Las emociones no cesan en la Copa

Cuanto más avanza la Copa más te engancha. Es un axioma que no falla. Y alojarse en el hotel oficial, junto con los equipos participantes, te permite sorpresas como la de encontrarse de bruces ni más ni menos que con Walter Szczerbiak. Sí, ese señor que anotó la friolera de 65 puntos en un partido frente al Breogán de Lugo allá por los años setenta.

Hoy he comenzado el día en un pabellón vetusto que me recordaba mi reciente etapa como entrenador por esas canchas de Dios, donde se ha entrenado el Real Madrid. Caras alegres, signo inequívoco de la victoria. Y una “piña” al inicio del entreno. Imposible reflejar mejor lo que significa este equipo.

Llull nos cuenta que intenta ser una buena persona y que quizás por eso ayer le felicitaran tantos compañeros, como Luca o Ricky. Qué lección de humildad. Causeur muestra respeto por el Valencia Basket y Laso…  Pablo pone esa cara irónica que todos conocemos cuando le preguntamos si Llull ha vuelto

He podido darme un paseo por la sede de la Minicopa para ver el final del partido Real Madrid-Unicaja. Vaya ambientazo. Un pabellón repleto, fundamentalmente de chavales jóvenes que han podido disfrutar de un buen baloncesto, qué mejor forma que fomentar nuestro deporte. Vaya gestos técnicos y fuerza física atesoran estas futuras figuras.

Un paseo por Málaga para comprobar que la ciudad está tomada por las distintas aficiones que conviven en perfecta armonía festiva, donde destaca la charanga de la gente de Baskonia. Qué mérito esta afición cuando su equipo no ha logrado estar presente en esta edición. Y de ahí ya al Martin Carpena.

Y vaya dos partidos me esperaban. Desde luego aquí ningún equipo ha venido de paseo.

El primero con la mayor sorpresa para mi hasta el momento, pues Morabanc Andorra se ha llevado un partido loco ante Canarias, en un final agónico, caótico, lleno de errores, de jugadas extrañas y hasta de polémica por una falta señalada y otra posible no señalada a continuación ¿Os recuerda algo? La alegría desbordante de los andorranos, liderados por su mascota Brut (qué manera de animar mezclada con su afición) contrastaba con el cabreo de los tinerfeños, representados por su entrenador Vidorreta. El récord de asistencias de la competición de Huertas, qué jugadorazo, le resultó amargo.

Y el segundo también igualadísimo que acabó cayendo del lado de Unicaja en un colorido duelo de aficiones. La maña más reducida, con unas originales bufandas luminosas y la anfitriona malagueña más numerosa. Como pone la piel de gallina su cántico del himno “La bandera” a capela resonando por el pabellón.

Casademont notó mucho la tercera falta personal de Seeley que acabó con 29 puntos (26 valoración), que le relegó al banquillo coincidiendo con el arreón del tercer cuarto (parcial 28-15) de Unicaja. Este hecho y la capacidad reboteadora ofensiva de los andaluces, liderados por un enorme Alberto Díaz, acabaron por decidir el partido, a pesar del encomiable esfuerzo de los maños.

Un desconsolado Porfirio y un aliviado Casimiro reflejaban a la perfección los sentimientos de ambos equipos.

¡Y solo llevamos media Copa!

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