La Hoja del Lunes. El Barça gana la Copa cinco años después

Terminó la segunda competición doméstica de la temporada, tras la Supercopa ACB, y lo hizo con el nuevo Barça de Pesic alzándose con la Copa en un partido polémico que acabó con bronca. Desde 2009, ningún otro equipo que no sea Barça o Real Madrid ha ganado la competición.
Desde que terminó el partido, llevo dándole vueltas a cómo enfocar esta Hoja sobre la Copa, porque por mi mente pasan demasiados puntos determinantes para que esto acabara así. Lo más lógico y coherente es, al fin, abarcar todas las motivaciones para que el resultado final se tiñera de azulgrana tras siete partidos disputados.
El jueves, Valencia Basket caía ante un Iberostar Tenerife muy potente que ganó la batalla luchando con mayor acierto que el equipo taronja, mientras que el Real Madrid ganaba a Unicaja con cierta polémica tras una falta de Campazzo a Nedovic no pitada. Si se lee esto así, tal cual, cualquier persona podría pensar que esos tiros libres de los que podría haber dispuesto el alero ‘verde’ eran definitivos. Pero no. Resulta que Unicaja iba tres puntos abajo, por lo que la siguiente posesión, en el mejor de los casos para ellos, habría sido para el Madrid, sumando estos un punto más. Pero resultó que el árbitro, incomprensiblemente, no lo pitó y las redes sociales se llenaron de «robos» blancos. El domingo, todo acabaría con el famoso refrán «quien roba a un ladrón, tiene 100 años de perdón». Porque no se busca justicia, sino venganza.
El viernes, el Barça de Pesic, que parece que ahora sí se acuerdan de jugar bien, y no como con Sito Alonso en el banquillo, eliminó a Baskonia y Herbalife Gran Canaria hizo lo propio ante Montakit Fuenlabrada. Esa sería la otra semifinal. El sábado, el Madrid finiquitaba a Iberostar Tenerife en el último cuarto (parcial 10-21) y el Barça Lassa hacía lo mismo con Gran Canaria, pero en el tercer cuarto (parcial 13-27). A veces, luchar contra estos equipos grandes en lo deportivo también es muy complicado. Sin campos atrás, sin faltas no pitadas. Pero eso no tiene mérito.
Y así llegamos al domingo, el día D. El día en el que los jugadores del Barça parece que querían demostrar que todo era culpa de Sito Alonso. Cuatro partidos de Pesic como entrenador, cuatro victorias. Y con la misma plantilla. Algo pasa, sí, pero eso no es cuestión de esta Hoja (¿O quizá sí?). El caso es que se presentaron blancos y azulgranas en la cancha de Gran Canaria dispuestos a llevarse la Copa. El Madrid, la quinta consecutiva. El Barça, la primera desde 2013. Y todo desapareció por culpa de la polémica.
Tras un primer cuarto igualado (21-15), llegó el descalabro madridista. El segundo cuarto terminó con un parcial de 13-25, que bien podría haber sido diferente si en la última jugada azulgrana el árbitro hubiera visto que el balón había salido por culpa de Sanders, que no la había tocado ningún jugador madridista. Pero no ocurrió así. El Barça sacó de fondo y Oriola, que hizo buen partido en los tres primeros cuartos, finiquitó aquello con un triple. Conclusión: se fueron seis puntos arriba por un error arbitral y por los errores del Madrid, que perdió toda ventaja.
El tercer cuarto aumentó el desastre blanco con un parcial azulgrana de 18-27. Para hacernos una idea, y contando todo el encuentro, la estrella blanca, Luka Doncic, terminó con un 1/8 en tiros de campo. El resto de sus puntos, 12, llegaron gracias a los tiros libres. Para hacernos una idea, el Madrid terminó con 23 rebotes en su haber, mientras que el Barça lo hizo con 39. Para hacernos una idea, Rudy Fernández hizo un 4/13 en tiros de campo y un 4/6 en tiros libres. Por esto acabó perdiendo un Real Madrid que fue dominado con claridad en 26 de los 40 minutos del encuentro.
Lo que pasa en el último cuarto es del todo inexplicable. En los cinco primeros minutos, el Barça sigue a su ritmo hasta que, quedando tres minutos y medio, el Madrid se pone 13 puntos por debajo (67-80) y empezó la remontada. Las canastas blancas se fueron sucediendo y las salidas de balón azulgranas fueron empeorando. Si hubiera sido un partido de fútbol, donde no hay reloj de posesión, el Barça habría jugado a pasarse la pelota el resto del tiempo para que acabara el encuentro. E intentó hacerlo, pero mal. El Madrid comenzó a sumar y poco a poco se fue acercando más y más en el marcador hasta ponerse 90 a 92, el resultado final. Oriola dispuso de dos tiros libres quedando 10 segundos y falló ambos. El rebote, para Doncic, inició un contragolpe que acabó con Causeur fallando el posible triple de la victoria. Thompkins cogió el rebote y trató de empatar el partido ante la defensa de Claver, que hizo una falta clara que el árbitro no pitó, y luego Rudy, con otro rebote, también falló su palmeo. En total, el Madrid tuvo tres acciones de tiro para ganar/empatar. Y una falta de Claver no pitada entre medias.
Laso no buscó excusas y felicitó al Barça Lassa, como debe ser. Porque era campo atrás. Porque era falta de Campazzo a Nedovic. Porque a Sanders se le escapa el balón y el triple de Oriola no debería haber subido al marcador. Porque Moerman toca el balón en un tiro libre de Rudy. Porque Claver hace falta a Thompkins. Pero el Madrid perdió porque pagó caro todos sus errores a lo largo de 40 minutos. Y el baloncesto es eso: errores y aciertos durante un tiempo limitado con terminan, normalmente, con un justo ganador.
