Lo que las cámaras no enseñaron del segundo Madrid – Barça: lección de Oriola a Singleton, un árbitro ayudando a Pesic en su pizarra…

PLANETACB desvela todos los detalles del segundo duelo entre el Real Madrid y el Barcelona, correspondiente a la final de la ACB, que las cámaras de televisión no mostraron y que muchos aficionados y periodistas no vieron.

La pitada a Tomic: el interior del Barcelona fue el más abucheado en la presentación. Algo que ya es habitual pero que cada año va ganando más adeptos.

Campazzo ‘calienta’ a Hanga: el argentino acabó expulsado por faltas, pero en todo el tiempo que estuvo en el parqué fue un problema para el rival. La molestia personificada por su intensa defensa. En una de las muchas acciones que subieron de tono le dejó el balón en el pecho a Hanga ante la atenta mirada de este.

La lección de Oriola a Singleton: cada vez subía más la tensión y Singleton se dejó llevar por el ambiente. En varias ocasiones se quedó mirando a la afición merengue y fue cuando desde el banquillo del Madrid se lanzaron aplausos irónicos a los colegiados cuando Singleton calentó aún más la situación. El culé, mirando desafiante al banquillo del Madrid, aplaudía respondiendo a las quejas blancas. Oriola le cogía del brazo y le pedía paciencia en un gran gesto de capitán. Singleton le apartó el brazo de malas maneras.

La pizarra y la ayuda de un árbitro a Pesic: había tiempo muerto mientras los árbitros revisaban el Instant Replay. No sabían de quién era fuera ni de dónde se tenía que sacar. Mientras Pablo Laso organizaba su jugada, Pesic preguntaba desde dónde iban a sacar el balón. Uno de los colegiados, en unas imágenes pocas veces vistas en ACB y Euroliga, se metió en el corrillo culé e indicó en la pizarra a Pesic el lugar en el que se pondría en movimiento la pelota.

Los gritos en sala de prensa: tanto cuando estaban los representantes del Barcelona como con los del Real Madrid. Los gritos en el vestuario se escuchaban desde la sala de prensa. Además, se sumaban las voces que se colaban por los pasillos y la de los aficionados que se mantenían dentro y fuera del pabellón. El WiZink era una fiesta.

Pesic y Oriola fueron amables con la prensa: en los últimos tiempos ambos han estado en el foco de toda polémica. El primero de forma merecida. Sus críticas a los medios de comunicación, sus feos gestos con periodistas y sus peculiares declaraciones no le sitúan como un personaje cómodo para los que intentan informar. Pero en el Palacio, en esa sala de prensa tan poblada, fue bastante diferente. Con su estilo, Pesic no tuvo ninguna mala contestación y respondió a todo sin mayor pega.

Por su parte, Oriola hizo lo mismo y se mostró deportivo con el resultado y bastante cauto con cualquier posible polémica. La dureza del partido fue algo «bonito», según él, porque se mantuvo el «respeto» en todo momento.

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