No es chulería, es pedir respeto para la competición

Tres días han pasado ya de esa espectacular final de la Copa del Rey y no, no me he equivocado en el calificativo de la misma, porque el juego, las alternativas y todo lo que vimos en el partido fue espectacular y que solo quedó empañado por una decisión arbitral final que pasará a la historia y que exige un respeto para quién la sufrió, porque el siguiente puedes ser tú.
El Real Madrid no levantó la voz cuando Peruga omitió la falta a Taylor el año pasado, eso es un lance del juego, lo que no llegó a entender como ese mismo colegiado se divertía poniendo “me gusta” en twitter a un aficionado que criticó el partido de Doncic dicha red social, eso lo consideró una falta de respeto y por ello mostró su queja a la ACB.
Ahora la situación vuelve a repetirse con algo que resulta incomprensible para todos y es que los tres colegiados dieran validez a una canasta que no existió a todas luces y, como dice el sabio refranero español, de esos barros, tenemos estos lodos, pero es que, inclusive, lo peor no es eso, lo más sangrante del caso es el silencio absoluto del estamento de la ACB y que ha puesto en el mismo saco los escandalosos fallos arbitrales que hubo en el partido (como la antideportiva no pitada a Randolph) que la incompetencia (no se me ocurre otra palabra) que defina la actuación arbitral mirando el monitor.
Lo que quiere el Real Madrid es un respeto que debe valer, no solo para él, sino a cualquiera que pueda pasar por una situación parecida y que no puede pasar de soslayo con cuatro tristes frases del presidente de ACB, Antonio Martín, en las cuales no existe la más mínima referencia al uso del Instant Replay y que, lo único que se hace, es casi agradecernos que los aficionados pudiéramos ver las imágenes a la vez que los árbitros, como si eso valiera de algo.
La necesidad obliga a que ACB dicte un comunicado asumiendo el fallo de los colegiados tras ver ese Instant Replay y que los mismos tengan la sanción que se considere, nos da igual la que sea, no olvidemos que ellos perciben importantes emolumentos por esa labor que ha quedado muy en entredicho y que, si ustedes o yo cometiéramos fallos de esa índole en nuestro trabajo, habría que ver la repercusión que tendría.
Esa cabezonería de ACB de no dar su brazo a torcer es la que exaspera al Real Madrid, la que le está haciendo mirar con lupa (y sin farol alguno) la idea de abandonar la liga doméstica, de plantear una consulta seria y formal a sus socios sobre dicha posibilidad y finalmente, dejar patente que no puede quedar en agua de borrajas algo tan gravísimo que, como dijo Juan Carlos Sánchez, Director General del Real Madrid, “es algo que nos pasa a nosotros pero mañana puede pasar a cualquier equipo”.
Porque eso es lo peor que puede pasar, sin ese comunicado de ACB asumiendo el error mirando el Instant Replay, la limpieza de la liga queda absolutamente en entredicho para los restos y ahí, precisamente ahí, es donde no quiere estar el Real Madrid.
