Los cinco detalles de la derrota del Real Madrid ante Valencia Basket

El Real Madrid cayó en la Fonteta con un marcador mucho más ajustado de lo que vimos en un encuentro que fue dominado de principio a fin por Valencia Basket que se llevó el triunfo por 89-78.

Estos fueron los detalles del encuentro:

1.- Un dominio de principio a fin fue lo que exhibió Valencia Basket, del que no se puede poner ni un pero a su victoria, fueron más intensos, con más ritmo, con mucho mejor balance defensivo y con un excelente acierto de cara al aro ante un Real Madrid pausado, con una endeblez alarmante y con algunos dando la sensación de que estaban allí porque pasaban de casualidad.

2.- Más lesiones que le toca sufrir al Madrid, en este caso le tocó a Sergio Llull, motivada por una especie de pinchazo en el muslo que le retiró en el segundo cuarto y que le dejó fuera de combate para todo el partido, esperemos novedades que en los últimos tiempo no están siendo buenas.

3.- El desastre desde la dirección con un nombre encima de la mesa, Nicolás Laprovittola estuvo lento, falto de ideas, de tiro, ausente en el juego y completamente perdido con algunos fallos que dejan en mal lugar a un jugador cadete, si el tema es por su post-covid, lo podemos entender, si es otro tema, ya uno puede preocuparse.

4.- Carroll, el hombre que nunca falla, y es que Jaycee es así, podrá jugar mejor o peor, pero cuando sale lo da todo, no hablamos ya de sus 15 puntos en el primer cuarto, sino del ejemplo de profesionalidad con todo el pescado vendido en el último periodo y corriendo para ayudar a su equipo a que la derrota fuera de la menor entidad posible.

5.- El arreón de los últimos dos minutos fue lo único positivo para los blancos, con Alberto Abalde metiendo tres triples consecutivos o con Alocén corriendo para poner ese ritmo que no puso el argentino (incluso el comentarista televisivo dijo que con Deck se iba más rápido) o con Causeur haciendo esfuerzos denostados por recortar. No obstante, todo era inútil ante un Valencia Basket que tuvo a Sam Van Rossom como un auténtico killer y un partido excepcional.

Javier Rodríguez