La serie final más repetida: Real Madrid – Barcelona (y III)

En este tercer y último artículo sobre las series finales de la Liga ACB que han disputado Real Madrid y Barcelona recordamos los cuatro últimos enfrentamientos.

Temporada 2014-15

Liga del Real Madrid para redondear una Temporada Perfecta

El 20 de junio el Real Madrid consiguió una victoria más sufrida de lo deseado debido a un jugador azulgrana: Hezonja. En el último cuarto todos los balones pasaban por sus manos y todo lo metía, incluidos triples lejísimos. Pero ahí estaba Rudy, el mejor blanco, que sabía cómo contrarrestarle. Al final, victoria por 78-72 y 1-0. Dos días después las caras de los jugadores madridistas olían sangre. Menudo primer cuarto. ¡31-10! Con cinco triples de Llull sin fallo, con una defensa extraordinaria, con un juego celestial. Un auténtico vendaval. Rudy secó a Hezonja y el Barcelona entero quedó seco. Los once jugadores blancos que saltaron a la pista anotaron. Los once se sabían importantes.

El 24 de junio el Palau se llenó para intentar llevar a los suyos en volandas hacia una remontada. El Real Madrid jugó muy serio durante todo el partido. De nada sirvieron los 29 puntos de Tomic o los minutos de Abrines y Satoransky. Los blancos sabían que era su año. No dudaban. Esperaban su momento para aniquilar a su eterno rival. Comienzo igualado y fulgurante segundo cuarto, en el que el Real Madrid logró un parcial de 17-31 para dejar el marcador en un esperanzador 34-48 al descanso. Pero el Barcelona reaccionó impulsado por su gente y remontó. Sin embargo, una jugada iba a marcar el partido. Un triple a tablero a más de siete metros en la última posesión del tercer cuarto. El triple lanzado por el “Chacho” entró y dejó el marcador en 67-65. Solo dos puntos en contra, tras un parcial demoledor de los azulgranas (33-17). Ahí se acabaron las tonterías. Para mi memoria queda un tapón de los que recuerdas toda la vida de Slaugther sobre Tomic, los triples imposibles de Carroll en el último cuarto, los robos de Rudy, la brillante actuación de Maciulis y Nocioni por dentro y toda la serie de Llull, que sería designado MVP.

BARCELONA – 85: Satoransky 10p, Oleson 10p, Hezonja, Doellman 12p, Tomic 29p, Huertas 1p, Abrines 16p, Pleiss 2p, Thomas, Jackson 3p y Nachbar 2p. Ent.: Xavi Pascual.

REAL MADRID – 90: Sergi Llull 10p, KC Rivers 9p, Rudy Fernández 4p, Felipe Reyes 6p, Gustavo Ayón 8p, Andrés Nocioni 11p, Sergio Rodríguez 11p, Jaycee Carroll 19p, Marcus Slaugther 2p, Jonas Maciulis 10p, Ioannis Bourousis y Salah Mejri. Ent.: Pablo Laso.

Un Real Madrid de leyenda. Un equipo que ganó todos los títulos oficiales en disputa. Como en las temporadas 1964-65 y 1973- 74 conquistó la Liga, la Copa y la Copa de Europa. Además, esa temporada conquistó la Supercopa, un maravilloso póker. Y ya comenzada la siguiente temporada remató la Temporada Perfecta con la Copa Intercontinental. Una temporada única, de ensueño, un repóker insuperable.

Temporada 2015-16

El Real Madrid campeón con un gran Llull

El 15 de junio se disputó el primer partido de la serie en el Palau. No se vio la mejor imagen del Real Madrid y aun así solo perdió por una canasta de Perperoglou sobre la bocina (100-99). Dos días después, el Real Madrid se concentró desde el principio, tiró de defensa y con dos acertados Llull y Ayón no dejó lugar a dudas de quién fue el mejor, al vencer por 20 puntos de diferencia (70-90) y eliminatoria igualada.

El 20 de junio el Palacio fue una fiesta. El Real Madrid lo bordó. Fue el equipo de la temporada anterior o incluso mejorado. Esa noche el equipo tuvo una intensidad que no decaía por más rotaciones que hiciera Laso. Todos sumaban. Todos aportaban su granito de arena, aunque Rudy y Llull sobresalían por encima del resto. Un marcador final de 91-74 dejaba muy bien encaminada la final. Pero ojo que enfrente estaba el Barcelona. Ya lo avisaba Pablo Laso: “no vamos a una fiesta. Vamos a una guerra y así es como tenemos que encarar el duelo”.

Dos días después pudimos comprobar la razón que llevaba Laso. El Palacio era una fiesta. Todo el mundo repleto de ilusión, con ganas de animar a su equipo, de disfrutar, de celebrar un título. Pero el comienzo del partido cambió los ánimos y tocó sufrir. Un 19-30 recién comenzado el segundo cuarto hicieron saltar las alarmas de las emociones. Menos mal que allí estaba el “Chapu” Nocioni para recordarnos que aquel equipo sabía levantarse una y otra vez, por difíciles que estuvieran las cosas, así que solicitó el arreón de la afición y supo despertar a sus compañeros (36-34). Y a partir de ahí empezó un partido nuevo, muy igualado, con un duelo Llull-Navarro espectacular. Intercambio de golpes, de canastas y de emociones. Así hasta que el “Chacho” decidió romper el partido. Y lo hizo con dos triples consecutivos, que ponían el marcador en 83-77 a dos minutos para el final. No se podía escapar la victoria, la eliminatoria ni la Liga y no se escapó. 91-84 final con Llull designado MVP (21 puntos y 5 asistencias)

REAL MADRID – 91: Sergi Llull 21p, Jaycee Carroll 2p, Jeff Taylor 4p, Trey Thompkins 14p, Gustavo Ayón 9p, Sergio Rodríguez 14p, Rudy Fernández 9p, Felipe Reyes 11p, Andrés Nocioni 7p, Willy Hernangómez y Jonas Maciulis. Ent.: Pablo Laso.

BARCELONA – 84: Satoransky 17p, Navarro 14p, Oleson 6p, Doellman 7p, Tomic 17p, Ribas 2p, Lawal 4p, Abrines 2p, Samuels 4p, Vezenkov, Perperoglou 11p y Arroyo. Ent.: Xavi Pascual.

El Real Madrid ganaba la Liga por segunda temporada consecutiva. Hecho que no ocurría desde la temporada 1993-94. Y conseguía un nuevo doblete.

Temporada 2018-19

La quinta Liga de Laso

El 15 de junio comenzó la serie final. En el primer partido, el Real Madrid desarboló al Barcelona, venciendo por un contundente 87-67. Desde el 9-0 inicial se intuía cómo iba a discurrir el encuentro. Con una actuación brillante de todo el grupo, liderado por Campazzo (19 puntos), todos los jugadores tuvieron su momento. Pero yo me quedo con uno aquel día: Rudy Fernández. Recuerdo salir del Palacio satisfechos a los madridistas, pero con ese resquemor que te produce una victoria tan sencilla de cara al siguiente partido. No se equivocaban.

Dos días después presenciamos en el Wizink Center un partido muy distinto. Un partido en el que el Real Madrid siempre fue a remolque, ante un Barcelona sólido, que crecía desde su dura defensa. Tanto es así que, a minuto y medio para el final, la ventaja azulgrana era de 8 puntos (68-76). Durante todo el partido un Real Madrid intentaba desesperadamente que el martillo pilón blaugrana le ofreciera un respiro. Cuando todo parecía perdido, cuando cualquier otro equipo hubiera bajado los brazos, fue cuando surgió la penúltima intentona blanca. Tavares anotó uno de los dos tiros libres que dispuso por una falta recibida al capturar un rebote, tras fallo de Llull en el triple (69-76 a 1:16 para el final). Después, Claver falla un triple, pero Randolph sí que lo convierte (72-76 a 48 segundos).

De nuevo Claver es objeto de falta. Anota solo uno de los dos tiros libres (72-77 a 38 segundos). En el siguiente ataque, Llull vuelve a fallar un intento triple y, tras la pelea por el rebote, un fuera de banda dudoso, con Rudy de por medio, se revisa en el “Instant Replay”, que dicta que el balón es para el Barcelona. Tiempo muerto, como casi muerto se quedó el Palacio. Solo 23 segundos, 5 abajo y posesión azulgrana. Incomprensiblemente, el Barcelona gasta los 5 segundos preceptivos sin poder poner el balón en juego. Renacen algo las esperanzas. Rudy busca rápido a Llull, quien es objeto de falta por parte de Oriola. Convierte los dos tiros libres (74-77) y se produce una falta rápida sobre Heurtel, al que no le tiembla la mano desde la línea de personal (74-79 a 21 segundos). Se necesita un ataque rápido. Así lo entiende Randolph, que se levanta de tres y encesta (77-79 a 16 segundos) Bueno, bueno… “Aún hay tiempo” -se pensaba en la grada-.

Solo se consume un segundo para realizar falta sobre Claver, que va a la línea de tiros libres. “Es bueno que no haya transcurrido tiempo, pero malo que sea la quinta falta personal de Randolph, que está en racha”. Víctor Claver falla el primer tiro libre, en un lanzamiento que se le queda cortísimo, bajo la presión de todo el Wizink Center. Más esperanzas en la grada… Se prepara para lanzar el segundo y este si lo anota (77-80 a 15 segundos) El Real Madrid tiene la prórroga a tiro de tres. El “increíble” Llull coge el balón, atraviesa todo el campo y es objeto de falta, casi en el momento en que se iba a levantar para intentar un triple. De hecho, él fuerza el lanzamiento. Jugada muy justa que, sinceramente, creo está bien arbitrada. Dispone de dos tiros libres a 9 segundos del final.

Hay que anotar, seguro, el primero. Lo convierte Llull, tras tocar el balón el aro, el tablero y entrar ¡Uf! (78-80). ¿Qué hace con el segundo, lo tira a fallar para intentar capturar el rebote o lo anota y se intenta recuperar el balón en esos 9 segundos? Estoy prácticamente seguro de que lo intentó convertir, porque el balón realizó la misma secuencia que en el anterior tiro libre, pero esta vez salió despedido. No lo capturan ni Thompkins, ni Deck, ni Smits, ni Singleton, aunque éste lo llega a palmear. Pero mira por dónde, el más listo de la clase, que estaba situado tras la línea de triple, corre por la línea de fondo para capturar el balón. Es Rudy, perseguido por Pangos. Bota para salir de la zona y hace un cambio mano a mano con Llull, que se levanta desde la esquina como para lanzar un triple, pero nos deja a todos atónitos.  Porque no sé aún cómo, pero ve a Carroll situado en la línea de triple, a 45 grados más o menos del lado contrario del ataque blanco y le pasa el balón desde el aire. Jaycee ve venir hacia él a Claver, pero lo evita con una finta para dejarle pasar, se levanta y, con esa técnica perfecta marca de la casa, anota un triple. 81-80. El intento desesperado de Hanga llega a tocar aro, pero no entra. Y se desata la locura. Pocas veces he visto al Palacio vibrar como aquel día. Qué emoción. Qué alegría. Qué locura desatada. Llull transformado. Carroll, sin soltar el balón, arrollado por sus compañeros. Randolph riéndose. Saltos, más saltos, carreras… Creo que todos éramos conscientes que aquél triple suponía una Liga, aunque quedara aún un partido más por ganar. El héroe de Wyoming acabó con 25 puntos y todo el Palacio coreaba su nombre.

Ya en el Palau, el Real Madrid supo adaptarse mentalmente al tipo de “juego duro” que ya le anticiparon Pesic y los suyos le iba a esperar en Barcelona desde el segundo partido de la serie y por eso estuvo a punto de resolver la final. Le faltó, en mi opinión, acabar de adaptarse también tácticamente a ese “juego duro”. La lectura que hizo Laso en rueda de prensa sobre los errores a corregir fue perfecta: “cerrar su rebote ofensivo, ajustar defensivamente ciertos aspectos y, en ataque, volver al juego o sistema propio del equipo”, por lo que el diagnóstico estaba atinado y de cara al siguiente partido, dentro de dos días, solo faltaba dar con el remedio adecuado.

Para mi gusto, el Real Madrid abusó del triple (34 lanzamientos triples frente a 26 de “dos”) y no utilizó prácticamente el juego interior. Y también, debido a la defensa del rival, no consiguieron (sobre todo en la segunda parte) los bloqueos necesarios para los lanzamientos de Carroll, ni el dinámico movimiento de balón del que tantas ventajas conseguía el Real Madrid habitualmente. En defensa no se cerró el rebote, ni se supo acabar de ajustar las penetraciones de Heurtel. Y, por último, a este “juego duro” hay jugadores que se adaptan mejor que otros y esto también estaba influyendo en el rendimiento del equipo. Mientras Campazzo, Rudy o Llull se adaptaban mejor, a otros, como Taylor, Randolph o Tavares, les costaba más, y se notó. Aun así, el partido se decidió en una cara o cruz. El Real Madrid llegó con una ventaja de 7 puntos a falta de algo más de dos minutos y la intentó administrar, pero le faltó que primero Llull y después Campazzo hubieran acertado con sus entradas a canasta en las posesiones finales del encuentro, que se llevó el Barcelona por tan solo un punto (78-77). Thompkins y Campazzo fueron los mejores madridistas esa noche, con 18 puntos cada uno.

El 21 de junio, el Real Madrid sabía lo que tenía que hacer para ganar. Y lo hizo. Con Campazzo y Taylor anulando a Heurtel (solo 2 puntos); Tavares rey de las zonas y del rebote; Randolph y Causeur atacando el aro azulgrana; Llull tirando de orgullo y Rudy de carácter; el Real Madrid supo sufrir al final para que, esta vez, el Barcelona no pudiera realizar la última remontada. Victoria por 68-74 y la Liga 35 adornando las vitrinas blancas. Recuerdo ver por la televisión a los jugadores del banquillo blanco colocando toallas húmedas y hielo en los cuellos de sus compañeros, en los tiempos muertos, para aliviar el calor, exagerado calor del Palau. Recuerdo ver a un sonriente y fundido Campazzo, recogiendo su galardón como MVP. “No puedo ni hablar. Estoy muy contento. El equipo lo buscó todo durante la temporada. Hubo muchas piedras en el camino y supimos moverlas”.  En la misma línea se expresaba Causeur: “tiene un sabor especial porque hemos sufrido mucho este año. Nos ha costado mucho levantar un título, pero hemos hecho un gran año. Esta liga no se podía escapar”.

BARCELONA – 68: Heurtel 2p, Hanga 11p, Claver 4p, Singleton 12p, Oriola 4p, Pangos 16p, Tomic 4p, Smits 3p, Kuric 8p, Ribas 4p y Pustovyi. Ent.: Svetislav Pesic.

REAL MADRID – 74: Facundo Campazzo 15p, Rudy Fernández 12p, Gabriel Deck, Anthony Randolph 10p, Edy Tavares 10p, Sergi Llull, Fabien Causeur 10p, Jaycee Carroll 4p, Trey Thompkins 6p, Jeff Taylor 2p y Gustavo Ayón 5p. Ent.: Pablo Laso.

Temporada 2020-21

La última Liga de Pau Gasol con el Barcelona

Esta temporada de jugaron unos play-off distintos, cortos e intensos. La ACB dispuso que, debido al COVID19, todas eliminatorias por el título se jugaran al mejor de tres partidos, sin solución de continuidad. Partidos cada dos días, sin apenas descanso ni tiempo de recuperación. Y con una muy buena noticia, la vuelta del público a las canchas, eso sí, con muchas precauciones y con aforo reducido.

El Real Madrid afrontaba la final con las bajas de Thompkins, Felipe Reyes y Nicolás Laprovittola, a los que se unía un Llull renqueante. No obstante, el primer partido de la serie comenzó con un muy buen Real Madrid, que realizó dos cuartos y medio excepcionales.Pero a partir de ahí las energías se agotaron, las piernas dieron un bajón físico inevitable y las cabezas dejaron de pensar con la claridad necesaria. El Barcelona, mucho más entero, supo aprovechar el bajón madridista para remontar y adquirir una cómoda renta que supo hasta administrar hasta el final (75-89) De este primer encuentro me quedo, sobre todo, con el privilegio que tuve de poder sumarme a la ovación que se le brindó a una leyenda, Pau Gasol, en la que probablemente sería su última visita como jugador a Madrid y, también, con la cerrada ovación con la que fue despedido el equipo blanco al finalizar el partido.

REAL MADRID – 75: Carlos Alocén (7p), Alberto Abalde (7p), Jeff Taylor (2p), Alex Tyus (4p), Edy Tavares (16p), Fabien Causeur (12p), Rudy Fernández (10p), Sergi Llull (8p), Jaycee Carroll (3p), Vicent Poirier (5p), Usman Garuba (1p) y Tristán Vuckcevic. Ent.: Pablo Laso.

BARCELONA – 89: Calathes (12p), Higgins,(25p), Hanga (6p), Mirotic (9p), Davies (13p), Pau Gasol (8p), Kuric (11p), Smits (2p), Abrines y Oriola (3p). Ent.; Jasikevicius.

Ya en Barcelona el Real Madrid no fue capaz de competir. Las últimas fuerzas se habían agotado en el Palacio. El Barcelona fue tremendamente superior y venció por 92-73, proclamándose campeón de Liga.

BARCELONA – 92: Calathes (15p), Higgins (4p), Hanga (2p), Mirotic (27p), Davies (6p), Pau Gasol (11p), Smits (6p), Kuric (12p), Bolmaro (3p), Abrines (6p), Westermann y Oriola. Ent.; Jasikevicius.

REAL MADRID – 73: Carlos Alocén (11p), Alberto Abalde (15p), Jeff Taylor (5p), Alex Tyus (9p), Edy Tavares (12p), Fabien Causeur (6p), Rudy Fernández, Sergi Llull, Jaycee Carroll (6p), Vicent Poirier (4p), Usman Garuba (4p) y Tristán Vuckcevic (1p). Ent.: Pablo Laso.

Y hasta aquí las 16 series finales Real Madrid (9) – Barcelona (7). ¿Qué ocurrirá en el decimosétimo enfrentamiento?

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