La difícil decisión del FC. Barcelona, o ser un club chabacano o recuperar la imagen perdida

En esto del baloncesto profesional ya creíamos haber visto todo, sin embargo, todavía nos quedaba algo y era dejar a un jugador tirado a su suerte en un aeropuerto turco con un «búscate la vida» por respuesta.

Dice un refrán que «las mentiras tienen las patas muy cortas» y en el caso de Heurtel le ha pillado de lleno, su supuesta maniobra de distracción para conseguir la carta de libertad del FC. Barcelona y que ese supuesto fichaje por el Fenerbahce derivara hacia otro club, presuntamente el Real Madrid, no había dejado en buena posición al base francés con respecto a la entidad catalana, pero lo vivido a continuación, ya supera el límite de lo imaginable en un país desarrollado.

Por lo visto, papá se enfadó mucho con la mentira de uno de su otrora hijo predilecto y decidió tomarse la justicia por la mano con una acción vergonzosa y que le va a poner a los pies de los caballos delante del baloncesto mundial, ni corto ni perezoso, no permitió volver a Heurtel en el avión de vuelta y le dejó tirado en Estambul, aunque, eso sí, con habitación de hotel y todo, no sea que tuviera que dormir en un banco y, ojo, en plena pandemia como aún seguimos.

Las respuestas del baloncesto mundial no han tardado en producirse, algunos ex como Seraphin o Rice ya se han mostrado indignados con la actuación, Evan Fournier otro tanto de lo mismo, pero sin duda, quien más ha mostrado su rechazo ha sido el jugador del CSKA Mike James, entrando incluso en discusión con otros aficionados que «justificaban» dicho acto por las negociaciones encubiertas de Heurtel, ante todo esto,  la Asociación de Jugadores Profesionales en España, presidida por Alfonso Reyes ha alzado la voz, así como también el Sindicato de jugadores de Euroliga ni mucho menos, del propio organismo presidido por Bertomeu.

Ahora bien, qué narices pasa en el seno del propio Barça, ¿una plantilla con tres capitanes del peso de Oriola, Mirotic y Hanga se suben a un avión y no saben que hay un compañero suyo que no está? ¿Lo saben y no hacen ninguna medida de fuerza? ¿Buscan solucionar el problema y el club les obliga, cual inquisidor, a guardar silencio? Sea cual sea la respuesta, el daño originado a la institución es algo que se recordará por mucho tiempo y que debería marcar un antes y un después si el club catalán no actúa con firmeza.

El FC. Barcelona, si quiere limpiar algo su imagen, ahora mismo por los suelos, es emitiendo un comunicado en que informe del inmediato despido del responsable de tomar esa decisión, otro de los capitanes en que apoyen a su compañero (porque al día de hoy sigue formando parte de la entidad) y su máximo rechazo a lo que ha sucedido, solo así podría buscar un poco de luz en este asunto y que un club, con semejante masa social, no sea la vergüenza del baloncesto mundial como así está sucediendo en la actualidad.

Si eso ocurriera, que después hagan con Heurtel todo lo que permita su contrato, que le quieren llevar a entrenar al B, pues muy bien, que le dejan en la grada, también, que le dan la carta de libertad tras acuerdo, perfecto.

La omisión de ese paso y dar la callada por respuesta, solo causará un daño tremendo que marcará por siempre al club, que tendrá repercusiones futuras con jugadores y que dejará, si no lo ha hecho ya, una imagen terrible de club chabacano y barriobajero donde no existe ni humanidad, ni saber estar, por muy mala que sea la situación.

Javier Rodríguez