Salva Arco y Breogán, dos líderes que no se cansan de ganar

Hablamos con Salva Arco, jugador del Cafés Candelas Breogán, para analizar el impecable inicio de temporada y el buen hacer del club gallego en estos últimos bailes de la LEB Oro.
Cuando tienes la oportunidad de robarle algunos minutos de su tiempo de descanso al máximo anotador del actual líder e invicto de la LEB Oro, lo complicado es decidir qué no preguntar. Cuando, además, el que está al otro lado del teléfono es alguien con la carrera y las tablas de Salva Arco, la tarea se complica aún más.
A sus 33 años, el alero catalán -casi gallego de adopción-, está firmando el mejor inicio de temporada de su dilatada carrera. Esos números, sumados a su buen hacer fuera de la cancha, está dando alas a un Cafés Candelas Breogán que, como ya saben, se mantiene invicto tras ocho jornadas disputadas. Ocho. Que se dice pronto. Eso sí, se ríe cuando le comentamos que es como los buenos vinos. “Me encuentro muy bien, sobre todo físicamente. ¡A mis 33 años estar bien físicamente es muy importante! Además, estoy muy a gusto en Lugo y eso es un aspecto al que yo le doy mucha importancia. Es una ciudad donde se me ha acogido excelente desde el primer momento y estoy en un club donde se me respeta mucho y se valora el trabajo que hago, no solo en la pista, sino también fuera de ella. Al final, cuando uno está contento y feliz en un sitio, es mucho más fácil rendir.”
Un arranque de temporada que bien valdría para volver a llamar a las puertas de una élite que Salva ya conoce, pero en la que, ahora mismo, prefiere no pensar. “Ahora mismo estoy solo centrado en Lugo. Mi única ilusión ahora mismo es intentar llevar al equipo lo más alto posible y, por supuesto, intentar conseguir el ascenso. Si pudiese volver a ACB de la mano de Breogán, sería el final perfecto, pero no me planteo más allá de seguir disfrutando y ayudando a ganar partidos.” Desde luego, independientemente de lo que depare el futuro, lo de ayudar a Breogán a ganar partidos parece una tarea hecha a medida para Salva Arco…

Cafés Candelas Breogán es esa clase de equipos que, año tras año, obnubila los aficionados de LEB Oro con planteles de auténtico lujo. Este año, el cuadro gallego, no conforme con aparecer en todas las quinielas como uno de los favoritos para lograr el ascenso, ha firmado el mejor arranque de temporada de los últimos años, gestando de manera consecutiva ¡ocho! victorias que, lejos de ser fruto de la casualidad, son el reflejo de las cosas bien hechas que hay detrás de un equipo aspirante a todo. “Esto es el fruto del trabajo bien hecho, sobre todo, en estos últimos dos años. Desde que entró la nueva directiva y el nuevo cuerpo técnico, liderado por Natxo Lezkano, se están haciendo las cosas muy bien […] Sí que se podía prever un buen inicio, pero, evidentemente, teniendo un calendario con partidos a domicilio contra Melilla o Palencia era difícil pensar que se podía ir a estas alturas 8-0.”
Parte de la culpa de este histórico arranque, como mencionaba Salva más de una vez durante nuestra conversación, se la pueden echar a Natxo Lezkano. El técnico de Breogán ha demostrado ser capaz de hacer valer el juego del equipo por encima del talento individual, algo de lo que no van muy justos. Además, como el propio jugador confiesa sin tapujos, es el responsable de que hoy hablemos con Salva Arco en calidad de jugador de Breogán. “Es un entrenador muy exigente, es un entrenador que le gusta que todo el mundo dé siempre el 100%, muy meticuloso en cuanto al trabajo. Pero es un entrenador que, aparte de exigirte al 100%, él predica con el ejemplo.”
En este contexto, quizás solo cabe preguntarse por la repercusión negativa que podría llegar a tener las derrotas a nivel mental -sobre todo, la primera-, después de “acostumbrarse a ganar”. “Ningún equipo ha ascendido nunca ganando todos los partidos, y yo soy consciente de que vamos a tener malos partidos, de que vamos a perder partidos -más de uno, seguramente. Hay que transmitirle eso a los jugadores más jóvenes y hay que transmitírselo a la afición. Hay que saber que van a llegar las derrotas y que hay que estar preparado tanto para que no nos afecten a nivel mental como para intentar corregir los errores o los fallos que hayamos cometido en esos partidos y no se vuelvan a producir.”

Lo que sí que está claro es que, en el vestuario de este Cafés Candelas Breogán, por el momento, la palabra ascenso aún no se ha dejado caer, por mucho, como nos confiesa Salva, que el ambiente que rodee al equipo ya se permita ilusionarse. “En el vestuario somos conscientes de que, aunque hayamos empezado muy bien, la temporada es muy larga. Sí que es cierto que, en el ambiente, la gente está muy ilusionada. La gente ve que hay opciones reales de poder estar en las primeras plazas, pero en el equipo estamos centrados en el trabajo diario.”
Independientemente de lo que pase al final de esta temporada, el ambiente que se respira en LEB Oro tiene un matiz diferente y el verse jugando en ACB ya no parece una quimera. Ello, como no podía ser de otra forma, ha tenido consecuencias explícitas para el devenir de la temporada. El propio Salva reconocía que los equipos se han reforzado mucho mejor para pelear por el soñado ascenso, pero no dudaba en criticar la incertidumbre actual respecto a los detalles del mismo. “Me parece fatal que, a estas alturas de la competición, no se sepa cómo va a ir el tema de los ascensos y descensos. Me parece una falta de profesionalismo por parte de quien se encargue de gestionar este tema. Es muy grave. No puede ser que ahora mismo estemos compitiendo sin saber si va a haber un ascenso, si va a haber dos, si solo va a haber playoff, si el primero va a ascender directo… Además, que pudiese haber un solo ascenso me parece un paso atrás en toda regla.”
Sea como fuere, es momento de pensar en el presente, y el presente para el Breogán de Salva Arco es la visita de un ICL Manresa ansioso por asaltar la primera plaza. Un duelo, por otro lado, casi más propio de ACB que de LEB Oro, habiéndose visto las caras ambos equipos hasta en cincuenta ocasiones en categoría reina. “En Lugo hay ambiente de partidazo” -nos confesaba Salva. Un partidazo que, además, será, como siempre, especial para él.
Gane o pierda el conjunto gallego, su arranque de temporada pasará a los libros de historia y los momentos de emoción vividos estas ocho semanas consecutivas se quedarán grabadas en la retina de Lugo, una ciudad que, como antaño, respira baloncesto. Casi tanto como Salva Arco, ya saben. Como los buenos vinos.
