro de poco más de unas semanas, pues Javi Vega, tres temporadas después, regresará al Fernando Martín. Esta vez, sin embargo, no vestirá la camiseta local. Por unos motivos o por otros, la vuelta para mí va a ser muy especial independientemente de la acogida. Es verdad que por lo que se me transmite, el cariño me lo van a mostrar. Va a ser un día muy bonito para mí independientemente del resultado o de lo que haga yo. La unión que tengo con la gente de allí creo que quedará patente.

Tras abandonar Fuenlabrada -bien entrado el mes de agosto-, Vega hizo las maletas y puso rumbo a un nuevo destino. Un destino que, a priori, podría parecer un paso atrás, pues suponía una bajada de categoría. Para el madrileño, sin embargo, la experiencia no pudo salir mejor.

-Las decisiones que se toman siempre tienen que ser valientes. Podría haber salido mal. Sin embargo, a nivel personal, independientemente de si hubiese logrado o no es ascenso a ACB, me ha valido mucho como persona y a nivel de jugador. He disfrutado de una experiencia muy buena y un paso adelante en todos los aspectos. El ir a vivir la realidad, mi realidad, la de Burgos, la de LEB, hace que te tomes el baloncesto con otra filosofía. Te tomas más tiempo en disfrutarlo. Piensas en seguir trabajando, pero con un chip diferente.

 

Javi Vega se convirtió en una pieza indispensable para el CB Miraflores y, en su segunda temporada en el club burgalés, lideraba el ascenso deportivo del club que, semanas más tarde, quedaría, por fin, ratificado en los despachos. Un premio para una ciudad experta en triunfar dentro de la cancha y a la que, hasta este año, la burocracia había privado una y otra vez de su premio.

-Ahora subo a ACB, subo, como digo yo, con mi gente. Subo con el entrenador que nos ha llevado hasta aquí, con el club que confió en mí a muerte, con una ciudad en la que me siento muy querido, que me tiene mucho cariño. […] Burgos se lo agradece a la gente que estuvo ahí en los tres años anteriores que subieron y a nosotros por hacerlo posible deportivamente, además de a la gente que esta vez lo ha hecho posible en los despachos. La gente siempre ha tenido ilusión y esperanza. Ya tocaba. Es verdad que había dudas porque, si no se había conseguido en tres años, quién les iba a decir que sí se conseguiría al cuarto. Sin embargo, aunque había escepticismo, cuando se ha conseguido, la gente se ha volcado con el equipo y tiene una ilusión y unas ganas tremendas. Llevan esperándolo muchísimos años y están deseando que llegue ya el primer partido en el Coliseum.

 

Foto: CB Miraflores

 

Para Vega, este ascenso supone su vuelta a la máxima categoría del baloncesto español y las ganas de que llegue el momento se respiran en sus palabras.

-Ganas me sobran e ilusión también, pero presión ninguna. En Fuenlabrada tenía mucha presión. Era el niño de la casa. Siempre estaba cuestionado por ser de la casa y siempre estaba mimado y cuidado por ser de la casa. Estuve como en una burbuja que a veces era buena y otras veces era mala. Este año, sin embargo, presión ninguna. Es un año nuevo para todos, un año de experiencias. Con humildad, con trabajo e ilusión, a hacer el mejor año posible.

 

Su paso por LEB Oro le ha convertido en un testigo excepcional de las inclemencias a las que han de hacer frente, día tras día, los jugadores de la competición. Unos jugadores sin los que, claro, la competición en sí misma carecería de motor ni razón de ser, lo cual les convierte en la única arma posible para combatir tales injusticias.

-A día de hoy, los jugadores estamos indefensos. No se nos escucha. El año pasado decidimos juntarnos jugadores. Hablamos con la Asociación de Jugadores y con la Federación y fue todo muy bien. Sin embargo, ha llegado el verano y se nos ha vuelto a no escuchar. En nuestra mano está, porque, al final, somos los peones, y sin los peones no se puede jugar la partida. Tenemos un poder que, a lo mejor, no aprovechamos. Si nosotros hacemos una huelga o nos plantamos todos, no hay liga, pero estamos mucho más desprotegidos que los clubes. Un club está formado por mucha gente y el jugador es uno solo. Cada uno mira por sus hijos, su familia, su trabajo, y es complicado decidirse a dar un golpe sobre la mesa para que luego, a lo mejor, no te escuchen.

 

La LEB Oro, durante mucho tiempo, ha sido una liga de referencia tanto dentro como fuera de España. Sin embargo, desde hace ya una serie de años, la competición ha dejado de ser cuidada y las consecuencias están a la orden del día.

-La crisis económica ha hecho mucho daño, pero más daño ha hecho la cuestión de los ascensos y descensos. Esto ha repercutido en que la gente empiece la temporada pensando que no va a subir y los equipos piensen, ¿para qué vamos a gastar dinero si no vamos a subir? Llega un momento en el que te cansas de invertir, yo también puedo entender a los clubes. Además, al haber menos dinero, se atrae a menos jugadores. Es cierto que la liga tiene un caché y una reputación que ha durado, pero cada vez del cuento se vive menos.

 

Foto: FEB.es

 

El trabajo duro y la constancia -paso por LEB inclusive- ha llevado a Javi Vega a citarse con la historia. El pasado mes de julio se convertía en el primer jugador en vestir la camiseta de la absoluta procedente de la segunda competición nacional, demostrando que es una liga repleta de jugadores competitivos y muy válidos para ACB. Vega pensaba esto sobre si su convocatoria sentaría o no un precedente de cara al futuro.

-Hay que ser realistas y saber que esto se ha producido por las ventanas FIBA, además de porque ha habido alguna lesión. Sin embargo, sí que es cierto que espero que mi convocatoria ayude para que se tenga más en cuenta la LEB Oro y para demostrar que hay jugadores que pueden jugar en ACB y que, además, en un momento dado, pueden echar una mano en la selección.

 

Siente o no un precedente, el ala-pívot de CB Miraflores reconocía que vestir y sudar la camiseta nacional era el sueño de todo jugador.

-Yo defendí la camiseta en categorías inferiores y pensaba, sinceramente, que con mi trayectoria no volvería a vestirla. Para mí es todo un orgullo. Cuando me puse la camiseta y escuché el himno, tuve un deja vù respecto a cuando tenía veinte años. En ese momento, te das cuenta de que es algo histórico que no vas a olvidar nunca.

 

La felicidad de Vega tras este verano, sin ninguna duda, no puede ser mayor. El ascenso -histórico- del club burgalés y su convocatoria -igual de histórica- no son para menos. Es el mejor momento de mi carrera y este verano será inolvidable.

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