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Josep María Margall (I): «Tenía fama de tirador pero me gustaba más otra cosa»
22/02/2023
Javier Balmaseda
Autor: Miguel Ángel Forniés
Hoy visita Planetacb Josep María Margall, leyenda del baloncesto español y uno de los mejores tiradores que se han visto en una cancha de baloncesto. En esta primera parte de la entrevista repasaremos sus comienzos en este deporte y desvelaremos las claves de su extraordinario tiro a canasta. Y mucho más.
Josep María Margall (Malgrat, Barcelona, 67 años) es un referente en el Joventut Badalona y en la mítica selección española de los ochenta, aquella que consiguió la inolvidable medalla de plata en Los Ángeles 84. Matraco es, sin duda, uno de los jugadores más carismáticos de la historia de nuestro baloncesto, y alguien muy querido y admirado por todos los que empezamos a aficionarnos al mundo de la canasta hace unos cuantos años. Es un honor para mí haber charlado durante más de una hora con uno de los históricos del baloncesto español y un auténtico ídolo para muchos.
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¿A qué te dedicas en la actualidad? Si no me equivoco, sigues muy vinculado al baloncesto.
Sí. En cuestión de baloncesto estoy haciendo los campus y entreno a algún jugador que le interesa mejorar el tiro. Hoy en día, en donde parece que el que no mete no vale, es importantísimo el tiro. Además, tengo mis negocios familiares, apartamentos de turismo y cosas de estas.
¿Mantienes el contacto con jugadores de tu época? ¿Y amigos del baloncesto?
Sí, normalmente los sábados por la mañana nos reunimos varios jugadores de comienzos de mi época y nos vamos a desayunar. Y, sobre todo, tengo mis amigos de cuando empecé a jugar en mi pueblo, en Malgrat.
Que son los importantes, ¿no, Josep María?
Bueno, todos son importantes, pero hay muchos conocidos y pocos amigos, eso es verdad.
Explícales a los jóvenes que no te vieron jugar qué tipo de jugador eras.
Esto es mejor que lo digas tú si me has visto jugar (risas). Te explico, tenía fama de tirador, bueno, era más que nada tirador, pero a mí lo que más me gustaba era otra cosa, y mucha gente dirá: “No es verdad”, pero a mí lo que me gustaba era pasar, y me hubiese gustado jugar de base. Un año jugué unos meses de base porque no teníamos. Me gustaba llevar el balón y, sobre todo, pasar a los compañeros. Y después, cuando me dejaban solo, intentar meterla. Después, críticas que siempre he tenido, se decía que no defendía, pero yo siempre les digo que sé más de defensa que nadie porque siempre estaba en medio mirando cómo mis compañeros defendían (risas). En plan de coña.
Autor: Miguel Ángel Forniés
¿Qué recuerdas de aquellos meses jugando de base?
Era cuando estaba Frank Costello y Manel Bosch, pero no el que jugó después en el Barcelona. Me acuerdo que uno de los primeros partidos que jugué fue en Vitoria. Era cuando tenía 23 o 24 años.
¿Qué se te pasa por la cabeza o qué sientes al ver tu camiseta en el techo del Olímpico de Badalona?
Es un reconocimiento, pero yo siempre le digo a la gente que no es mi camiseta. Allí dice Margall, y somos tres hermanos. Aquella camiseta no es de Josep María Margall, es de la familia, de los tres hermanos.
Tus dos hermanos también jugaron al baloncesto. Háblanos de sus comienzos.
Es un poco largo de explicar, pero creo que es interesante. Mi hermano mayor, Enric, en aquella época era muy alto, medía 1,94 metros. Jugaba en el Malgrat, y era un poco descuidado, no es que jugase muy bien. Un día, fue con el Malgrat a jugar un torneo a Barcelona. Y allí, un señor que se llamaba Albert Gasulla, que fue como nuestro segundo padre, vio a mi hermano subiendo unas escaleras, y dijo: “Este chico tiene buena pinta”. Luego lo vio jugar: “Bueno, vale, perfecto, me gusta. Voy a ver si puedo hablar con él”.
Al terminar el partido se fue a ver al presidente del club. Mis padres no estaban. Albert Gasulla le dijo al presidente del Malgrat: “Oye, mira. Me gustaría entrenar a este chico y hablar con los padres”. El presidente: “¿A este chico? Pero si este no es muy bueno. Hay otros dos”. Gasulla: “No, no. Si quieres yo voy a entrenar a los tres, pero a mí me interesa entrenar a este chico”.
Se presentó un día en casa y le dijo a mis padres que le gustaría entrenar a mi hermano. Gasulla estaba estudiando en Barcelona en la Escuela Industrial, y mi hermano siempre se quedaba los sábados a dormir en su casa para entrenar por las mañanas. Además, Albert Gasulla se desplazaba muchas veces entre semana con un 600 desde Barcelona a Malgrat, que hay 55 o 60 kilómetros, para entrenar a Enric. Al cabo de dos años el Joventut fichó a mi hermano. Después, el señor Gasulla fue entrenador del Joventut y Enric estuvo jugando en la Penya todos los años. Y dos o tres años después, mi hermano Narcís fichó también por el Joventut. Esto fue así. Gasulla vio que mi hermano Enric tenía posibilidades, por su manera de andar y por su físico, y luego también la voluntad de mi hermano mayor, que era muy voluntarioso y muy trabajador.
Estando tus dos hermanos en el Joventut, supongo que también se interesarían por ti.
Sí. Me llevo 11 años con Enric y 7 con Narcís. Yo jugué un partido con el Malgrat para el campeonato de Cataluña, Malgrat contra Joventut. Fuimos a jugar allí y perdimos de 15. Luego vinieron a Malgrat y les ganamos de 1. Después, me dijo mi hermano: “Oye, me han dicho si quieres ir al Joventut”. Yo tenía 15 años, y mi respuesta fue: “Hombre, soy muy joven ahora”.
Lo que pasa es que al poco tiempo me fui a una operación altura en Pamplona, y enseguida ya me fui al Joventut. Aunque tenía 15 años, empecé en el equipo júnior. Mis compañeros me sacaban 3 años. Lo pasé, bueno mal no, me explico, mal para defenderlos y para jugar con ellos porque eran mucho más físicos, pero bueno, aprendí. Luego tuve la suerte de que cuando llegué de esta operación altura, Daniel Fernández, que era el director del club y quien nos había fichado a los tres, me dijo que tenía que ir a entrenar dos semanas con Eduardo Kucharski, que era el entrenador del primer equipo del Joventut, a Estartit.
Recuerdo que íbamos a un pabellón de Gerona a entrenar. Entrenábamos una hora y media. Y allí fue donde me enseñó la biomecánica del tiro y donde cogí la habilidad para tirar. Kucharski estaba de vacaciones en Estartit. Me acuerdo que por las mañanas nos íbamos a la playa a bañarnos y por la tarde una o dos horas a tirar. Los dos primeros días me tuvo a tres metros de la canasta tirando y yendo a buscar el balón. Cuando cogía el balón, me intentaba ir un poquito más para atrás, pero él se daba cuenta: “¡Eh, al sitio!”. Y yo pensando: “Yo quiero tirar de lejos”.
Me tuvo allí dos horas en el mismo sitio, sin saltar. El segundo día me dejó saltar un poco, y hasta que no mecanicé bien el tiro no me dejo tirar desde más lejos. Pienso que es la evolución lógica del tiro, no empezar la casa por el tejado. Primero de cerca, cogiendo una buena mecánica y un buen toque de muñeca, y después, poco a poco, tirar de lejos. Hoy en día veo muchos jóvenes que solo quieren tirar de lejos, y claro, lo hacen mal mecánicamente.
Autor: Miguel Ángel Forniés
Precisamente por estos comienzos practicando el tiro te quería preguntar. ¿Eras un buen tirador en tus inicios? ¿Era algo que ya desde jovencito se te daba bien o fueron muchas horas de trabajo?
Yo, normalmente, siempre explico más o menos estas cosas. Juan Carlos Navarro en su casa tenía una canasta y se pasaba horas y horas tirando. Aunque esto no lo sé, pero me imagino que Stephen Curry y Klay Thompson seguro que con sus padres y hermanos harían competiciones de tiro para ver quién ganaba. Nosotros, en casa, teníamos una canasta a 1,20 metro de altura, más o menos, y tirábamos con un balón de goma. Hacíamos competiciones a ver quién metía más.
Ahora, los jóvenes juegan con los móviles, pero antes jugábamos con un balón en los patios del colegio y hacíamos competiciones de tiro a ver quién metía más y todo esto. Luego, me enseñaron una buena mecánica. Kucharski me enseñó muy bien. Y después, tuve la suerte de que Nino Buscató fue mi entrenador en mis dos primeros años en el júnior, y cuando pasé al primer equipo, porque él era entrenador del júnior y jugador del Joventut, lo primero que hice fue ver de quién podía aprender más. Aunque estaban mis hermanos, yo quería estar con Nino porque quería aprender del que más sabía. Y cuando quieres aprender, siempre aprendes algo. Hacíamos ejercicios de tiro, tirábamos con el balón aquí arriba, de diferentes maneras, etc. Y bueno, es la manera de evolucionar y mejorar tu tiro.
¿Ha cambiado mucho la forma de enseñar y entrenar el tiro?
No sé porque cada maestrillo tiene su librillo.
¿Cómo lo enseñas tú en tu campus?
A mí me hicieron un día una entrevista por televisión, y me preguntaron: “Dime tres detalles que tiene que tener un buen tirador”. Lo primero de todo es puntería, por ejemplo, coges una moneda y tienes que meterla en una papelera. A ver cuántas metes. Yo he hecho pruebas con algún jugador, y si ha tirado 15 ha metido 7. Y yo cogí y metí 14. Esto también se trabaja. Después de la puntería, la biomecánica. Si tú abres el codo al tirar tienes que arreglarlo. Lo importante de la biomecánica es hacer los mínimos movimientos posibles, porque cuantos menos movimientos, menos errores, ¿me entiendes? Después, horas y horas de entreno. Un compañero que está conmigo en los campus me dice: “Oye, ¿y la cabeza?”. Y le digo: “Sí, tienes razón”.
Pero una cosa, si tú vas a un examen y te sabes los 20 temas vas más tranquilo y más seguro. Si te sabes solo 3, vas a ver si un día te toca la lotería. Cuando tú te lo sabes, un día te puedes poner nervioso y no hacerlo bien, pero tarde o temprano lo harás bien. Por eso es importante trabajar y trabajar el tiro. Hoy en día la gente solo tira de tres. Antes, por ejemplo, Kobe Bryant o Michael Jordan, no solo tiraban de tres. También dividían, paraban y tiraban, o dividían y la metían para abajo, o dejaban una bandeja. Hoy en día los jóvenes entran a meter un mate.
Está muy bien, pero el baloncesto es un juego de listos, y si tengo un animal de jugador delante, me paro y se la tiro, pero claro, esto es lo que cuesta, el tiro corto es el más difícil de todos. Y esto no se trabaja. Hoy en día solo de tres y de tres. Pero si quieres ser un jugador completo tienes que tener estas facetas, y la diferencia es el tiro de dos. Lo importante es pararte y si viene un defensor de 2,10 metros, la pasas a otro o le tiras un tirito corto, pero claro, esto cuesta, no hay muchos jugadores que lo sepan hacer. Por ejemplo, Pau Ribas lo hace muy bien, pero reconozco que es un tiro muy difícil.
Háblanos de tu peculiar estilo lanzando los tiros libres. ¿Por qué no botabas el balón y tirabas tan rápido?
No botaba porque muchas veces botas mucho y a la hora de coger el balón puede que no lo tengas bien cogido. Lo importante es coger bien el balón. Si lo coges bien, luego puedes tirar. Tiras y ya está. Muchas veces botas mucho y cuando vas a coger el balón, lo coges rápido y tiras rápido. No, agarra bien el balón, y luego una buena mecánica. Y ya está. Y también muchos problemas en los tiros libres vienen por pensar mucho a la hora de tirar. Si piensas mucho te puedes cruzar. No es bueno pensar tanto. Coge bien el balón, una buena biomecánica de tiro y para arriba. Y esto lo haces porque llevas muchas horas tirando y haciendo el movimiento, ¿entiendes? La clave es coger bien el balón, por eso no lo botaba, y no pensar cuando vas a lanzar. Muchas veces si piensas que vas a fallar.La cabeza es traicionera.
Autor: Miguel Ángel Forniés
¿Qué jugadores de la actualidad son los que más te gustan en cuanto a su mecánica de tiro?
Biomecánicamente me gusta mucho Klay Thompson. Stephen Curry tira de más abajo, sobre todo, cuando tira de muy lejos. Te pongo un ejemplo, en los campus que yo hago no quiero chicos menores de 15 años porque tú a un chico de esa edad le dices que tiene que tirar desde aquí arriba y tal, y sobre todo, que no tire de tres, y a la que me giro estarán tirando de tres porque es lo que les gusta. Por eso, mis campus son para mayores de 15 años. Yo les digo que poco a poco, según vamos teniendo más fuerza vamos mejorando el tiro y cambiándolo a más arriba.
Cuando somos pequeños tiramos desde debajo del hombro. Stephen Curry, como tira de muy lejos, muchas veces tira de más abajo, pero cuando tira cerca ya tira de un poco más arriba. Klay Thompson tira lejos, pero no tanto como Curry, y tira más de aquí arriba. Pero es cuestión de fuerza y coordinación. Hay muchos jugadores que su gran problema es la coordinación. El griego, Anteto, es un grandísimo jugador, pero no es un buen tirador. Para mí solo tiene un problema, que no coordina cuando tira, no todos los tiros, pero en muchos tiros ves que no va coordinado. En este juego es muy importante la coordinación. Si tú no coordinas bien el tiro una vez tiraras de una manera, otra vez de otra. La coordinación es importantísima en el tiro. Si no coordinas, no vas a tirar nunca bien.
MIGUEL ÁNGEL FORNIÉS nació en Badalona el 18 de septiembre de 1952. Estudió en los Salesianos Badalona y en el Colegió Badalonés. Servicio Militar en Campo Soto, Cádiz.
Fotoperiodista de Devoción. Colaboró con Eco Badalonés, 5Todo Baloncesto. Desde 1981 con Nuevo Basket como fotógrafo. Primer fotoperiodista en viajar a ver y fotografiar partidos de la NBA en 1984. Europeo de 1973, cinco Mundiales Júnior (de 1983 a 1999). Quince meses trabajando, viviendo y jugando a baloncesto en Argelia (Sidi Bel Abbès).
Mundial de España 1986, Mundial de Argentina en 1990. JJOO de Barcelona 1992 como adjunto del jefe de prensa de baloncesto. Ha escrito dos libros, Crónica de un viaje alucinante (en 2009) y Memorias Vividas (en 2015). Durante 19 temporadas (1996-2014) responsable de prensa del Club Joventut Badalona.
Javier Balmaseda
Tags: acb, joventut, Margall
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3 Comentarios en “Josep María Margall (I): «Tenía fama de tirador pero me gustaba más otra cosa»”
Pepe dice:
22/02/2023 a las 10:55
Ok
Responder
Francisco dice:
22/02/2023 a las 13:51
Me encanta esta sección de jugadores que entrevistas. He crecido viendo a esta gente jugar. Ya tengo 53 años y aún sigo jugando con amigos y he aportado mis bastos conocimientos a los chicos que he entrenado, me ven mayor pero me hago pequeño al leer estas entrevistas y recordar mi juventud.
Responder
Joan Dávila Forn dice:
23/02/2023 a las 23:54
La lectura de esta entrevista me ha transportado a aquellos inicios de los años 60’s con el equipo de nuestro pueblo, Malgrat (no fue «de mar» hasta 1966). Primero con Enrique, e.g.e, al poco de pasar a la Penya, le sucedió Narciso, mientras José Ma. se iniciaba en juveniles. Fue una etapa plena de amistad con ellos a la vez que orgullo en tener a unos amigos, ya desde la escuela, tan «grandes» en el mundo del baloncesto catalán y español. Gracias y enhorabuena por el trabajo periodístico.
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