La serie final más repetida: Real Madrid – Barcelona (I)

De las 38 Ligas ya disputadas desde que la ACB se hiciera cargo de su organización, allá por la temporada 1983-84, con la instauración del playoff, Real Madrid y Barcelona se han enfrentado en 16 series finales. Es decir, casi la mitad jugadas. Si abrimos el abanico, el Barcelona ha disputado otras 9 series finales y el Real Madrid otras 4, quedando únicamente 9 series finales sin la presencia de uno estos dos equipos.
Las series finales Real Madrid – Barcelona recogen un balance de 9 campeonatos madridistas por 7 azulgranas. Si añadimos las series finales disputadas por ambos ante otros equipos, el Barcelona (con 9 más) alcanza los 16 campeonatos, por 13 del Real Madrid (4 más).
El resto de campeones han sido Joventut en 2 ocasiones (una frente al Barcelona y otra ante el Real Madrid), Baskonia en 4 ocasiones (tres ante el Barcelona y una ante Málaga) y Manresa, Málaga y Valencia en una ocasión cada uno (ante, respectivamente, Baskonia los dos primeros y Real Madrid los taronjas)
Pero resulta que la Liga no nació en la temporada 1983-84, si no en la 1956-57, por lo que hay que añadir al citado palmarés otras 27 ediciones. Y ahí el resultado es abrumador a favor del Real Madrid. De esos 27 campeonatos el Real Madrid venció en 22, por 3 del Barcelona y 2 del Joventut.
De ahí que el palmarés actual total esté liderado por El Real Madrid, con 35 campeonatos, por 19 del Barcelona, 4 del Joventut y Baskonia, y 1 de Valencia, Málaga y Manresa.
Es decir, el Real Madrid ha logrado prácticamente la mitad de los campeonatos (35 de 73), casi doblando al siguiente (35 por 19), que no es otro que el Barcelona.
Así que esta temporada 2021-22 vamos a asistir a la decimoséptima serie final de la Liga ACB entre Real Madrid y Barcelona. ¿Qué tal si repasamos las dieciséis finales disputadas?
Temporada 1983-84
Primera final de la ACB “inacabada”
En la primera temporada que la ACB comenzó a organizar la Liga española sus finalistas no fueron otros que Real Madrid y Barcelona. En el primer partido disputado en el Palau, la defensa madridista maniató a los azulgranas para poner el 1-0 en la eliminatoria, tras vencer por 65-80. Ya en Madrid, se disputó un partido duro no, durísimo, jugado al borde de la legalidad por ambos conjuntos.
Tanto es así que con 60-62, a 5:32 para el final, se montó la marimorena. Iturriaga venía de sufrir unos bloqueos “estilo” Davis o, dicho de otra manera, duros, muy duros, en el límite de la legalidad, para que Epi, a quien le tocaba defender, saliera liberado de su defensa. Y fue sancionado con una falta personal más o menos “justita” sobre el propio Epi. El “15” azulgrana sacó de banda sobre Sibilio y buscó el bloqueo de Starks, primero, y de Davis, después, con Iturriaga persiguiéndole. En el suyo, Davis enseñó demasiado el codo. El “14” madridista chocó con él y respondió soltándole un codazo, que fue repelido por Davis. Éste lanzó un puñetazo sobre Iturriaga que le tiró al suelo. Fernando Martín se fue a por él y le apartó de un fuerte empujón en el pecho. Davis, totalmente fuera de sí, se revolvió para intentar pegar a Martín, que se defendió. Y a partir de ahí la tangana que se monta es espectacular, pero más con ánimo de apaciguar los ánimos que de echar más leña al fuego. Y la cordura se va imponiendo. Davis vuelve en sí y pide perdón a Martín, que lo acepta. El resto pide calma y tanto Lolo Sáinz como Antoni Serra juegan su papel, intentando llevar a los colegiados Marcé y Gárate a su terreno. La resolución de los colegiados consiste en expulsar a los tres implicados: Davis, Martín e Iturriaga.
A partir de ahí el partido se enrarece, pero con un Barcelona que acusa menos que el Real Madrid las descalificaciones, para situarse con 66-69 en el marcador. A falta de 7 segundos, De la Cruz comete personal sobre Robinson. Falla el primer tiro libre. Al estar en vigor la regla del 2+1, mete el segundo y tira a fallar el tercero. Captura el rebote Jackson, que lanza apurado y, sobre la bocina, Solozábal comete una personal, también “justita”, sobre Robinson, que había conseguido el rebote. Se vuelve a liar. Los azulgranas reclaman que la falta se ha producido fuera de tiempo de una manera airada, excesiva, amenazando con retirarse, acosando a los árbitros, con un Serra desatado. Lo cierto es que, repasando la jugada tranquilamente por las imágenes existentes, se ve que sí que se produce dentro del tiempo reglamentario, pero en aquellos tiempos no existía el “Instant Replay”. Cuando las aguas vuelven a su cauce, Robinson tiene la papeleta de anotar los dos tiros libres para empatar el partido. Lanza el primero, ante un silencio sepulcral, y anota. Lanza el segundo, ante el mismo silencio, y cuál no sería su confianza, que al soltar el balón de la mano va reculando hacia atrás celebrando su tiro, mientras el balón traspasa la red. El silencio se convierte en estruendo de felicidad. Y se vuelve a liar, porque muchos espectadores creen que el empate es válido y que, por tanto, el Real Madrid es el campeón e invaden la cancha. Evidentemente había que jugar una prórroga, así que os podéis imaginar a todos los jugadores y a la policía desalojando la pista. Parecía imposible, con el lleno que había, que los locos que habían abandonado sus asientos los recuperaran en muy corto espacio de tiempo. Pero así sucedió.
En la prórroga, a la que se llegó con el empate final a 69, se fueron sucediendo de nuevo los empates, a 73, a 77 y a 79, pero siempre llevando la iniciativa el Barcelona. De este modo, dispuso del último ataque y, a falta de 3 segundos, Romay cometió falta sobre De la Cruz, que había capturado un rebote decisivo. Anotó los dos tiros libres para dejar el marcador en el definitivo 79-81, forzando el empate en la eliminatoria.
Finalizaba así una tarde llena de líos, de incidentes, de locura… Y todo pendiente del tercer y definitivo partido que se disputaría al día siguiente en el mismo escenario. Al menos eso creíamos todos, pero qué equivocados estábamos. El lío continuaba y más enrevesado aún.
Desde la finalización del encuentro, la parte deportiva del baloncesto dio paso a la faceta administrativa, política, mediática… a la fea, partidista y desdeñable. El Comité de Competición se reunió con carácter de urgencia, parece que en las instalaciones del propio Pabellón primero (un bar he leído en algunos artículos) y en las de RTVE después, para visualizar las imágenes de lo ocurrido. Entre tanto, el morbo y la polémica estaba servida y alimentaba las redacciones de los medios de comunicación y los programas radiofónicos. Esta parte es la que detesto del deporte, así que me limitaré a decir que nunca entendí la resolución que tomaron: 6 partidos a Davis, 3 a Fernando Martín y ninguno a Iturriaga. Incomprensible. Como más incomprensible aún me resultó la “salida del tiesto” del Barcelona, negándose a jugar el partido de desempate. Un partido que, deportivamente, a mi parecer y al del propio Lolo Sáinz según le he escuchado recientemente, encaraban con muchas más garantías de éxito los catalanes, ante unos madrileños más mermados física y mentalmente.
Recordemos la ficha de los dos partidos. En el Palau:
BARCELONA – 65: Solozábal 8, Epi 13, Sibilio 13, Starks 21, Davis 6, Seara 2, De la Cruz 2 y Ansa. Ent.: Antoni Serra.
REAL MADRID – 80: Juan Antonio Corbalán 4, Juan Manuel López Iturriaga 17, Brian Jackson 28p, Fernando Martín 12p, Wayne Robinson 17p y Fernando Romay 2p. Ent.: Lolo Sáinz.
Y en el Pabellón:
REAL MADRID – 79: Juan Antonio Corbalán 10p, Juan Manuel López Iturriaga 14p, Brian Jackson 20p, Fernando Martín 4p, Wayne Robinson 19p, Paco Velasco 2p, Rafael Rullán 4p y Fernando Romay 6p. Ent.: Lolo Sáinz.
BARCELONA – 81: Solozábal 2p, Sibilio 18p, Epi 25p, Starks 10, Davis 21p, De la Cruz 5p, Seara y Ansa. Ent.: Antoni Serra.
De aquella extraña manera el Real Madrid conquistaba la primera Liga ACB.
Temporada 1985-86
El Real Madrid campeón a la heroica
El primer partido de esa final se jugó en el Pabellón. Y fue de esos partidos que tanto gustan a los madridistas, de los épicos, en los que el Real Madrid lo da todo, derrochando coraje, esfuerzo, garra, genio, corazón y ganas de vencer. Porque el equipo arrastraba las lesiones de Corbalán, Del Corral (rotura de menisco) y Antonio Martín (tendinitis en rodilla). Solo contaba con siete efectivos de la plantilla, de los cuales andaban además renqueantes Fernando Martín y Wayne Robinson. Pero el Real Madrid siempre se agranda ante las adversidades y ese sábado es un buen ejemplo de ello. Y eso que enfrente se encontraba un gran equipo, pero que esta vez se vio superado por el halo del Pabellón. Los siete jugadores disponibles rayaron a gran altura y se multiplicaron cuando más falta hacía, porque para hacer más épica la hazaña, Biriukov, único base disponible, cometió su quinta personal a los siete minutos del segundo tiempo. Con Iturriaga dirigiendo primero y el junior Carbonell en los últimos minutos, el equipo supo sufrir para llevarse la victoria por 83-80. El Pabellón tenía asignado un héroe popular, el joven Carbonell.
REAL MADRID – 83: Wayne Robinson 8p, Fernando Romay 11p, “Chechu” Biriukov 13p, Linton Townes 8p, Marcos Carbonell, Fernando Martín 17p, Rafael Rullán 2p y Juan Manuel López Iturriaga 24p. Ent.: Lolo Sáinz.
BARCELONA – 80: Sibilio 28p, Solozábal 13p, Trumbo 13p, Smith 8p, Ortiz, De la Cruz 7p y Epi 11p. Ent.: Aíto García Reneses.
El sábado siguiente se jugaba el segundo partido en el Palau. Se esperaba un Barcelona herido, y tanto que lo estaba… Salió arrollador, con ventajas de 8-22, 14-30… Al mismo diezmado Real Madrid le costó mucho entrar en juego, pero lo hizo a partir de mediado el primer tiempo, para ir recortando la diferencia hasta 6 puntos en el descanso (41-35). Sin embargo, los blancos fueron un ciclón en la segunda parte, excelentemente dirigidos por Biriukov y con el Fernando Martín de las buenas tardes. A base de velocidad y rebote remontó primero, para tomar una renta después de 8 puntos (80-88), que supo administrar hasta el final del encuentro. Un Real Madrid campeón en la cancha de su eterno rival, que se anotaba un nuevo doblete, segundo consecutivo.
BARCELONA – 86: Solozábal 5p, Sibilio 21p, De la Cruz 2p, Trumbo 23p, Epi 25p, Ortiz 3p, Smith 7p, Crespo, Ferrán y Heredero. Ent.: Aíto García Reneses.
REAL MADRID – 88: “Chechu” Biriukov 9p, Juan Manuel López Iturriaga 13p, Fernando Romay 5p, Fernando Martín 25p, Linton Townes 20p, Wayne Robinson 16p y Rafael Rullán. Ent.: Lolo Sáinz.
Temporada 1987-88
Un Barcelona superior
A la final de esa temporada ninguno de los dos equipos llegaba en su mejor momento. El primer partido fue malo, sumándose fallos y errores, con exceso de miedo a perder, pero resultó emocionante por la igualdad en el marcador. En el Real Madrid fueron Biriukov (26 puntos), Branson y Fernando Martin los que tiraron del carro, para intentar conseguir la victoria y se quedaron muy cerca, tan solo a dos puntos. 75-73 para el Barcelona. Dos días después se repitió prácticamente el mismo encuentro, con un Real Madrid que fue de más a menos, castigado por las faltas y el esfuerzo físico. Un gran Epi (28 puntos) decidió el partido muy al final. Victoria azulgrana por 87-77 y 2-0 en la serie que se trasladaba a Madrid.
Si algo caracteriza al Real Madrid es no rendirse nunca y dar el do de pecho frente a las adversidades. Realizó un juego más en equipo que en el Palau, con actuaciones estelares de Biriukov (23 puntos), Branson (19 puntos), Fernando Martín (16 puntos) y Alexis (18 puntos) en un partido de nuevo igualado, pero con leves ventajas de los blancos, que supieron mantener al final (90-85). Dos días después más de lo mismo. Una defensa agresiva del Real Madrid, con dominio en los tableros gracias a Antonio Martin y Branson, unida al liderazgo de Fernando Martín (23 puntos), el trabajo de Biriukov y los últimos geniales minutos de Corbalán, llevaron a los blancos a un triunfo por 90-78, frente al certero juego exterior azulgrana. Empataba la serie y les proporcionaba una moral de hierro para el definitivo quinto partido.
El Palau se vestía de gala para presenciar el desenlace de la Liga. El Barcelona estaba dispuesto a rematar la faena y al Real Madrid se le iban torciendo las cosas paulatinamente. A los tres minutos, Branson comete la tercera falta personal. A los quince, se lesiona Fernando Martín, con 42-32 a favor de los catalanes. Entonces se produjo el último arreón de fe del Real Madrid, que con Biriukov, sublime durante todo el encuentro, Antonio Martín, Cargol, Alexis y Corbalán consigue un parcial de 5-13, para llegar al descanso con una desventaja de 2 (47-45). Pero se acabaron las fuerzas y la lógica se impuso. Epi y Norris se hicieron los amos de la segunda parte ante un Real Madrid que intentaba buscar soluciones y no paraba de luchar, pero la superioridad azulgrana fue evidente. Al final, 93-79 para el Barcelona.
BARCELONA – 93: Jiménez 14p, Solozábal 8p, Trumbo 16p, Norris 14p, Epi 29p, McDowell 8p, Ferrán, Costa, Sibilio 2p y Palacios 2p. Ent.: Aíto García Reneses.
REAL MADRID – 79: José Luis Llorente 4p, “Chechu” Biriukov 20p, Brad Branson 7p, Fernando Martín 4p, Wendell Alexis 10p, Antonio Martín 17p, Juan Antonio Corbalán 5p, Pep Cargol 4p y Juan Manuel López Iturriaga 8p. Ent.: Lolo Sáinz.
Temporada 1988-89
El show de Neyro
La serie final de esa temporada comenzó en el Palau, con una soberana paliza de un gran Barcelona (94-69), que se aprovechó de la ausencia de Fernando Martín, quien presenció la debacle desde el televisor de su casa. El día siguiente lo pasó postrado en su cama por una lumbalgia que no le permitía moverse. Pero el posterior, el mismo día del segundo partido, se levantó por la mañana para tomar, como pudo, un avión rumbo a Barcelona. Al llegar al hotel de concentración del equipo dijo una de sus célebres frases, algo así como: “pringaos, animad esas caras, que no me he levantado de la cama para perder”. Cuentan que, efectivamente, las caras de sus compañeros cambiaron de inmediato, incluida la de Drazen Petrovic. Y se notó. Vaya que si se notó. El croata anotó 37 puntos y el Real Madrid empató la serie (81-88). En Madrid, el Barcelona jugó un tercer partido memorable, con un Epi descomunal (27 puntos). Fue uno de esos partidos en los que Epi parecía de otro planeta y te amargaba la noche. Qué gran jugador. Además, hasta siete jugadores azulgranas superaron la decena de puntos. El Barcelona venció por 86-100 y, a más a más, Rogers se lesionaba un tobillo y era baja para el cuarto encuentro. Sin embargo, a pesar de su baja, del buen hacer azulgrana, incluso de una polémica eliminación en el minuto 22 de Fernando Martín, por una técnica señalada cuando protestaba la cuarta personal que le acababan de pitar, en dicho cuarto partido el Palacio apretó de lo lindo y Drazen se puso en modo Drazen, para conseguir llevar la eliminatoria de nuevo a Barcelona, tras un apuradísimo 88-87, con 42 puntos del croata.
Y llegó el quinto partido. Lo normal, dado el estado físico de Rogers y Fernando Martín, que contrastaba con el óptimo estado de forma en que se encontraba el Barcelona, era que el título se quedara en la Ciudad Condal. Lo que nadie podía esperar es que hubiera una persona distinta a Drazen que quisiera ser más protagonista aún que él. El bilbaíno Juanjo Neyro, que arbitró el encuentro junto a Monje.
Deportivamente la primera parte fue un auténtico partidazo, de los que hacen afición. No en vano se enfrentaban dos de los mejores equipos de Europa del momento, que además sabían jugar sus bazas. Los blancos, con una defensa mixta, en la que los “grandes” se colocaban en zona y los “bajitos” defendían en individual. Y los azulgranas, tejiendo una tela de araña sobre Petrovic, en una defensa en “caja”, con cuatro jugadores en zona y Solozábal persiguiendo al croata por todo el campo. A lo que hay que añadir la calidad de unos extraordinarios jugadores, entre los que destacaban Jiménez, Norris y Waiters por los catalanes y Antonio Martín y Biriukov por los madrileños.
Al descanso, mínima ventaja madridista por dos puntos (48-50), pero cargado de faltas, con Fernando y Antonio Martín, Petrovic y Rogers con 3, para un total de 14 por 12 del Barcelona. Aún nada hacía presagiar lo que iba a ocurrir.
La segunda parte fue un caos. En mi opinión, el deporte dio paso a la venganza, con Neyro como fatal protagonista. A los cuatro minutos de la reanudación, cuarta falta de Fernando Martín. A los pocos segundos, cuarta de su hermano Antonio y a los cinco minutos, cuarta de Petrovic. Romay, que se encontraba renqueante de un muslo, se tuvo que retirar, no sin antes recibir las caricias de un desatado Epi. Aun así, mediado el segundo tiempo, el marcador seguía apretado (63-64). Así que, a partir de ahí dejamos de ver un partido de baloncesto para asistir al show de Neyro. Van siendo eliminados, sucesivamente y por este orden, Antonio Martín, Johnny Rogers, Fernando Martín, Drazen Petrovic y Chechu Birukov, es decir, el quinteto titular de los blancos, ante la algarabía del Palau y la constante sonrisa de Neyro, disimulada bajo su peculiar bigote. Todavía quedaban dos técnicas más, una a Lolo y otra a Antonio Martin, ya en el banquillo, que le descalificaba. En este entorno el Barcelona se pasaba el balón, hacía correr el crono y no lanzaba tiros libres, si no que solicitaba sacar de banda tras cada falta personal señalada (recuerdo que entonces el reglamento daba a elegir). Así pasaron unos cuatro minutos, de los que recuerdo una lucha encomiable de los jugadores madridistas que estaban o “dejaban” estar en cancha, que no bajaron los brazos nunca. Y llegó la quinta personal de Cargol. Todo bajo la eterna sonrisa de Neyro. El Real Madrid se quedaba con solo cuatro jugadores disponibles, que son los que jugaron los cuarenta segundos finales en pista: Llorente, Villalobos y los junior Javi Pérez y Carlos García. Y ante estos tres jóvenes el Barcelona realizó una final a la yugoeslava, pasándose el balón y burlándose de los chavales, con Epi y Norris imitando las cabriolas, saltitos y bailes de Drazen y echando al Palau encima. Jamás había visto esta versión de Epi en una cancha: puños al cielo, cabriolas, arreando al público… El segundo tiempo acabó con 26 personales señaladas al Real Madrid por 7 al Barcelona, para un total de 40 a 19. Hasta he leído que el propio Monje, el colegiado que veía como su compañero señalaba falta tras falta, ha reconocido que hicieron un mal arbitraje.
BARCELONA – 96: Jiménez 21p, Costa 2p, Solozábal 12p, Trumbo 10p, Crespo, Waiters 17p, Norris 21p y Epi 13p. Ent.: Aíto García Reneses.
REAL MADRID – 85: José Luis Llorente, Drazen Petrovic 14p, Fernando Romay, “Chechu” Biriukov 23p, Carlos García Ribas 2p, Fernando Martín 6p, Javier Pérez, Quique Villalobos 9p, Pep Cargol 7p, Johny Rogers 7p y Antonio Martín 17p. Ent.: Lolo Sáinz.
Temporada 1993-94
La Liga del zar lituano
El 20 de mayo de 1994 el Palacio se vestía de gala para acoger el primer partido de la serie final de la Liga ACB. Los jugadores madridistas afrontaron el encuentro con una concentración propia de una final. Santos realizó un encuentro extraordinario. Arlauckas, con 12 rebotes y 26 puntos, se comió a los pívots azulgranas. Sabonis fue el zar, con 11 rebotes y 25 puntos y Biriukov se hartó de meter balones a sus hombres altos. El Barcelona fue superado de principio a fin. 81-67 final y 1-0 en la eliminatoria. Dos días después, con un Palacio lleno, se vivió un partido distinto, más brusco, más feo, donde las defensas se impusieron a los ataques, pero en el Real Madrid jugaba el zar: 21 puntos, 18 rebotes, 4 tapones y 3 asistencias. Con el mono de trabajo puesto, los blancos superaron a los azulgranas. 79-69 y 2-0 en la final, que se desplazaba a Barcelona.
El jueves 26 de mayo el majestuoso Palau Sant Jordi acogía el tercer partido de la serie. Un pabellón precioso, inmenso, pero con un inconveniente. Si no se llena puede resultar frío. Y eso sucedió aquel jueves. El Real Madrid ofreció su mejor versión. Defendió, reboteó, jugó y se entregó más y mejor que su rival y eso que contaba con las bajas de Biriukov y Antonio Martín. Daba igual, la mágica pareja Arlauckas-Sabonis (éste con 20 rebotes) supo descomponer al Barcelona.
BARCELONA – 64: Galilea 6p, Roberts 7p, Andreu 4p, Massenburg 20p, Montero, Díez 3p, Crespo 6p, Crowder 9p y Epi 9p. Ent.: Aíto García Reneses.
REAL MADRID – 77: José Lasa, Ismael Santos 11p, Javi García Coll 3p, Joe Arlauckas 17p, José Miguel Antúnez 10p, Arvydas Sabonis 18p, Pep Cargol 1p y Rimas Kurtinaitis 17p. Ent.: Clifford Luyk.
Temporada 1996-97
Roberto Dueñas decisivo
Esa temporada la serie final resultó una igualadísima, con cuatro partidos definidos en los últimos minutos. El Barcelona se adelantó en Madrid (79-83), pero igualaron los blancos (93-86). En Barcelona, el Real Madrid hizo lo propio en el tercer partido (90-94), para que los azulgranas igualaran la final (89-83). Así que todo se decidía en el quinto y definitivo partido, a disputar en el Palacio de los Deportes madrileño, ante 12.000 espectadores que lo llenaban.
Recuerdo una expectación enorme y un ambiente demasiado caliente, con la presencia de los Ultra Sur, que solo acudían al baloncesto en este tipo de partidos. Y el partido, como era de esperar, fue caliente y muy igualado, como buena final entre dos grandes equipos. De hecho, al descanso se llegó con mínima ventaja visitante por 32-35. Sin embargo, desde el principio sentí que eran los azulgranas quienes mejor se estaban adaptando a ese partido. Con nervios más templados, con Djordjevic disfrutando a sus anchas, con Dueñas amo y señor de los rebotes y con Aíto manejando sus jugadores como piezas de ajedrez, con su equipo en versión “kárate-press”. Enfrente, un nervioso equipo merengue, al que la buena defensa no le bastaba para equilibrar el juego. Con un Bodiroga atrapado en la red azulgrana, con un exceso de responsabilidad en los Albertos y con demasiada obsesión con el arbitraje, la buena actuación de Arlauckas no era suficiente para contrarrestar el juego catalán. A quince minutos del final, el Barcelona tomó una renta cercana a los diez puntos (40-49), que ya no perdería el resto del encuentro, ante la cada vez más acusada desesperación blanca. Además, Roberto Dueñas tuvo ese día que cada jugador de leyenda guarda en su palmarés como mágico: 13 puntos, 12 rebotes, 4 mates y 2 tapones. Al final, 69-82 para el Barcelona, que se convertía así en el primer equipo que se proclamaba campeón sin tener ventaja de campo. Los madridistas se quejaron de la actuación arbitral (22 tiros libres azulgranas por 5 madridistas), pero lo cierto es que nadie contaba con un gigante llamado Dueñas. Y un final que no me gustó nada, con los Ultra Sur liándola como solo ellos saben, pero llegando esta vez demasiado lejos, al saltar su líder a la cancha con una botella de cristal en la mano.
REAL MADRID – 69: Dejan Bodiroga 15p, Alberto Angulo 6p, Mikjail Mikhailov 2p, Pablo Laso 5p, Joe Arlauckas 22p, Ismael Santos 3p, Juan Antonio Morales 2p, Alberto Herreros 10p y Juan Antonio Orenga 4p. Ent.: Zelimar Obradovic.
BARCELONA – 82: Jiménez 10p, Jofresa 6p, Esteller 3p, Rivas 1p, Fernández 6p, Djordjevic 16p, Mustaf 18p, Karnisovas 9p y Dueñas 13p. Ent.: Aito García Reneses.
