Sarunas Marciulionis: “Mis comienzos en la NBA no fueron fáciles, ni física ni psicológicamente“ –

Sarunas Marciulionis: “Mis comienzos en la NBA no fueron fáciles, ni física ni psicológicamente“ –

Skip to content

Facebook
Twitter
Youtube
Instagram

Primary Menu

Inicio
Real Madrid
ACB
Europa

Euroliga
Eurocup
Champions League

Selecciones
100% Planetacb

Fernando Martín

Homenaje a Fernando Martín
Historias

Especiales
Historias
Entrevistas

NBA
Opinión

Buscar:

Actualidad Planetacb

Entrevistas

Sarunas Marciulionis: “Mis comienzos en la NBA no fueron fáciles, ni física ni psicológicamente“

13/01/2023

Javier Balmaseda

Foto: Orestas Gurevicius/Delfi

Es un gran honor tener en planetacb a Sarunas Marciulionis, un jugador total que, pese a haberse encontrado con muchos obstáculos a lo largo de su vida deportiva, se convirtió en uno de los primeros europeos que jugó con regularidad en la NBA, una gesta a la altura de los éxitos cosechados tanto con la Unión Soviética como con Lituania.
Entrevistamos en profundidad a Sarunas Marciulionis (nacido el 13 de junio de 1964 en Kaunas), un jugador que hacía de todo: recuperaba balones, repartía asistencias, anotaba triples, penetraba con balón con una fuerza extremadamente poderasa e incluso machacaba. Sin duda, uno de los mejores europeos de todos los tiempos. Por entonces, en la década de los ochenta y noventa, presenciar tanta versatilidad era algo inaudito. En la NBA demostró muy pronto que había hueco para los europeos, aunque no fueron fáciles sus inicios en esta liga, como él mismo nos contará a lo largo de esta entrevista, en donde repasaremos de manera exhaustiva su exitosa trayectoria profesional desde sus comienzos en el Statyba de Vilnius hasta sus últimos días jugando al baloncesto. En la actualidad, Marciulionis es un hombre de negocios que está inmerso en un proyecto con niños.

«En Basketspirit, la tienda de baloncesto en el centro de Madrid (Cl. del Marqués de Sta Ana, 14, 1°A), encontrarás de todo. Échale un vistazo a su web aquí» 👇👇

https://www.basketspirit.com/regalos-baloncesto

Regalos Baloncesto – Venta online Madrid. España. Basketspirit.com. Tienda de baloncesto
Regalos para todas la edades y de todos los precios. Balones, textil, libros, chaquetas, gorras, complementos, chandal, chubasqueros, mochilas, zapatillas, regalos NBA. Busca bien un regalo original y exclusivo con el que conseguiras un detalle inolvidable. No dudes en consultar por teléfono o por e-mail, estaremos encantados de asesorarte y sugerirte el regalo más adecuado.
www.basketspirit.com

A pesar de haber nacido en Kaunas, cuna de grandísimos jugadores, tus comienzos en el deporte no fueron en el mundo de la canasta. ¿Cómo llegó el baloncesto a tu vida?
Mis padres no tenían donde dejarme de pequeño y mi hermana, que jugaba al tenis, me llevaba con ella a los entrenamientos. Allí empecé a jugar al tenis,aunque al mismo tiempo jugaba al baloncesto. En Kaunas, todos los patios tenían unas canastas cerca de las viviendas de cinco plantas. Y cuando tenía 10 años tuve que elegir: tenis o baloncesto. Recuerdo perfectamente cuando una entrenadora de tenis me dijo: “Olvídate del baloncesto. Eres el más bajo de todos los tenistas“. Pero al final todo terminó de manera diretente (se ríe). En cuanto al tenis, en unaocasiónfui el primero en toda Lituania entre todos los chavales de mi edad,pero todo se acabó después del viaje a Donetsk, donde tenía que participar en un torneo de tenis. Al principio, todos los participantes teníamos que demostrar nuestra técnica golpeando la pelota contra la pared, y enseguida comezaron los problemas. Yo soy zurdo, pero mis padres me orientaron a que utilizase la derecha. Para mí, a veces era muy difícil decidir cuál de las manos era la más fuerte. Por tanto, yo golpeaba así: un golpe con la derecha y otro golpe con la izquierda, pasándome la raqueta de una mano a la otra. Esto fue una pesadilla para los entrenadores soviéticos y al final no me dejaron participar en el torneo principal debido a la mala técnica, a pesar de que tuve las mejores marcas en condición física.
¿Es posible que tu potencia de piernas y estos fundamentos en el tenis te ayudaran posteriormente en el baloncesto?

Pienso que sí. El tenis obviamente ha tenido influencia para mi centro de gravedad. Fueron útiles todos los ejercicios que hicimos: carrera muy intensa, golpes de pelota, comienzo bajo, avance rápido y carrera hacia adelante. Todo esto tenía influencia, no solo para las piernas, creo que también para las habilidades de control de pelota en baloncesto,pero yo hasta ahora no sé si soy zurdo o derecho. Al menos, sé que mi hijo es zurdo.

Foto: Miguel Ángel Forniés
Llama la atención que, a pesar de tu talento para el baloncesto, el Zalgiris no se fijase en ti en tus comienzos. ¿Qué pasó con el club de Kaunas y cómo se produjo tu fichaje por el Statyba de Vilnius? ¿En algún momento, a lo largo de tu estancia en la Unión Soviética, el Zalgiris intentó ficharte?

Aunqe estudiaba en el Internado deportivo de Panevezys, en principio no tenía planes de jugar al baloncesto como profesional. Medía 182-183 centímetros, y en esos tiempos todos buscaban a los jugadores altos. No hubo conversaciones entre Zalgiris y yo. Nadie me ofreció que jugara en este club. Todas las charlas sobre esto son solo especulaciones. Cuando terminé la última clase en este Internado deportivo, fui a estudiar periodismo a la Universidad de Vilnius. Pero conocí a Rimantas Endrijaitis, el entrenador de Statyba, que me escribió su número de teléfono en el billete de autobús. “Llámame si necesitas algo“, me dijo. Y yo le llamé. Me buscó residencia para vivir y así empezó todo en Vilnius.
Me acuerdo que en mis primeros años jugué algunos partidos con Jonas Kazlauskas, quien con el tiempo seconvirtiría en uno de los mejores entrenadores en Europa (ganó la Euroliga con Zalgiris y el bronce con Lituana en los Juegos Olímpicos de Sydney). ¡Qué lastima que apenas tenemos vídeos de aquellos años! Cuando los ocupantes soviéticos atacaron y ocuparon la torre de la televisión lituana en 1991, robaron muchas cintas de vídeo con diferente material de esa época. Entre este material estaban las cintas de baloncesto con partidos de Statyba. También es interesante que durante el primer año en la universidad crecí 11-12 centímetros. Además, aquel año, la carrera de Rimas Girskis en Statyba (que jugaba de combo, base y escolta) terminó y el entrenador me invitó al primer equipo.A partir de entonces el baloncesto se convirtió en una prioridad para mí. Por cierto, después de unos años, en 1987 jugué algunos partidos con Zalgiris. Sabonis estaba lesionado y ellos me llamaron para que participara en el torneo de WillamJohnes en Milán,pero con este torneo mi historia con Zalgiris terminó para siempre.
A partir de la temporada 82/83 empiezas a jugar en el primer equipo del Statyba y a tener un papel destacadísimo en tu equipo. Entonces, Gomelsky te echa el ojo para la selección soviética, al principio para la júnior (en 1982 y 1983) y en 1984 para la selección absoluta. Sin embargo, te encontraste con un muro infranqueable que nos privó de disfrutar de tu magia durante algunos años en el baloncesto de selecciones, me refiero a Obukhov (seleccionador júnior 1982 y 1983 y absoluto en 1985 y 1986). Han pasado más de 30 años de aquello, pero todavía hoy es incomprensible que aquel entrenador no contase contigo, sobre todo, en el Mundial de España en 1986, después de promediar con tu equipo 30 puntos por partido. ¿Qué pasó, Sarunas?
Hay varios matices. Es interesante que mis comienzos con las selecciones soviéticas tienen mucho en común con España. En 1983 debuté en Palma de Mallorca con la selección júnior, en el mundial. El entrenador era Obukhov y mis minutos en la cancha fueron muy escasos, aunque sinceramente yo pensaba que podía ayudar más a mi equipo. Recuerdo que en la final perdimos el partido contra Estados Unidos, a pesar de que en la fase de grupos los habíamos ganado. El mismo año debuté ya con la seleccion absoluta en el Torneo de Navidad en Madrid, donde participaron cuatro equipos: la seleccion soviética, Cuba, el Real Madrid y un equipo de jugadores de Estados Unidos. En este torneo recuerdo algo curioso. En el equipo estadounidense jugaba la leyenda de Boston Celtics, Nate Archibald. Generalmente, los jugadores enfadan a sus rivales, pero entonces en Madrid y por pirmera vez presencié cómo un jugador gritaba y enfadaba a sus propios compañeros. Ellos tenían varios pívots, digamos con las piernas de barro, y él no paraba de gritar. Me dejó una impresión muy fuerte.
Después, en los tres años siguientes, me quedé fuera del equipo. En 1986 tuvimos mucha competitividad y las votaciones dentro del equipo. Yo no tenía el apoyo de los jugadores del Zalgiris (se ríe). Valdis Valters apoyó a su compatriota Andris Jekabsons y el Zalgiris tenía a sus jugadores de perímetro. Y claro, siempre existe un límite. Así que me quedé sin lugar en el equipo, aunque mi entrenador de Statyba, Endrijaitis, ya tenía planes de viajar a Madrid para verme jugar.
¿Por qué no tenías el apoyo de los jugadores lituanos?

Ellos apoyaban a sus jugadores del Zalgiris, pero yo no estaba en su equipo, jugaba en Statyba. Tuvimos mucha rivalidad entre Vilnius y Kaunas. Me consideraban como un traidor por el hecho de irme de Kaunas. Mejor quedarse en Kaunas y no jugar en ningún lado, pero no irse a Vilnius (se ríe).
¿Supongo que sería un tremendo varapalo no jugar el Mundial de España cuando todos estaban convencidos de que entrarías en la selección soviética? ¿Te dieron alguna explicación de por qué no te seleccionaron? ¿Llegaste a pensar en la retirada?

Cuando me quedé fuera de la selección por tercera ve pensé que mi propio destino no quería verme en el baloncesto y que lo que tenía que  hacer era volver al periodismo. Tenía la sensación de que era el número 13 constantemente. Después de la concentración volví muy decepcionado a casa, pero entonces el entrenador de Statyba, Endrijaitis, tuvo una gran iniciativa conmigo. Él llegó a mi casa y empezó a avengonzarme. Me decía: “¿Qué haces? Si quieres escribir, quizá te regale un bolígrafo nuevo más bonito que el que tienes“. Y poco a poco fui recuperando un sentimiento interior que me decía que todavía me quedaba mucho por demostrar en el baloncesto. Sus consejos me fortalecieron y me hicieron dejar atrás la frustación que tenía por no jugar con la selección. Y en 1987 llegué a la selección de manera diferente. Al mismo tiempo, volvió Gomelsky después de su descalificación. Él confio en mí y en este Eurobasket ya estuve entre los jugadores importantes del torneo. En las elecciones de MVP fui segundo. Progreso ultrarápido, ¿no? (se ríe).
Se habló de la influencia que ejercía Valters sobre Obukhov. ¿Es estoverdad? ¿Era un jugador lo suficientemente querido dentro del equipo?

Obukhov había trabajado toda su vida con niños, pero con hombres la cosa cambiaba. Asustar a los niños eramuy facil, en cambio cuando empezó a trabajar con los hombres ya no era tan valiente. Da miedo recordar esas concentraciones soviéticas con los equipos juveniles. Todos tuvimos que pasar esto: trabajo por trabajo para el trabajo, pero nadie entrenó la mente y la comprensión. La única idea era: corre y tira. Y como muchos de los jugadores (Sabonis, Volkov, Tikhonenko) de esta selección juvenil pasaron a la seleccion absoluta, la administración decidió confiar a Obukhov el trabajo con ellos en el equipo principal. En esos años, Gomelsky estaba descalificado “por contrabando”, como ellos lo llamaban. La idea de Obukhovera tener un buen microclima en el equipo. Quería que los jugadores no le miraran mal. Él escuchaba a los jugadores, especialmente a los más mayores, como Valters. El letón tenía bastante influencia en el entrenador, que no había trabajado con los hombres. Sin embargo, con Gomelsky ya no pudo. No puedo decir que Valters fuera muy impopular. Él siempre quería estar cerca de los lituanos; tenía un sentido del humor muy especial. Era diferente.
Foto: Miguel Ángel Forniés
¿Es cierto que antes de la final del Eurobasket 87 frente a Grecia os ofrecieron dinero por dejaros ganar? ¿Crees que este hecho os distrajo e influyó de manera negativa en el resultado final?
Sí, es verdad.Algunos griegos se abalanzaron sobre nosotros y nos ofrecieron dinero. Por supuesto,nadie aceptó ese dinero, pero con sus acciones, esos griegos sembraron alguna duda en nuestro equipo. Creo queellos nos distrajeron. Aunqueel verdadero problema vino dentro de nuestro propio equipo ya que no teníamos mucha comunicación entre nosotros. Si el entrenador hubiese organizado una reunión para hablar entre nosotros, todo habría sido diferente. Si él nos hubiese preguntado abiertamente lo que pensábamos sobre estos posibles sobornos, habríamos pisoteado a esos griegos en la final, estoy seguro. En cambio, salimos a la cancha confundidos y con algunas dudas: “¿Qué pasa?¿Por qué esta pasando esto?“. Todo eso nos afectó, estuvimos desequilibrados y perdimos la final. Esta es la única vez que me he encontrado con algo así. Ahora puedo bromear que, de alguna manera, hemos contribuido al desarollo del baloncesto griego. Además,ellos lo consiguieron sin pagar nada (se ríe). Pero para mí, los griegos repararon todas las penas en 1995, cuando después de la derrota en la final, todos estaban en pie gritando: “Lituania, Lituania”. Nunca habrá un sentimiento similar.
Poco antes de este campeonato (Eurobasket 87) se produjo la grave lesión de Sabonis en el tendón de Aquiles. ¿Cómo vivisteis aquel grave contratiempo?
Por supuesto que la lesión de Sabonis nos debilitó mucho. Pero sabes, toda la concentración la pasamos sin él y tuvimos tiempo para asimilar su ausencia. Arvydas regresó en 1988, casi en la víspera de los Juegos Olímpicos de Seúl. Podemos decir que llegó casi directamente a los Juegos.
Aquel verano del 87 fuiste uno de los seis jugadores de la Unión Soviética invitados a entrenar y jugar con los Atlanta Hawks de Mike Fratello en Estados Unidos. ¿Qué recuerdas de aquello?

Tengo que admitir que ningún otro entrenador me explicó mejor los matices y me enseñó más fundamentos para jugar al baloncesto que Mike Fratello. Después trabajé con Don Nelson, pero esta es otra historia. Toda la informacion sobre los fundamentos de baloncesto que son necesarios para jugar a este deporte a muy alto nivel, me los dio M. Fratello. Él me abrió los ojos en muchos aspectos desconocidos hasta entonces para mí. En primer lugar, nosotros desde la Unión Sovietica no teníamos una postura de baloncesto,dejábamos que el rival nos ganara la posición y después tratábamos de robarle la pelota desde atrás. Sin embargo, Fratello nos enseñó todo sobre los movimientos rápidos de los brazos y otros matices, y además lo hacía de manera muy cuidadosa. ¿Sabes?, es diferente cuando tú explicas a un chaval de 15 años que cuando intentas explicar a un hombre de 24-25 años. A esta edad adulta hay que poner mucho esfuerzo para intentar cambiar todo, la postura, los movimientos, etc. para que se conviertan en automáticos.
Ahora yo le digo a mi hijo Augustas: “Vosotros os arrastráis durante los partidos“. Pero entonces, en Estados Unidos, mis zapatillas se fundían porque corríamos, parábamos, cambiábamos las dirreciones; era todo muy intenso. Parecía que nuestros neumáticos se quemaban. Era absolutamente otra forma de entrenar; carrera, carrera y más carrera. A la larga, se fue formando mi propio estilo de juego. Creo que tu valor depende de cómo puedes atacar y defender en uno contra uno, ya que todo siempre va a ser sobre lo mismo, juego de uno contra uno. Tú puedes atacar desde la zona de tres puntos después de dribling, o puedes hacer puntos jugando de espaldas, o intentando penetrar. Pero por lo general, todo esto será con el juego de uno contra uno. Primero tienes que sentir a tu rival para más tarde empezar a sentir a la defensa del equipo contrario. Y puedo añadir que el ataque está en segundo lugar porque primero tienes que saber cómo defender el uno contra uno.

«Tienes un especial de Marciulionis y Lituania en la revista Skyhook» 

Skyhook #26


Un año más tarde, en 1988, los Hawks se convertían en la primera franquicia de la NBA en jugar una serie de partidos en la URSS.

Recuerdo que ganamos uno de los tres partidos ante los Hawks, concretamente el último de ellos, el que jugamos en Moscú. Allí estuvimos en el Hotel Cosmos, donde también se alojaban Wilkins, Levingston, Carr y el resto de las estrellas de los Hawks. Antes, en el segundo partido jugado en Vilnius, yo los invité a un restaurante en el centro de la ciudad,yen Moscú, los americanos me tenían que devolver la invitación.Así que durante nuestra estancia en Vilnius, yo me preparé para este momento y compré dos botellitas de Aguardiente lituana (son bebidas alcohólicas, dulces y muy fuertes, con más de 40 grados), una botella de la bebida “Dainava” y otra de “Palanga”. Ya en Moscú, recuerdo que estuve con los americanos jugando a las cartas y tomando algo en las habitaciones del hotel. En un momento dado le dije a Wilkins: “Mira, yo tengo un poco de vino lituano, pero es un poquito más fuerte que el vino tradicional”. Después del partido jugado en Moscú, él me confeso: “¡Pero qué fuerte fue es este vino lituano!“. Yo creo que durante el partido ellos estaban con resaca y que, por tanto, mis bebidas tuvieron un poco de influencia en el resultado del encuentro: Hemos ganado con la ayuda de “Dainava“ y “Palanga“.
Volviendo a la selección soviética, lográis la tan ansiada medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Seúl proclamándote el mejor jugador del torneo.Eres clave en el partido contra USA en semifinales en el que superas físicamente a jugadores de la talla de Mitch Richmond. ¿Cuál fue la clave para derrotar a los americanos? Por cierto, Richmond sería tu compañero posteriormente en los Warriors.
Recuerdo que el torneo en Seúl lo comenzamos muy mal. Sabonis en los pirmeros partidos parecía que nos molestaba más que otra cosa, ya que todos estábamos muy pendientes de él y no podía ayudarnos mucho más de lo que lo hacía. A pesar de todo, entramos en los playoffs con dificultades. Y en semifinales tuvimos que jugar contra los Estados Unidos. Antes de este partido habíamos tenido dos días libres. Hay que reconocer que los jugadores americanos parecían impresionantes cuando veías caminar a esas torres de 210 centímetros como, David Robinson, Danny Manning, Charles Smith y otros más. Creo que la clave para ganarlos fue lo que hizo Gomelsky con nosotros.
En estos días libres, él individualmente habló con todos los jugadores 2-3 veces y difundió su ideología: “Vosotros habéis ganado a los Atlanta Hawks y también habéis ganado muchos partidos a los equipos universitarios norteamericanos. Ahora no es momento de tener miedo. Sois mejores y tenéis que demostrar el mejor baloncesto que tenéis“. Y él alcanzó su objetivo al transmitirnos la confianza necesaria para derrotar a los americanos. Además, nos dio dos consejos muy buenos para el partido. El primero: “No les dejéis machacar el aro porque cuando machacan empiezan a jugar como con los ángeles. No podemos pemitir que jueguen con tanta confianza“. El segundo consejo: “Cuando empecemos el ataque, Sabonis tiene que ayudar al base porque a ellos les gusta presionar mucho a los bases“. De este modo, Sabonis caminaba despacito desde nuestra canasta y nuestro base podía pasarle la pelota si le presionaban. Este era nuestro plan.
Ahora puedo decir que las ideas de Gomelsky funcionaron. A veces, los entrenadores nos dan 10 o más instrucciones, pero durante el partido tú recuerdas solo 2. En este caso, él nos dijo 3 cosas y hemos recordado 2. ¡Un porcentaje muy alto! Y con M. Richmond, le estoy muy agradecido por muchas cosas. Aprendí mucho de él en los entrenamietos cuando fuimos compañeros en los Warriors. El primer año solo corría tras él completamente indefenso. Y claro, a veces hablábamos sobre Seúl.
¿Es verdad que Gomelsky os hizo una promesa para ayudaros a salir del país si ganabais los Juegos Olímpicos?
Existía ese rumor, pero esas promesas en la Unión Sovietica significaban muy poco. En realidad, no nos lo creímos nunca. Lo más importante en este sentido fue ganar la semifinal frente a Estados Unidos y demostrar nuestro mejor baloncesto frente a los americanos.
Foto: Miguel Ángel Forniés
¿En qué partidos había más rivalidad, contra Yugoslavia o USA?

Sabes, nunca tuvimos amistades con los yugoslavos. Este es una capítulo completamente diferente. Pienso que Yugoslavia era la favorita en el final de Seúl. Ahora creo que si hubiéramos jugado 10 veces con los americanos, quizá habríamos ganado 2 partidos. Y de 10 partidos contra los yugoslavos, ellos habrían ganado 5-6 veces. Yugoslavia tenía un equipo muy serio. Ellos no se podían creer que habían perdido la final. En la primera parte tenían una ventaja de 12 puntos. Eran ingeniosos en todas las posiciones, pero acabaron el partido con las cabezas bajas. Esta rivalidad contra Yugoslavia ya era vieja, desde los tiempos de Dapilagic, Delibasic, Myshkin, Belov y otros. Hay que reconocer que jugaban de una manera muy inteligente y usaban todo tipo de artimañas y provocaciones para ganar. Y esto no gustaba a sus rivales.
Llegamos al Eurobasket 89, último campeonato oficial que juegas con la Unión Soviética. Ya sin Gomelsky y con la inminente salida de muchos de vosotros para jugar en otros países o incluso en la NBA, os eliminó Grecia en semifinales, lo que supuso un gran fracaso. A pesar de que volviste a ser el mejor jugador de tu equipo, se comentó que no estabais los suficientemente motivados. ¿Teníais la cabeza en otro sitio?
En aquel momento todos habíamos comenzado a pensar en nuestro futuro y cómo salir de la Unión Soviética. Ya no estábamos unidos en la cancha. Todos estábamos pensando en los cambios para el futuro. Sentíamos que la situación cambiaba radicalmente.
¿Fue difíciltomar la decisión de abandonar el equipo soviético antes del Mundial de Argentina en 1990 una vez que Lituania recuperó su independencia? ¿Sufristeis presiones para continuar en el equipo soviético?
Por entonces, yo ya jugaba en la NBA. Valdemaras Chomicius y Arvydas Sabonis estaban en España. Rimas Kurtinaitis y Sergejus Jovaisa jugaban en Alemania. El único lituano en la selección soviética era el entrenador Vladas Garastas. Todos teníamos muy claro que no íbamos a jugar más en el equipo soviético. No había ningua presión, nada. Es más, ya habíamos empezado a pensar en la selección lituana.
Aunque los Atlanta Hawks siempre estuvieron muy interesados en contratarte, finalmente llegas a la NBA de la mano de los Warriors en la temporada 89/90. ¿Cómo se produjo tu fichaje por esta franquicia?
El Goskomsport (comité soviético de deportes) quería vendernos a Aleksandr Volkov y a mí a los Atlanta Hawks. Por entonces, el  propietario de los Hawks, Ed Turner y el gobierno deportivo soviético mantenían muy buenas relaciones. Por este motivo, en 1987 viajamos a Estados Unidos para que los Hawksevaluaran a sus jugadores potenciales. Pero a mí no me gustaba el hecho de que me quisieran vender. Por entonces, conocí a Donnie Nelson (hijo de Don Nelson) con el que incluso hablaba en su idioma pese a que mi nivel de inglés no era demasiado bueno. Su padre era el entrenador de los Warriors y mostraron mucho interés por mí. Donnie vino varias veces a Lituania y me explicaba que estaban formando un equipo nuevo. Fue muy intsistente y además sabía qué decir y sobre qué hablar. Al final me convenció y decidí irme a los Warriors. Ahora puedo bromear que cuando Volkov se fue a Atlanta, allí faltaba una pelota más, ya que Dominique Wilkins tenía su propia pelota. Creo que conmigo habría pasado lo mismo en Atlanta; hubiera corrido de manera inútil de un lado a otro de la pista.Es más,tuve ese tipo de experiencias en mis dos primeras temporadas con los Warriors, sobre todo cuando estábamos en ataque 3 contra 2, o 3 contra 1; corría de un lado a otro del campo casi sin tocar la bola, como si estuviéramos en un entrenamiento.
Con tu llegada a la NBA en la temporada 89/90, te conviertes en el primer extranjero en gozar de confianza y responder a ella de forma sostenida desde el principio. ¿Tú eras consciente de esto? ¿Fue clave en tu adaptación y excelente rendimiento en los Warriors el estilo de juego implantado por Don Nelson?

A decir verdad, necesité un par de años para la adaptación. Si a los rookies americanos los árbitros les pitaban las típicas faltas personales de novatos solo en la primera temporada, los europeos recibíamos este tipo de faltas durante las dos primeras temporadas. No confiaban mucho en nosotros. En aquellos años existía la opinión de que los jugadores que veníamos del viejo continente no podíamos jugar en Estados Unidos porque según ellos ocupábamos el sitio de los estudiantes americanos. Cuando yo llegué a Estados Unidos, no había muchos europeos en la NBA, pero ahora más del 20% son jugadores extranjeros. El mercado se está expandiendo, hay muchas retransmisiones y la liga no puede sobrevivir cerrada, solo con americanos y para los americanos.
Mi equipo fue muy paciente conmigo. ¿Por qué? Ellos vieron cómo me trataba mi entrenador, Don Nelson. Él maldecía, insultaba, etc. y pienso que a veces lo hizo innecesariamente. Todo esto no gustaba al resto de jugadores. Él se burlaba y se reía de mí incluso en los partidos; eso provocaba que en las gradas también se empezaran a reír. ¡Por suerte, hablaba muy mal inglés y no entendía nada! Si lo hubiera entendido me habría dado la vuelta para marcharme a mi casa. Quizá él quería exprimir el máximo de mí, aunque como se dice en España, “hay veces que si tensas mucho la cuerda se rompe”. Pienso que él quería que yo jugara mejor, pero ya tenía 25 años y también tuve una lesión y me faltaba tiempo para la adaptación.
Durante mi primera temporada en la NBA sufrí las consecuencias de una lesión de espalda que me hice al caer de espaldas después de hacer un mate. Esta lesión me impidió durante un tiempo llegar al aro y machacar. Aunque las pruebas médicas no mostraron nada grave, se puede decir que mis comienzos en Estados Unidos no fueron fáciles ni física, ni psicológicamente. Durante algún tiempo solo pude jugar a medio gas. Necesité un año y medio hasta que mi cuerpo se adaptó a la nueva situacion.
¿Qué opinas de que otros europeos no gozaran de esa confianza?
Con Drazen Petrovic empecé a hablar un poco más cuando ambos ya estábamos en la NBA porque en Europa él era un poco arrogante. Pero cuando yo empeze a jugar en los Warriors y él en los Blazers, ya hablábamos. Drazen se quejaba de que no tenía oportunidad de jugar. Me comentaba que el equipo era díficil y que para él era muy complicado jugar sin balón. Él no estaba acostrumbrado a ser suplente. Más tarde fichó por los Nets y finalmente cogió el tempo del baloncesto americano y los compañeros y entrenadores confiaron en él. Qué pena que todo se acabó… sabemos como.  A Aleksandr Volkov le resultó difícil jugar en un equipo con Wilkins. Zarko Paspalj tampoco tuvo suerte en San Antonio. Sin embargo, Vlade Divac se encontró en un equipo, Los Ángles Lakers, con unos compañeros increíbles. A veces ellos le alimentaban con pases fantásticos. Es una maravilla jugar con estrellas de ese nivel. A veces todo depende de cuánto te necesita tu equipo y de cuánto puedes tú adaptarte al equipo. Mi papel era muy concreto, consistía en aportar mas energía desde el banquillo. No obstante, como el equipo era bastante nuevo, a la larga mi rol en el equipo fue siendo cada vez más importante.
Después de realizar tu mejor año en la NBA en la temporada 91/92,con casi 19 puntos por partido, llegas en el mejor momento de tu carrera a los Juegos Olímpicos de Barcelona.  ¿Fue difícil poner en marcha el equipo lituano? He leído que tuviste que poner dinero de tu bolsillo.

De alguna manera fuimos capaces de organizar todo de forma remota. Al principio empezamos a enviar faxes a la federación para que nombraran a Vladas Garastas como seleccionador principal. Finalmente, Garastas sustituyó a Raimundas Sargunas al frente de la selección lituana. Nosotros apreciábamos y respetábamos a Sargunas, pero pensábamos que Garastas conocía mejor a los jugadores de nuestra edad, ya que había ganado mucho con Zalgiris y además tenía experiencia internacional. Nosotros mismos recogíamos el dinero porque nuestro Comité Olímpico estaba todavía vacío. Todos llevábamos lo que podíamos. Había un único equipo. Me acuerdo que Chomicius recibió una propuesta muy buena para jugar algún partido amistoso en Melilla. Y allí llegamos a un acuerdo con un entrenador español, Javier Imbroda. Recuerdo como Donnie Nelson y yo recogíamos el dinero para la selección en Estados Unidos. Recuerdo también que tenía un librito de cheques y firmaba facturas para las lavanderías, ferreterías y para otros gastos que surgían. Pusimos mucho corazón por poner en marcha nuestra selección.
Hubo rumores de que alguien quería invitar a la selección a Joe Arlauckas y a otros jugadores con raíces lituanas.

Para eso se necesitaban los pasaportes lituanos. Pienso que Arlauckas tenía un nivel bastante alto para jugar en la selección, pero no tenía pasaporte. En realidad, toda esa idea se quedó en habladurías.
¿Qué nos puedes contar de las míticas camisetas de Grateful Dead?

Recuerdo que yo mismo traje estas camisetas en dos bolsas de deportes. Fue un regalo deFitzgerald,el hijo del dueño de los Warriors, que era un gran admirador del grupo Grateful Dead. Fitzgerald vio todo nuestro trabajo y esfuerzo (me refiero a Donnie Nelson y a mí) antes de los Juegos Olímpicos y decidió hacernos este regalo. El propio esqueleto en el diseño de las camisetas lo hizo un chaval desde Boston. Así que podemos decir que fue también un proyecto conjunto cuyo resultado gustó  mucho a todos los jugadores de nuestra selección. Como una gran empresa (no recuerdo el nombre) tardó más de la cuenta en enviarnos la ropa de entrenamiento, nosotros llevamos estas camisetas durante toda la concentración, y además eran de buena calidad. Creo que las camisetas casi se nos quedaron pegadas al cuerpo. Además, durante los Juegos Olímpicos tuvimos otro problema con la ropa oficial de la delegación lituana, que procedía de Japón. Los japoneses cosieron la ropa para abrigo, y era imposible caminar con esta ropa debido al calor que hacía en Barcelona. Por lo tanto, decidimos caminar con estas camisetas de GratefulDead. A la ceremonia de entrega de medallas decidimos ir con los esqueletos; todosqueríamos ser iguales. Fue un poco loco pero muy interesante. Recientemiente, Nike ha sacado la segunda edición de esos esqueletos, que al ser tan populares se han vendido tan rápido que ahora es imposible de comprar.
En el torneo preolímpico os enfrentáis a CEI y ganáis de paliza (116 – 79). Ya en el torneo olímpico, os volvéis a enfrentar a ellos con una derrota en el partido de grupos y la famosa victoria por la medalla de bronce. ¿Cómo vivisteis esos duelos contra vuestros excompañeros?  ¿Qué pasó con Sabonis para que no llegase al podio?
Jugamos el preolímpico en Badajoz y Zaragoza. Hay que decir que estábamos en muy buena forma y ganamos todos los partidos (11 partidos) y por tanto entramos en los Juegos Olímpicos. Recuerdo que nos volvimos a enfrentar a CEI en el partido de grupos en los Juegos. Tuvimos una ventaja, pero repentinamente algo paso, algún tipo de pánico en masa. Nadie tomó la iniciativa y finalmente perdimos. Esta fue nuestra primera derrota con la seleccion de Lituania. El partido por la medalla de bronce era muy importante y había muchos nervios. Si hubiéramos perdido, nadie habría recordado ni a nuestra selección, ni nuestra trayectoria. Todo nuestro trabajo se hubiera ido al diablo. Cuando finalizó el partido, nosotros tuvimos el sentimiento de que contribuíamos, con esta importante victoria, al desarrollo del nuevo país. Teníamos muchas ilusiones y creímos en nuestro país. En aquellos momentos no pensamos ni en nosotros mismos ni en nuestra salud. Hicimos lo que teníamos que hacer y punto. Teníamos sentimientos muy fuertes, sentimientos verdaderos con nuestro nuevo país. ¿Sabonis y el podio? En este caso, la historia calla. Lo perdimos en el camino al podio (se ríe).
Después de estos Juegos Olímpicos, en los que alcanzaste la gloria y tu cima deportiva (23,4 puntos, 8,3 asistencias y 5 rebotes de media), el infortunio llegó con una grave lesión de rodilla que te dejó año y medio apartado de las canchas. Pese a ello, consigues recuperarte, fichas por Seattle y disputas el Eurobasket de 1995, donde fuiste uno de los actores principales del que para muchos es uno de los mejores partidos de todos los tiempos, me refiero a la final frente a Yugoslavia. Además de la brillantez del partido, me llamó mucho la atención el momento en que, descontentos con las actuaciones arbitrales, abandonáis la cancha y amenazáis con no jugar,hasta queDjordjevic se acercó a vuestro banquillo y tedijo algo al oído para convencerosde volver a la cancha. ¿Recuerdas lo que te dijo el serbio?

Ese Eurobasket fue muy importante para mí. En ese momento las lesiones siguieron una tras otra. En 1993 sufrí una lesión en el pie y poco después sufrí otra lesión de ligamentos cruzados y tuve que pasar 18 meses sin jugar al baloncesto. Y también durante este tiempo me mandaron a los Seattle Supersonics donde el entrenador George Karl quería que inmediatamente jugara al nivel que tenía antes de las lesiones. Tuvimos un pequeño conflicto entre nosotros. Fue una situación difícil para mí. Yo tenía el deseo de demostrar que podía jugar de nuevo al baloncesto,pero pasar sin baloncesto 18 meses es muy duro. Y si hablamos sobre esta final ante Yugoslavia,con Sasha hablé en varias ocasiones después de este partido. Recuerdo que coincidimos en Singapur y en otros países en varios proyectos conjuntos. En cuanto al intenso momento de la final por el que me preguntas, recuerdo que él se acercó y me dijo algo parecido a esto: “Vamos a terminar el partido. Somos solo soldados y aquí hay algún tipo de política“. La decisión de no jugar no habría llevado a ninguna parte, había que hacer algo. Nos hubieran multado o descalificado.
Después de tantos años, ¿cuál es tu opinión sobre el arbitraje en esta final?

Después de la final (mucho más tarde), otros arbitros vieron los vídeos y dijeron que todo había sidonormal. Pero como se dice, los árbitros no van a tirar piedras sobre su propio tejado. Es curioso algo que me sucedió en este partido y ha sido la única vez que me ha ocurrido en mi vida. Comenzando un ataque, el árbitro americano, George Toliver, me dijo: “Pasa la pelota a Sabonis que voy a pitar faltas“. Eso occurió en la primera mitad del partido. Vale, entonces yo organizo el ataque y grito a Sabas: “Atrapa la pelota y muévete con energía, que el árbitro me ha prometido pitar las faltas a los yugoslavos“. Pero en la segunda parte todo cambió. Él empezó a pitarnos las faltas a nosotros. Esta fue la pirmera y la última vez que un árbitro me ha dicho lo que tengo que hacer durante el partido. ¿Difícil de creer? Muy difícil.
¿Qué piensas qué ocurrió durante el descanso?
Uno de los entrenadores-asistentes de nuestra selección, Rimas Girskis, dijo que había visto a Borislav Stankovic (Secretario General de la FIBA desde 1976 hasta 2002) entrar en el vestuario de los árbitros. ¿Qué puede significar esto? ¿Qué pueden tener en común los árbitros y Stankovic? Ir al vestuario de los árbitros está totalmente prohibido. Rimas Girskis nos lo contó así. Yo con mis propios oídos escuché las palabras de Toliver. Y por eso, después del partido, lo perseguí; quería retorcerle la oreja. Pero por suerte, me sujetó alguno de mis compañeros. Todavía hoy sigo teniendo sentimientos raros al hablar sobre esta final. Quizás en aquel momento, la victoria era más necesaria para los serbios por la guerra que hubo en su país. Ellos fueron transportados a las primeras líneas del frente y los saludaron todo el ejército. Para ellos fue una política muy seria.
Foto: Miguel Ángel Forniés
¿Perdisteis la final por no controlar vuestras emociones?

Si, tienes razón. Sabonis recibió algunas faltas porque estaba demasiado nervioso. Sí que es verdad que perdimos al estar más calientes, pero es que perdimos a varios jugadores (Sabas, Kurtinaitis) en los últimos minutos y fue muy difícil jugar en esas condiciones el final del partido. A decir verdad, Zoran Savic actuó perfectamente y le sacó la falta en ataque a Sabas. Él fue capaz de hacer flopping sin caer al suelo, un maestro,y a Sabonis le pitaron la quinta falta personal. No se pitan esas faltas en las finales, especialmente en partidos de tanta tension y menos al jugador más importante del equipo. Si hay una falta en ataque, debe ser muy clara para que la piten. Esa falta acabó con nosotros. Pero tengo que decir que Djordjevic jugó fenomenal.
Después de volver a conquistar la meritoria medalla de bronce con tu selección lituana en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996, pese a tus problemas físicos derivados de las lesiones, juegas en Denver unos pocos partidos de la temporada 96/97 y finalmente decides retirarte con apenas 32 años. ¿Fue muy difícil tomar la decisión de abandonar el baloncesto?

Fui muy tonto porque realmente yo no pensé en mi salud. En los pirmeros días de mayo, antes de los Juegos Olímpicos, me operaron de la rodilla y después me dijeron que tendría que caminar tres meses con muletas. Esos tres meses con muletas significarían que yo no podría participar en los Juegos Olímpicos. ¿Y qué hice yo? Pues tres semanas después de la operación ya estaba entrenando con la selección. Todo terminó terrible. Unos días antes del primer partido los doctores me sacaron 40 mililitros de líquido de la rodilla. Pero yo lo tenía claro en esos momentos: “¿Cómo me voy a perder los Juegos Olímpicos? ¡Tengo que jugar con los hombres!“.Me hubiera sentido muy mal si no hubiese participado en este torneo. Al final, creo que ayudé un poco al equipo y ganamos el bronce ante Australia. Básicamente, así terminó mi carrera. Después de los Juegos Olímpicos jugé un poco en Denver Nuggets. El equipo apenas tenía retos importantes y en febrero decidieron que no siguiera más con ellos. Me dijeron que no querían torturarme.
En realidad, creo que no debería haber jugado esos Juegos Olímpicos para haber prolongado un poco más mi carrera deportiva, pero yo no entendí la gravedad de mi situación. Pensé que era una operación normal, pero en realidad allí ya no había nada para operar. Cuando tienes 32 años es muy difícil entender que ya estás considerado como inútil,aunque no me arrepiento de haber jugado aquellos Juegos Olímpicos.
¿Con qué jugadores de tu época conservas mejor relación en la actualidad?
Mantengo relación con muchos. También con los jugadores del equipo soviético de Seúl. Hablo por teléfono con Volkov y Tarakanov.Además, tenemos nuestro propio grupo de WhatsApp. De este mítico equipo solamente Tiit Sokk no se comunica con nosotros, pero todos los demás están en este chat. También hablo a veces con Artūras Karnišovas. De los tiempos de los Warriors a veces nos encontramos con Chris Mullin y Rod Higgins. Y como he dicho antes, estoy muy agradecido a Richmond.
¿Quién ha sido el rival más complicado al que te has enfrentado en una cancha de baloncesto?
Para mí fue muy dificil jugar contra Joe Dumars cuando estaba en Detroit Pistons. Él trabajaba muy bien con sus piernas, estaba en todas partes conmigo. Era muy difícil escaparme de él. También puedo mencionar a Gary Payton. Sufrí mucho durante los entrenamientos en Seattle Supersonics. Él era muy pegajoso y también muy rápido. En general, era una persona muy interesante.
Foto: Miguel Ángel Forniés
¿Hasta dónde habría llegado Sabonis sin lesiones?
Quizá jugaría tan bien como ahora juega su hijo (se ríe). Eso es historia, hay que mirar adelante. Domantas te soprende por lo amable que es. ¡Es muy majo! Dios le ha dado la capacidad para leer el juego. Tiene también muy buen manejo del balón con su mano izquierda. Él puede sacar la pelota cuando nadie cree ya que es posible. Creo que ha heredado mucho de su padre. Primero, esta lectura del baloncesto y este deseo de jugar para sus compañeros, dar asistencias y mucho más. Todo lo hace muy efectivo y eficiente. Yo pienso que si Domantas hubiera jugado una temporada más en la NCAA habría llevado a Gonzaga hasta la Final four. Allí él fue brillante, aunque tenía algunas restricciones en su juego. En Oklahoma no entendieron bien su juegoy el equipo no encontró la posición para él en la cancha. Finalmente ellos lo traspasaron a los Pacers y allí Domantas encontró su sitio. Es un placer ver lo que hace en la NBA.
Para finalizar, ¿qué nos puedes contar de nuestro país y de jugadores como Fernando Martín?
España siempre ha sido un país muy agradable para mí. Creo que fue en el año 1996 cuando me compré una casa en Marbella y prácticamente todos los años me voy allí por algún tiempo. El clima es absolutamente diferente si lo comparamos con el de Lituania. Pero con el baloncesto español no he tenido mucha relación. Jugué algunos torneos en España y participé en algunos partidos contra España cuando estaba en la selección soviética. A Fernando Martín lo recuerdo bien. Era un hombre muy fuerte que no tenía miedo de jugar contra jugadores más altos, como Belosteny o Tkachenko.
MIGUEL ÁNGEL FORNIÉS nació en Badalona el 18 de septiembre de 1952. Estudió en los Salesianos Badalona y en el Colegió Badalonés. Servicio Militar en Campo Soto, Cádiz.
Fotoperiodista de Devoción. Colaboró con Eco Badalonés, 5Todo Baloncesto. Desde 1981 con Nuevo Basket como fotógrafo. Primer fotoperiodista en viajar a ver y fotografiar partidos de la NBA en 1984. Europeo de 1973, cinco Mundiales Júnior (de 1983 a 1999). Quince meses trabajando, viviendo y jugando a baloncesto en Argelia (Sidi Bel Abbès).
Mundial de España 1986, Mundial de Argentina en 1990. JJOO de Barcelona 1992 como adjunto del jefe de prensa de baloncesto. Ha escrito dos libros, Crónica de un viaje alucinante (en 2009) y Memorias Vividas (en 2015). Durante 19 temporadas (1996-2014) responsable de prensa del Club Joventut Badalona.
Agradecimiento muy especial a: Laurynas Butkauskas.
Agradecimientos a: Gonzalo Vázquez, Antonio Rodríguez e Isabel Ortiz.

 
 
 
 
Javier Balmaseda
Tags: entrevista, juegos olímicos, lituania, marciulionis, nba, urss

Continue Reading
Anterior ¿Cómo calcular las ganancias en las apuestas deportivas?

Deja un comentario Cancelar respuesta
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *Comentario Nombre *
Correo electrónico *
Web
Guardar mi nombre, correo electrónico y sitio web en este navegador para la próxima vez que haga un comentario.

Buscar:

Es Tendencia…

Chus Mateo: «Hezonja se reincorpora, Deck solo tiene sobrecarga y Rudy evoluciona bien»

09/01/2023

El Real Madrid sigue en modo coral para ganar al Granca

08/01/2023

Sarunas Marciulionis: “Mis comienzos en la NBA no fueron fáciles, ni física ni psicológicamente“

13/01/2023

El Real Madrid se exhibe ante un flojo Maccabi

07/01/2023

El Real Madrid sigue en buena dinámica tras ganar al Estrella Roja

11/01/2023

Entradas recientes

Sarunas Marciulionis: “Mis comienzos en la NBA no fueron fáciles, ni física ni psicológicamente“

El Real Madrid sigue en buena dinámica tras ganar al Estrella Roja

Chus Mateo: «Hezonja se reincorpora, Deck solo tiene sobrecarga y Rudy evoluciona bien»

El Real Madrid sigue en modo coral para ganar al Granca

El Real Madrid se exhibe ante un flojo Maccabi

Archivos
enero 2023
diciembre 2022
noviembre 2022
octubre 2022
septiembre 2022
agosto 2022
julio 2022
junio 2022
mayo 2022
abril 2022
marzo 2022
febrero 2022
enero 2022
diciembre 2021
noviembre 2021
octubre 2021
septiembre 2021
agosto 2021
julio 2021
junio 2021
mayo 2021
abril 2021
marzo 2021
febrero 2021
enero 2021
diciembre 2020
noviembre 2020
octubre 2020
septiembre 2020
agosto 2020
julio 2020
junio 2020
mayo 2020
abril 2020
marzo 2020
febrero 2020
enero 2020
diciembre 2019
noviembre 2019
octubre 2019
septiembre 2019
agosto 2019
julio 2019
junio 2019
mayo 2019
abril 2019
marzo 2019
febrero 2019
enero 2019
diciembre 2018
noviembre 2018
octubre 2018
septiembre 2018
agosto 2018
julio 2018
junio 2018
mayo 2018
abril 2018
marzo 2018
febrero 2018
enero 2018
diciembre 2017
noviembre 2017
octubre 2017
septiembre 2017
agosto 2017
julio 2017
junio 2017
mayo 2017
abril 2017
marzo 2017
febrero 2017
enero 2017
diciembre 2016
octubre 2016
septiembre 2016

Redes Sociales

Facebook
Twitter
Youtube
Instagram

Planetacb
Contacto
Nota Legal
Política de Cookies
Quiénes somos

Redes Sociales

Facebook
Twitter
Youtube
Instagram

Copyright © Planetacb. Todos los derechos reservados

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies
ACEPTAR

Aviso de cookies

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio