¿Por qué nos engañamos con el baloncesto (femenino)?

¡¡Cómo somos en este país!! a lo mejor igual que en el resto de Europa, pero no tengo datos para ello, así que, antes de nada, les voy a explicar con tranquilidad el título de este artículo, que algunos pensarán que está más próximo al click bait y a lo mejor, hasta tienen razón, vayamos a ello a ver si les convenzo de lo contrario.
Llevo todos los años oyendo la misma canción a cada éxito de las jugadoras de Lucas Mondelo, ¡¡vamos a aprovechar esta oportunidad!! ¡¡la medalla de oro va a relanzar el baloncesto femenino!! ¡¡somos portada en el Marca!! ¡¡nos echan en La1!! ¡¡Las recibe el Presidente!! ¡¡Más de un millón en las audiencias!! Y así una larga retahíla de muchas frases eufóricas y llenas de esperanzas pero, seamos sinceros y claros, vacías de contenido. Parece que no escarmentamos con cada éxito que esta selección de leyenda nos da y que al final nos hace volver a caer en errores una y otra vez para volver al ostracismo habitual y que ya nos encargaremos de recuperar cuando llegue otra cita importante, es decir, un día de la marmota en su máxima expresión.
¿De verdad todos ustedes saben que el Mundial’18 femenino se va a celebrar en España? Coño, ni siquiera tenemos las sedes a poco más de un año, si hasta nuestro Presidente del Gobierno se atreve a apostar que lo ganaremos y no tenemos constancia de donde serán las fases ni la final mientras se espera que ciudades como Tenerife o Valencia den por fin el pase al frente ¿o deberíamos decir la FEB?.
Que sí, que es muy bonito que el partido lo echen por La1, de eso no hay duda, luego ya si eso volveremos a hablar de baloncesto femenino cuando Perfumerías Avenida vaya a visitar una ciudad cerca de Siria y dejemos pasar cualquier otro tipo de competición, y desaprovechando (sí, desaprovechando) la enorme oportunidad que a Teledeporte le dio MoviStar Plus llevándose todo el baloncesto masculino cuando, ilusos de nosotros, pensábamos que era el momento de echar la carne en el asador por el femenino.
Leía comentarios que la clave sería que las jugadoras de la selección como Alba Torrens, Anna Cruz y el propio Lucas Mondelo volvieran a España y…digo yo ¿A dónde? Todos no caben en Perfumerías Avenida, la única ciudad, institución y empresa privada que apuesta descaradamente por baloncesto femenino mientras el resto sobrevive en un mundo cargado de deudas, buscando subvenciones que no llegan, empresas que no pagan y renunciando a jugar competiciones europeas a pesar de tener derecho a ello (miren Uni Ferrol o Araski) sin que ningún patrocinador apueste por ellas por una razón bien clara, ¿Quién las vería? ¿Dónde se promocionaría?
¿Hay acaso un intento de que el baloncesto masculino, principalmente ACB, dé un paso adelante para relanzar el femenino?, quitando FC. Barcelona, Valencia Basket y, sobre todo, MoviStar Estudiantes, el resto de los clubes de la máxima competición nacional es incapaz de dar un paso adelante aunque sea tan mínimo con un simple contrato de colaboración que aporten equipación y desplazamientos pero llevando el escudo de un club y que, seguro, aportaría mucho más interés a la gente, aunque solo fuera citándoles en la página web de ese propio club.
Decía Laia Palau, la jugadora con más internacionalidades y que está planteándose la retirada de la selección, que en 15 años nadie se acordará de su nombre y, al momento, muchas voces salieron diciendo que no, que eso era imposible. Pues miren, Laia sabe bien de qué va esto y si lo dice, por algo será, a mí no me parece tan descabellado lo que dice porque nuestra cultura de baloncesto femenino está bajo mínimos y lo que es peor, sin visos de mejorar, muchos de ustedes siguen manteniendo en nombre de Amaya Valdemoro por su bagaje televisivo, pero díganme algo de Elisa Aguilar, por ejemplo, ¿a que les suena y poco más?
No quiero amargarles el título conseguido por España, algo que pasará a los anales de nuestro deporte como una demostración de equipo en su máximo esplendor, pero, por favor, no se engañen ni nos engañemos, la realidad del baloncesto (femenino) en España sigue siendo la misma que antes de empezar el Eurobasket, esto solo ha sido un oasis en este jodido desierto y del cual, si realmente se quisiera salir, TODOS deberíamos poner nuestro granito de arena, empezando por aquellos que, como a mí me pasó ayer, me dijeron “cómo ganaron ayer las niñas y qué bien jugaron ¿no?” con mi respuesta inmediata, “Qué cojones niñas, son jugadoras de baloncesto y todas mujeres”, ese sería el primer paso.
